EL MERCURIO: TODO SOBRE LA PRIMERA PRESIDENTA DE CHILE

Michelle, una mujer que no buscó la Presidencia
Sábado 11 Mar 2006
04:59
Bernardita Ochagavía, El Mercurio en Internet

Michelle Bachelet

Nombre completo: Verónica Michelle Bachelet Jeria

Fecha de nacimiento: 29 de septiembre de 1951.

Estado Civil : Separada, tres hijos: Sebastián, de 28 años; Francisca, de 22 y Sofía, de 12.

Estudios básicos: La enseñanza básica la realizó en Quintero, Cerro Moreno, Antofagasta y San Bernardo, siguiendo las destinaciones de su padre (general de la Fuerza Aérea), mientras que la mayor parte de la educación media la hizo en el Liceo Nº 1 Javiera Carrera.
Luego, estudió Medicina en la Universidad de Chile y se especializó en pediatría y salud pública. También hizo un curso sobre estrategia militar en la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (Anepe), donde obtuvo una beca de perfeccionamiento para estudiar por un año en el fuerte McNair en Washington.

Profesión: Médico cirujano pediatra.

Trayectoria:
– 1994-1997: Asesora de la Subsecretaría de Salud.
– 1996: Candidata a concejal por Las Condes.
– 1998: Participa en el Comité Central del Partido Socialista e integra la Comisión Política.
– 1998-1999: Asesora del Ministerio de Defensa.
– 1999: Encargada electoral de la campaña de Ricardo Lagos
– 2000-2002: Ministra de Salud durante el Gobierno de Ricardo Lagos.
– 2002-2004: Ministra de Defensa durante el Gobierno de Ricardo Lagos.
– 2005: Candidata presidencial de la Concertación y Mandataria electa.
-2006: Asume la Presidencia de la República.

Filiación política: Socialista.

Religión: No profesa, es agnóstica. .

SANTIAGO.- Hoy es un día histórico para Chile. El Mandatario Ricardo Lagos concluye su mandato y entrega las llaves de la nación a la primera mujer chilena que llega a la Presidencia. Su candidatura y posterior triunfo en las elecciones han dado que hablar. Su estilo ha sido un fenómeno y su credibilidad y carisma, lo más destacado entre sus votantes. Su vida es la historia de una muchacha que debió sobrellevar el exilio, la muerte por torturas de su padre durante el gobierno militar, el fallecimiento de su hermano y la responsabilidad de ser mujer en un mundo de hombres. Ésta es la historia de su vida.
Sietemesina y con sólo 1 kilo 800 gramos de peso al nacer, Bachelet permaneció su primer mes de vida en incubadora. “Tenía la piel con escamitas, especialmente en los pliegues, como si no se hubiese formado bien, pero después creció como una niña normal y muy sana”, relata su madre, la arqueóloga de 79 años, Ángela Jeria.
Su único hermano, Alberto, cinco años mayor, fue su compañero de juegos, su protector, aunque la diferencia de edad muchas veces los distanciaba en intereses y actividades. Sin embargo, los unía la música y el gusto por el canto. Tardes completas las dedicaban a cantar, “hacían dúos, tocaban guitarra, cantaban todas las canciones de esa época, de Los Chalchaleros o de Los Cuatro Cuartos”, recuerda Jeria.
Fue esa cercanía y complicidad con “Betito” , como lo llama cariñosamente Ángela Jeria, la que la derrumbó cuando se enteró de su muerte, a consecuencia de un infarto masivo al corazón cuando tenía 54 años.
Viajes en carpa por Chile eran las escapadas favoritas de la familia Bachelet Jeria durante las vacaciones. A ellos se sumaban amigos, primos y familiares más cercanos. Todos en patota, “éramos un grupo muy unido”, admite con nostalgia y lágrimas en los ojos Ángela.

Una cazuela reponedora

Por herencia materna, Michelle Bachelet es hasta hoy una gran nadadora. Jeria durante su juventud fue atleta y campeona de natación infantil, pasión que conserva hasta hoy. “Nosotros éramos una familia de nadadores y Michelle es muy buena nadadora, tiene mucha resistencia. Hasta hoy yo me levanto a las 7:30 en el lago Caburgua y nado un buen rato”, señala.
Uno de los lugares favoritos de la ex ministra de Defensa del Presidente Ricardo Lagos es Tunquén, V Región, donde se “desenchufa”, toca guitarra y se va a nadar. Aprovecha además de leer, otra de sus grandes pasiones que por la falta de tiempo no puede realizar con frecuencia. “Antes leía muchísimo, ahora lee otras cosas, ja ja ja”, bromea su madre.
Aunque se cuida en el peso, Michelle come de todo y le gusta mucho cocinar. Comerse una cazuela después de volver de una gira, cansada, es su mejor remedio y casi una necesidad. Pero también le gusta el pastel de choclo, los mariscos, el pescado, los porotos granados. “Es bien chilena, pero también le gusta la comida sofisticada”, confirma su madre. Los dulces, en cambio, no la apasionan, “en esta casa nunca se ha comido mucho dulce”, agrega.
Pero no todo es comer. Cuando su agenda se lo permite se da el gusto de cocinar. Sus especialidades son las sopas, una ensalada de arroz y un pollo a la china, que lleva champiñones, cebollines, dientes de dragón y soya. Todo lo anterior acompañado de un rico vino, ojalá blanco, o una cerveza cuando hace calor.
Su lucha con los kilos viene desde 1978 cuando nació su primer hijo, Sebastián. “Con la segunda de nuevo subió y con la última de nuevo”, explica su mamá, quien asegura que su hija nunca fue “rellenita”, al revés, siempre delgada.
Si se trata de la salud, Ángela Jeria es tajante en descartar los rumores que hablan de un frágil estado de salud de Michelle. “Ella tiene una capacidad de trabajo increíble. Yo la veo bien de salud. Una persona de mala salud es incapaz de llevar ese ritmo”, enfatiza.
Los rumores comenzaron a circular luego de que a fines de 2003, Bachelet fuese operada de un aneurisma cerebral que preocupó a su entorno. La detección fue casual y la operación resultó un éxito. Posteriormente, debió permanecer algunos días en reposo por un resfrío mal cuidado que se complicó y se transformó en neumonía. “Más no hay”, sentencia su madre.

