Un Puerto alternativo para sacar los productos no solo de nuestra región precisa la zona central, por cuanto los crecientes compromisos de los puertos de San Antonio y Valparaíso -pese a sus importantes modernizaciones- no están dando abasto al movimiento marítimo.
Es por ello que, cobra fuerza nuevamente la idea de un Puerto en la VI Región y todo indica que al norte de Pichilemu -aproximadamente a unos 10 kilómetros- se encuentran las características más propicias para emplazarlo.
En diversas ocasiones -tras el advenimiento de la democracia- este tema ha salido a la palestra, siendo motivo de debate a nivel regional. De hecho tales ideas, después de oirlas en cada campaña política en los décadas pasadas, como el 50 y 60, fueron expuestas aquí en Pichilemu por una Corporación de Desarrollo de Rancagua. Posteriormente, la Corporación de Desarrollo de San Fernando -con su presidente Roberto Silva a la cabeza- también llegó a exponer la idea, pero los pichileminos -quizás “vacunados” muchas veces con esa vana promesa politiquera- no se pronunciaron ni a favor ni en contra de la iniciativa; a excepción de cuando el empresario Francisco Javier Errázuriz -a través de una de sus empresas- planteó la posibilidad de construir un Muelle mecanizado, para exportar chips, situando sus instalaciones a solo 1,5 kilómetros de la Avenida Ortúzar. Ante esa iniciativa, la respuesta de las fuerzas vivas, instituciones consultadas y autoridades, fue una sola. ¡NO!, pues aunque en los papeles se señalaba que no contaminaría, que SOLO HABRÍAN CUATRO (4) EMBARQUES ANUALES. Es decir, durante tres meses se acumulaban cientos de miles de toneladas en los patios de acopio, a la espera de reunir el cargamento para un solo gran barco, mínimo de 250 metros de eslora.
Ello sin embargo, implicaba recibir la contaminación que nos provocarían las aguas de lastre “que nos traería de vuelta”, por nombrar una clase de contaminación.
Pasaron algunos años, cuando un hombre octogenario, colchaguino, radicado en Antofagasta, don Ismael Parga Espinosa, llegó al Concejo Municipal, en pleno verano de hace unos cinco años atrás. Había conocido al alcalde Jorge Vargas en Isla de Pascua. Conversaron y quedó en venir a Pichilemu para exponer una idea al Concejo Municipal. Pues llegó y el suscrito -en ese tiempo Concejal- fue quien le puso más atención.
Producto de ello, en una próxima sesión expuse lo interesante de los argumentos y antecedentes que nos había traído el colchaguino, ahora radicado en la Perla del Norte. Junto con ello -siguiendo con las ideas de Ismael Parga- logré un acuerdo para enviar una Nota al MOP, a la Dirección de Obras Portuarias a fin de exponer de nuestro interés de que esa repartición hiciera un Estudio de Factibilidad, de acuerdo a los antecedentes enviados y redactados por el suscrito, en base a la documentación facilitada por el Consultor “Honoris Causa”, que actuaba motivado por su tremendo espíritu de servicio público, cultivado en una larga trayectoria en el aparato público. Dicha nota -firmada por el alcalde Vargas- fue enviada al Ministro Javier Etcheberry en el último trimestre de 2002.
Cabe señalar que don Ismael Parga era -ad honores- un hombre importantísimo en proyectos tales como la Zona Franca de Punta Arenas, donde trabajó incansablemente hasta conseguirla. Similares servicios realizó en Coyhaique. Y -en el año 1998- seguía luchando para que las autoridades isleñas siguieran “peleando” para conseguir un Aeropuerto en otro sector con mejores condiciones. Aparte de otros proyectos de largo aliento en la Segunda Región. Y, paralelamente, preocupado a la distancia de un nuevo paso cordillerano alternativo al Cristo Redentor, ya por Las Leñas o por Las Damas, en nuestra región.
Debemos señalar que la respuesta de la Dirección de Obras Portuarias del MOP, fue: la petición de Estudio de Factibilidad, hay que solicitarla a la Dirección Regional de Obras Portuarias del mismo ministerio. Este trámite se hizo, pero al final de nuestra gestión AUN NO SE CONOCÍA LA RESPUESTA.
HOY, sin embargo, el tema sigue latente y pendiente. Así como la alternativa de paso cordillerano, ya por Las Leñas o Las Damas, cualquiera de ellos a más baja altura que el Túnel Cristo Redentor; pero que se ha ido diluyendo por las “peleas intestinas” entre rancaguinos y sanfernandinos. Pese a las intenciones manifestadas por los gobiernos chileno y argentino, en el sentido de avanzar en un proyecto alternativo, quedó “en el olvido y la demagogia”; mientras la VII Región lograba acuerdos importantes para implementar y mejorar el acceso al Paso “El Pehuenche”. Es decir, mientras la VI Región AUN NO SE PONE DE ACUERDO en el tema, los curicanos y talquinos AVANZAN.
Pero el tema es hoy el PUERTO. La Corporación de Desarrollo de Colchagua sigue impulsando la iniciativa y la mantiene en sus prioridades.
En efecto, recientemente han dado a conocer en una reunión en la que estaban invitados sus asociados, el alcalde de San Fernando, Pablo Molina y la gobernadora de Colchagua, Cecilia Villalobos.
Esperamos, Dios mediante, que las propuestas señaladas en la ocasión, tanto para la provincias de Colchagua y Cardenal Caro, rindan sus frutos y la “semilla” siga propagándose a instancias regionales y el tema se ponga en debate.
“pichilemunews” está informado que -por parte del sector privado- también se está mirando hacia un Puerto -al norte de Pichilemu- destinado a proporcionar salida a los productos mineros -cobre y ácido sulfúrico- vitivinícolas -producción de los Valles de Cachapoal, Colchagua y Cardenal Caro- frutícolas y madereros de nuestra región y productos similares de la Región del Maule. Incluso de la Región del Bío-Bío.
Detalles por ahora no estoy autorizado a revelar, pero “pichilemunews” -que esta invitado a una reunión próxima en Santiago- apenas quede liberado del compromiso de no dar detalles, se los dará a conocer.
Un Puerto -con todas la ventajas que comprende en ahorro en el transporte y seguridad en las carreteras- como lo hemos sostenido anteriormente, significaría para nuestra provincia particularmente, una fuente de empleos importante para muchas personas y, obviamente, sería un polo de desarrollo que necesita esta parte del secano costero de la región. Ello por cierto ayudaría al incremento del movimiento turístico, puesto que el Puerto tendría la infraestructura propia de sus instalaciones portuarias y el centro urbano más próximo sería nuestro balneario; lo que además significaría, necesariamente, construir las vías expeditas con -quizás- una nueva Avenida Costanera prolongándose hacia el norte, para unir Pichilemu y la infraestructura portuaria.
