DESCENTRALIZACIÓN Y DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO ES UNO DE LOS TALONES DE AQUÍLES DE LA CONCERTACIÓN

DESCENTRALIZACIÓN Y DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO ES UNO DE LOS TALONES DE AQUÍLES DE LA CONCERTACIÓN

Una de las muchas tareas pendientes -de los gobiernos de la Concertación- es la descentralización del país y la distribución del ingreso. Es una verdad del porte de una Catedral.
Se dirá que se ha avanzado, pero no todo lo suficiente, pese a que en los propuestas programáticas de los candidatos siempre está, se avanza con “mezquindad” en desmedro de las regiones -por una parte- y claramente la brecha entre ricos y pobres se agranda en lugar de disminuir.
Un extenso artículo aparecido en la web del diario El Sur -www.elsur.cl-y que nos llega a través de www.chilesustentable.cl, nos trae un ilustrado e interesante fundamentos de lo afirmamos en nuestra introducción.
Veámoslo:

LENTO AVANCE EN LA ENTREGA DE PODER A LAS REGIONES: EL CAPITAL PROBLEMA DE LA DESCENTRALIZACIÓN

En los próximos 4 años se invertirán US$ 800 millones en el Metro de Santiago. Apenas el 40% se financia, el resto (unos 300 millones de dólares) vendrá del Fisco, del Municipio de Las Condes y el Gobierno Metropolitano. Este es uno de los ejemplos.

Fuente: www.elsur.cl, lunes 8 Jan 2007.

Información de Corbiobío, presidida por Claudio Lapostól, sostiene que el 73% de los recursos públicos y el 95% de la inversión privada, se decide en Santiago. Los 342 municipios sólo manejan el 8% del presupuesto nacional.
Los 200 años de vida independiente de Chile han estado marcados por una forma de ejercer el poder. Específicamente desde Santiago.
Hoy, con un modelo de desarrollo con pocas variaciones en beneficio de las regiones, las consecuencias son evidentes.
La Región Metropolitana concentra seis millones de habitantes, casi un 40% del total del país. Más aún, la riqueza está concentrada en la zona centro del país. El Gran Santiago tiene la más alta proporción de los segmentos ABC1, C2 y C3 y la menor de los D y E, de acuerdo a datos de Consultora Adimark.
En cuanto al desarrollo humano, los resultados son similares. Más de la mitad de las comunas metropolitanas tienen un desarrollo Muy Alto, y el resto se ubica en los grados Alto y medio. Sólo una -Alhué- tiene una calificación Baja de desarrollo humano, según el Pnud.
La metrópolis capital del país, es el núcleo administrativo, industrial, comercial, financiero y cultural, que concentra la mayor actividad del quehacer nacional, aportando el 41,5% del producto geográfico bruto, de acuerdo a la última cifra publicada para el año 1986 por el Banco Central.

Descentralización
Leoncio Toro, gerente de la Cámara de la Producción y el Comercio de Concepción, es un convencido de los malos resultados del centralismo chileno, particularmente con la poca capacidad de decisión de los dineros regionales.

“El Core asigna los fondos y de ahí se inicia un proceso tortuoso de siete u ocho meses en Hacienda, Contraloría, en Santiago, cuestión que ha sido generada administrativamente”, explicó.
Y esto se replica a todo nivel, no sólo con el sector público, lo que deriva en una severa concentración del poder en la capital. Las gerencias generales de las principales empresas están allá, situándose en las regiones, empleados de segundo orden con escasa maniobrabilidad, apuntó Toro.
“Los bancos lo hacen de esa forma. Los gerentes locales sólo tienen espacio para créditos de hasta $20 millones, lo que afecta la inversión local”, dijo.

Rol ejecutivo local
Empresarios piden entrega de poder a autoridades locales
La creación de riqueza y el empleo son los aspectos más sensibles de toda economía. Las provincias siguen perdiendo peso relativo en el país.
El presidente regional de Corma, Jorge Serón, cita otros ejemplos respecto de este perjuicio. Desde el punto de vista tiempo, la falta de ejecución regional en temas de diferente orden implica destinar dos a tres días al mes para viajar a Santiago para acordar reuniones con autoridades de servicios, a fin de tratar materias de gestión operacional.
Esto no sólo demanda el costo del traslado, sino que destinar el día completo a este fin, deteriorando por ende el tiempo disponible para el propio negocio, enfatizó.
Según Serón, parte de la solución sería “Delegar realmente no sólo la responsabilidad, sino que también la decisión sobre los recursos involucrados. Se debe dar la confianza a las autoridades regionales para que tomen las determinaciones que de acuerdo a la realidad les competa asumir. Esto validará a la autoridad en su rol ejecutivo”.
También es cierto que los mismos datos pueden replicarse al interior de las propias regiones. A modo de ejemplo, el 94% de la población vive en áreas urbanas y el 86% del PiB se genera en las ciudades. Asimismo, el 85% del PiB lo controla el sector privado.

