OBRA LARGAMENTE ESPERADA -YA CONSTRUIDA Y FUNCIONANDO- SERÁ INAUGURADA OFICIALMENTE



OBRA LARGAMENTE
ESPERADA -YA CONSTRUIDA Y FUNCIONANDO- SERÁ INAUGURADA OFICIALMENTE

Una invitación para asistir a uno de los
acontecimientos más importantes de los últimos años –la inauguración de la
Planta de Descontaminación de Aguas Servidas de Pichilemu- nos ha llegado de
parte del Presidente del Directorio y del Gerente General de la Empresa Essbío,
Juan Pablo Errázuriz Domínguez y Eduardo Abuauad Abujatum, respectivamente.

La Planta que ya está trabajando desde
meses, será inaugurada oficialmente el jueves 25 próximo, a las 11 horas en las
instalaciones ubicadas en el sector oriente de Pichilemu, camino a El Puesto,
S/N en las proximidades del lugar conocido como Puente de Fierro, estructura
del ex tendido férreo del Ramal San Fernando a Pichilemu.

Las obras señaladas son el producto de la
larga lucha que dio la comunidad pichilemina, liderada por la Agrupación Ciudadana por un Pichilemu Limpio, ACPL, creada
ex profeso hace más de un lustro, cuando un grupo de pichileminos veían cómo
las autoridades locales –principalmente el ex alcalde Jorge Vargas, de espalda
al pueblo-apoyaba a pié juntillas el proyecto original de la empresa
sanitaria: Construcción de un Emisario Submarino, nada menos que enfrente de la
actual Gobernación Provincial, con una descarga a 1.500 metros para contaminar
la flora y fauna marina, donde se señalaba muy ufanamente que la “naturaleza” haría un
proceso de tratamiento; pero sin decir que estas experiencias de estas
tecnologías –aplicadas hace más de 50 años- estaban ya obsoletas y en franca
retirada en las ciudades que las aplicaran tras comprobar los daños irreversibles
al medio acuático y varios kilómetros a la redonda en donde estaban emplazadas.

¿QUIÉNES
ERAN LOS MISERABLES?

Cabe recordar, que tanto el
Superintendente de Obras Sanitarias –en ese tiempo Juan Eduardo Saldivia- como
el ex alcalde Vargas, sin considerar la opinión mayoritaria de los
pichileminos, anunciaban a los cuatro vientos que se construiría el Emisario
Submarino en Pichilemu como la “gran solución” para eliminar las aguas servidas
del balneario, incluso aún antes de que el proyecto fuera sometido a
Declaración de Impacto Ambiental.

No obstante, ante tal anuncio surgió la
primera réplica a los dichos, de parte de la Cámara de Turismo de Pichilemu –de
la cual éramos parte de su directorio- y junto al Presidente Álvaro Sifón
firmamos la nota que enviamos a los medios de comunicación; ganándonos de parte
del Superintendente el apelativo de “miserables” por oponernos al proyecto.

No pasó mucho tiempo cuando convocados
por el empresario Luis Fernando Pavez, casi un medio centenar de pichileminos y
residentes creamos la Agrupación Ciudadana por un Pichilemu Limpio, ACPL.
Representantes de las más variadas organizaciones: sindicales, asociaciones
gremiales, vecinales, clubes deportivos, deportistas, empresarios,
comerciantes, algunas autoridades comunales, entre muchas otras, con el solo
norte de luchar por una solución distinta a la oficial. También debemos
recordar que, entre los muchos convocados estaba el ciudadano español José
Rubau, cuya muerte a más de un año y medio de ocurrida aún es una incógnita que
la policía no resuelve.

Asimismo, es oportuno recordar que la
postura oficial de la empresa –como la del Superintendente de Obras Sanitarias-
era apoyada, incluso,  por actuales
parlamentarios, como otras ex autoridades de gobierno, como gobernadores, un
intendente y el ya señalado alcalde.

Mas, la seriedad con la cual se enfrentó
la ACPL, entregando sólidos argumentos de su oposición al proyecto de la
empresa, ante los organismos correspondientes, concluyeron finalmente con el
cambio del proyecto –por parte de la empresa Essbío- y que tras su construcción
y puesta en marcha se inaugurará el jueves 25 próximo.

No fue una lucha fácil, pues –aparte de
los argumentos técnicos entregados en oposición- la Agrupación Ciudadana por un
Pichilemu Limpio, ACPL, realizó una campaña de información, organizando
seminarios a la comunidad con la participación de expertos y de agrupaciones
ciudadanas de otras ciudades que ya habían tenido experiencias ante proyectos
sanitarios adversos a las comunidades y al medo ambiente. 

