El equipo realizador, como los protagonistas del cortometraje El Cocinero de Ross, literalmente subieron al séptimo cielo, tras la avant premiere de la noche del sábado en la Pista Teatro Municipal.
En efecto, si la mayoría del público asistente -que repletó el recinto Municipal- disfrutó y quedó encantado y emocionado, cada uno de los que participaron en la realización quedaron más que felices con la tremenda acogida recibida.
Así nos lo da a conocer Carlos Leiva Ugalde que trabajó tras las cámaras- y testigo de la memorable jornada. El público aplaudió a rabiar desde las primeras escenas en una actitud inusual, por cuanto uno espera el aplauso o la reprobación al final de la exhibición. Y no fue así, puesto que alucinaron al ver aparecer el tren con destino a Pichilemu.
Todo el equipo que trabajamos en él (cortometraje) nos emocionamos al final de ésta. Tantos aplausos, abrazos de felicitaciones por parte de la gente y la nostalgia de recordar todos esos momentos de grabaciones, de repetir una y otra vez escenas y que culminó esa noche con el tan esperado estreno, nos emocionó tremendamente, expresó Carlos Leiva.
Posteriormente todo el equipo realizador y protagonistas se fueron a celebrar con una cena al restaurant Rustiko para dar fin al proyecto, que obtuvo financiamiento del Fondo de Apoyo Audiovisual, como también a través de un proyecto anterior, relacionado con el vestuario de época que ganó recursos- del Fondart de la mano de Paula Gálvez Díaz, diseñadora de vestuario y esposa del director audiovisual Yovanny Moraga Paredes.
Carlos Leiva nos informó también que en el curso de la semana, se subirán diversas entrevistas realizadas al director y a algunos actores del cortometraje, al website de la Agrupación de Audiovisualistas de Pichilemu, dirección que ya dimos a conocer en notas anteriores y que usted puede buscar.
PUNTO NEGRO
Por otras informaciones que nos llegaron a pichilemunews, nos indican que se produjo una situación que ya es recurrente, pero que podría haberse evitado. Anunciar una presentación exclusiva para las mamás y niños, puesto que la presencia de éstos últimos llega a provocar caos. Basta que hayan dos niños presente, para que se produzca desorden, empiecen las carreras, y eventualmente llanto, lo que provoca que el público se distraiga y se moleste.
Si bien se puede comprender que las mamás no puedan dejar solos a sus hijos menores, hay formas de cómo revertir ese tipo de situaciones. Programar exhibiciones para los niños y para público adulto. ¡Así de simple!
Algo de esto pasó y otro tipo de reacciones del público que no pudo contenerse ante la presencia de otros actores de la comuna. Al menos uno de ellos tuvo que desaparecer, al comprender que el público no le daría un Oscar precisamente.