Asexma: riqueza para regiones
Roberto Vega, presidente de Asexma Biobío, es otro de los que exige más gestión y poder para las regiones. Junto con ello, más recursos a fin de alcanzar la contratación de profesionales de excelencia y bien remunerados.
El empresario sostuvo que un estado unitario, como el caso chileno, no implica un centralismo de este tipo, sólo de esta forma se generará riqueza en las regiones, impidiendo la migración poblacional.
¿Emprender desde regiones es más difícil? Depende, asegura Vega, para quien la clave es apuntar a nichos específicos de mercado, claro que con reglas claras que faciliten la libre competencia y alejen la posibilidad de monopolios.
“Santiago está colapsando, no debiera darse ni una patente más, ya que ni siquiera tiene aire, ellos debieran impedir su crecimiento y facilitar el trabajo de las regiones”, acusó.

Conarede: basta de paternalismo
Héctor Gaete, rector de la Universidad del Bío Bío y vicepresidente del Consejo Nacional para la Regionalización y Descentralización de Chile, entiende que el tema no es sencillo de comprender, pero no duda en calificar el hecho como nocivo.
Antecedentes objetivos dan cuenta que entre los países descentralizados se resolvió el tema de la pobreza; o, por el contrario, entre los centralizados, no hay ninguno que haya alcanzado el desarrollo.
“Y un país puede ser descentralizado y unitario. Ahí está el caso de España que pasó de un ingreso per cápita de 4 mil dólares, cuando salió Franco, a unos 28 mil en la actualidad. Tampoco significa que deba ser un país federal, ya que Brasil y Argentina lo son y no han resuelto sus problemas de pobreza”, citó.

Ránking mundial
Chile: pésima distribución
Ante ello conviene citar que Chile tiene la cuarta peor tasa de desigualdad del ingreso en el mundo, tras Namibia, Brasil y Sudáfrica. En el año 2000 el 10% más pobre participaba del 1,2% de los ingresos o consumo. Por el contrario, el 20% de las familias más ricas maneja el 62,2% de los ingresos de Chile.
Es necesario insistir que el grueso de ese margen se encuentra en Santiago, específicamente al oriente de Plaza Italia. De allí que en cualquier ránking de competitividad no exista sombra a la zona céntrica.
Y en relación con la desconfianza metropolitana hacia la dirección que las regiones podrían dar a su destino, Héctor Gaete citó que sólo era producto de un incomprensible “paternalismo”.
“Las regiones, provincias y comunas tienen derecho a seguir sus destinos, a elegir el tipo de desarrollo que estimen conveniente. Lo positivo es que la Presidenta (Michelle Bachelet) tiene este concepto muy claro, lo que confirmamos en la reunión del 7 de diciembre pasado. Ella misma nos preguntó por qué el MOP en Santiago tiene que decidir por dónde pasa una carretera en Concepción”, detalló el rector
de la UBB.

El Metro centralismo
Otro ejemplo del centralismo es el Metro de Santiago. Una de las últimas informaciones son los 700 millones de dólares (o más) que costará la expansión hacia Pudahuel.
Esto no tendría nada de dañino para las regiones, salvo que el grueso de la inversión no la pagan los usuarios. En concreto, sólo alcanzan al 40%; mientras el 60% restante es subsidio directo del Estado, vale decir, de todos los chilenos, lo usen o no.
Claro es que en ninguna parte del mundo los trenes metropolitanos y ferrocarriles se financian. Los beneficios, explicó el ministro de Obras Públicas, Eduardo Bitrán, se perciben en el resto de la sociedad, con menos tráfico y contaminación.
“Entonces, una evaluación social demuestra que el Metro es absolutamente rentable. El Metro hacia finales de la década transportará un 15% de los viajes de Santiago. Eso significa 1.8 millones de pasajeros. Si además consideramos el Transantiago, hablamos de 11 a 12 millones de pasajeros y no podemos tener sólo automóviles, por el problema de contaminación y el costo que trae en enfermedades”, detalló el secretario de Estado.
Pero tampoco es lo más grave. Aun cuando se ha avanzado, todavía el grueso de la inversión es decidida en la capital. Se han conseguido avances en el Fondo Nacional de Desarrollo Regional, pero aún poco en lo que respecta a los dineros sectoriales que decide cada ministerio desde su matriz. De allí podría explicarse la especie de poco apego de la ciudadanía con sus autoridades. El fenómeno lo reveló el último Biobarómetro: Siete de cada diez habitantes del Gran Concepción estima que los intendentes no representan los intereses de las regiones.

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