Asimismo, en forma paralela, se
organizaron una serie de otras jornadas como performances en la playa, marchas
de protesta por las calles del balneario, marcha  con “tenidas negras” en el mismo Desfile
Cívico de Fiestas Patrias frente a autoridades regionales. Más atrás aún, una
espontánea manifestación de repudio al proyecto del Emisario, luego que el tema
se debatiera en la Biblioteca Pública ante la presencia del hoy ex Intendente
Carlos Bravo, que –hay que decirlo- fue uno de los pocos que apoyó a Pichilemu
cuando él mismo declaró que ni siquiera conocía el proyecto y ya lo estaban
anunciando como cosa hecha otras autoridades. Al tiempo que manifestaba que
nada se haría mientras no estuviera claro cuál era el proyecto y diera
garantías de que iba a ser la solución definitiva para el problema de las aguas
servidas.

Afortunadamente, la lucha dada por la
comunidad tuvo sus frutos y tras las posteriores conversaciones de la ACPL con
la empresa sanitaria, permitió una serie de acuerdos, siendo uno de los
principales, las obras que se realizarán para descontaminar el otrora paseo
público: la laguna “Petrel” y que –Dios mediante y concreción del compromiso-
permitirá recuperar la laguna y volver a ser lo que fuera hasta antes de que
las autoridades del gobierno de Eduardo Frei Montalva autorizaran evacuar allí
las aguas servidas de las redes de alcantarillado que iban construyendo los
vecinos con apoyo municipal. Una decisión descabellada que hizo colapsar el
hermoso paseo.

PROGRESO

Una vez recuperada la democracia y electo
el primer Presidente –tras el régimen militar- lo único que se le pidió al
Presidente Patricio Aylwin, fue la terminación del tramo de cerca de 35
kilómetros de pavimento del camino a Pichilemu. Y ¡cumplió!

En el siguiente gobierno, esta vez de
Eduardo Frei Ruiz-Tagle, en una de sus visitas lo único que se le pidió fue el
Alcantarillado Integral de Pichilemu y una Planta de tratamientos de Aguas
Servidas. ¡¡NO CUMPLIÓ!!

El 2001, el siguiente Presidente Ricardo
Lagos sobre el Puente en construcción, en Cáhuil –al oír nuevamente la
solicitud de Pichilemu, dijo: “En estos tiempos que estamos viviendo, no se
concibe que una comuna turística no tenga resuelto el problema de las aguas
servidas”.  Y, acto seguido, remachó:
“Antes que termine mi mandato, estaré inaugurando esas obras en
Pichilemu”.  ¡SU PRIMERA GRAN MENTIRA A
PICHILEMU!

La segunda vino dos años después cuando
estaba inaugurando el Tren del Vino, en Peralillo. Ahí sobre ese proyecto, copa
en mano, dijo: “Este es el primer tramo del Tren del Vino, el siguiente será
llegar hasta Pichilemu”.

No pasó mucho tiempo y firmó un decreto
supremo que permitió a la empresa ferroviaria levantar rieles no solo 70 kilómetros
de tendido férreo desde Peralillo a Pichilemu, sino también en otros ramales,
para venderlos a un proyecto minero en Bolivia.

¡AHÍ ESTÁ LA SEGUNDA MENTIRA PRESIDENCIAL!

Finalmente fue en el gobierno de la
Presidenta Bachelet, que se construyó y terminó la mencionada Planta, hoy solo
a días de su inauguración.

¿Que nos queda por decir respecto a esta
historia alrededor de este proyecto?

Decir que los vivarachos de Pichilemu y
de otros lares argumentando tener derechos –con el aval del mismo Juan Eduardo
Saldivia, ahora en su rol de Subsecretario del MOP- le sacaron una mascada al
Fisco, que le significó desembolsar más de 100 millones durante el año 2006.

No tenían absolutamente ningún derecho a
cobrar ya sea por expropiación o indemnización, sin embargo, el papá Fisco –con
platas de todos los chilenos- les pagó “graciosamente” por temas que –de tener
derecho- al menos estaban prescritos desde el año 1983 cuando la aprobación del
Plano Regulador consideró dejar consolidada la Avenida Costanera –construida en
el año 1972- que bordeaba la laguna Petrel –por el lado sur- y que eran
colindantes con terrenos privados.

No obstante, el Código Civil, establece
que hay una franja fiscal tanto de lagunas, lagos, ríos y mares. Y es,
precisamente, esa franja fiscal la que ocupa la Avenida Costanera en el sector,
por la cual el Fisco pago.

 

 

 


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