Regalona e independiente

Desde pequeña fue muy apegada a su padre. “Cuando chiquitita era regalona, ella lo buscaba, se subía a las piernas de él para tomarse la mamadera, él la tenía siempre cerca porque era más débil, pero él era bien estricto, como buen militar”, relata.
Incluso la mayoría de las veces, el general Alberto Bachelet la bañaba “porque le tenía miedo a que se me fuera a caer de las manos”. Michelle, en tanto, era muy obediente y para nada mal genio, “pero sí muy firme en sus ideas. Ya más grandecita las defendía con una fuerza increíble, no aceptaba que le dijeran que esto era así”, detalla su mamá.
No sólo fue de ideas claras desde su infancia sino además muy independiente y aterrizada. “Supongo que cuando era joven pensaba en cambiar todo, pero hoy la veo muy cuidadosa, estudia a fondo lo que tiene que ver y si no sabe algo dice que no sabe y lo estudia. Ella no tiene miedo a decir que no sabe, todo lo contrario”.
Esa personalidad fuerte contrasta con el carisma que la llevó a ser elegida la primera Presidenta de Chile. “Ella trata de no herir a nadie, le tiene mucho respeto a las personas y eso, yo diría, es producto nuestro. Tanto de mi marido como mío”, sostiene Jeria.
Esa misma característica es la que ha hecho que Michelle comprenda no sólo la mentalidad militar, sino la necesidad de que el mundo civil y militar logren un acercamiento y la comunicación que se rompió tras el golpe del 11 de septiembre de 1973.
Ella, como víctima de un pasado difícil de olvidar para muchos chilenos, representa hoy con su actitud la superación y el interés de construir hacia adelante. “Con Michelle siempre hablamos de la palabra reencuentro, en el sentido de que en la medida que la gente se va encontrando nuevamente y c
onociéndose es capaz de superar por ambos lados muchas cosas”, reafirma la madre.
En ese sentido, Ángela Jeria es certera en acotar que lo que a Michelle le ha tocado vivir le ha ayudado para ir “flexibilizándose porque ella es una mujer inteligente y no puede trasladarse mecánicamente al mismo pensamiento ante situaciones distintas”.

Su familia

Sebastián, Francisca y Sofía son sus ojos y “Mara”, su perrita regalona. La familia de Michelle Bachelet es hoy su pilar, su compañía y alegría cada noche cuando llega exhausta luego de una jornada de más de 12 horas de trabajo.
Aunque para ellos no ha sido fácil la vida pública de Michelle, “ya lo han aceptado, se dan cuenta que es importante para ella”, explica la abuela.
Sebastián, como el único hombre y el mayor de los hermanos, “se siente el hoyo del queque, pero con la chica tiene muy buena relación. Ella lo busca como seguridad y junto con la polola de Sebastián la sacan a pasear y ella se siente feliz”.
Sebastián, (28) cientista político de la Universidad Central, y Francisca (22), estudiante de quinto año de Antropología de la Universidad de Chile son hijos del primer matrimonio de Michelle Bachelet con Jorge Dávalos, mientras que Sofía (12), su regalona, es hija de Aníbal Henríquez.
Sofía estudia en el Colegio La Girouette y es “muy inteligente y, por lo tanto, manipuladora”, asegura Ángela. “Ya está en una etapa que quiere ser grande. Yo soy la abuela que la corrige y la reta, pero me quiere igual. Es muy inteligente, muy profunda y quiere ser médico, pero también cantante”, comenta entre risas su abuela.
En agosto de 2005, Michelle decidió dejar el departamento en el que vivió por muchos años como vecina de su madre, en el Metro Escuela Militar, debido a las necesidades que exigía su condición de candidata presidencial y posterior Presidenta electa. A principios Mar 2006, debió realizar una nueva mudanza, esta vez a una amplia casa ubicada en la calle Burgos, en la comuna de Las Condes, a causa de los requerimientos de seguridad establecidos por Carabineros.

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