Desde mañana viernes 6 de Mayo, queda operativo el Aeródromo de Pichilemu, luego que inspectores de la Dirección General de Aeronúatica Civil, D.G.A.C., que estuvieron hoy, chequearon las diferentes observaciones ya “solucionadas” y que desde el mes de julio del año pasado lo habían dejado inoperativo.
La noticia la proporcionó a “pichilemunews” el propio presidente de la institución aérea, el piloto civil Renato Jaramillo, desde Santiago, tras conversar en el Departamento de Aeródromos, DASA, dependiente de la D.G.A.C., donde se le informó que los inspectores -que fueron recibidos por el ex presidente, piloto civil, Eduardo Saldías y actual secretario- ya habían reportado el V° B°. Y, por tanto, que “desde mañana mismo quedará abierto a las operaciones de aeronaves; levantándose el cierre impuesto a nuestro aeródromo”, indicó feliz el dirigente aviático.
Uno de las observaciones -la más costosa- fue la verdadera imposición que pusieron los Inspectores de la DASA, fue “el traslado de la zanja que corría longitudinalmente al lado oriente de la pista, por el peligro para la operación de las aeronaves”, según el criterio de estos expertos en seguridad.
¿Recuerda la comunidad local cuántos ACCIDENTES han ocurrido a raíz de ello?
Pese a los argumentos del Club Aéreo local de que esa ZANJA se había construído por recomendaciones de “otros expertos en Seguridad” hace más de treinta años, fue inutil.
La flexibilidad de los inspectores fue “eliminar” la existente y hacer otra a más metros de distancia de la Pista o desplazar hacia el Poniente la franja de Pista, con todos los trabajos anexos (quizás tan caro como trasladar los “Glaciales” Toro 1, Toro 2 y Esperanza, por el Proyecto Pascua-Lama).
Sin embargo, en la práctica, resultaba “más cara la vaina que el sable” y el Club Aéreo -con mucha sabiduría- optó “por borrarla” literalmente. En efecto, consiguió con la Jefatura de Vialidad la máquina motoniveladora -como en otras ocasiones en que han cooperado en la mantención de la Pista- para que hicieran un “reperfilado” desde la franja de la pista hacia la “maldita zanja”; lo que significó tirar toda la tierra sobrante al interior de ella y ¡¡Listo!!.
Cabe recordar que la Zanja, que ya es parte del recuerdo, era un drenaje para las aguas lluvias para evitarle daños a la pista de aterrizaje. Ahora significará un cuidado adicional ese tema.
Por otra parte, el Catavientos (Indicador del Viento), que es una manga de genero, que había sido trasladada hace unos años sobre el hangar -también por indicaciones de otros señores- porque tenía poca visibilidad donde estaba ubicada inicialmente, debió instalarse frente al hangar, pista de por medio, en un pedestal más largo.
Aparte de lo anterior, nuevas reparaciones a los cercos, con alambre de púa, el que sin embargo dura -a veces- menos que un chicle por acción de la gente de mal vivir: Existiendo pasos para peatones, abren donde se les antoja para pasar un recinto que tiene restricciones, por los peligros que significa cruzar un Aeródromo.
Lo verdaderamente importante en esta odisea, de más de más de 10 meses, es que el Aeródromo quedó OPERATIVO. Y con un Club Aéreo más fortalecido, gracias al ingreso de casi una treintena de pilotos civiles de Santiago, Rancagua, Vichuquén, Curicó, entre otros.
Paralelamente a los trabajos de “acondicionamiento del Aeródromo”, se está habilitando el Aerocasino para sus socios, en una primera instancia. Y más a futuro, para todo el público que desee pasar una tarde agradable junto a su familia.
