El exalcalde de Pichilemu Roberto Córdova, quien recientemente ha estado en el centro de la atención debido a sanciones administrativas por faltas a la probidad y una serie de irregularidades durante su gestión en la municipalidad de Pichilemu, se aventuró a la Fiesta de las Mil Cazuelas en Pañul con la esperanza de conquistar algunos votos y aliviar su maltrecha imagen política. Sin embargo, parece que la suerte no estuvo de su lado.
Córdova, quien se encuentra en plena campaña para convertirse en alcalde de Pichilemu en las elecciones de 2024, llegó al evento acompañado de sus colaboradores, Verónica Ramírez Tapia, exconcejal, y Marcos Salgado, funcionario de la Dirección del Trabajo. Pero lo que más destacó fue la soledad del exalcalde en medio de la multitud.
Con gran desesperación, Córdova solicitó una mesa para él y sus acompañantes, pero su petición fue rechazada. Parece que en la Fiesta de las Mil Cazuelas no hay privilegios para los políticos en apuros, y a Córdova se le pidió que hiciera fila como cualquier otro asistente. Al parecer, esto no le sentó nada bien, y, según testigos, se retiró después de saludar a solo un par de personas.
Para añadir un toque de humor a su falta de popularidad en el evento, Córdova compartió en Facebook una publicación burlándose de sí mismo. En ella, escribió: “Llegamos a Pañul con la idea de probar una de las Mil Cazuelas de Ave, pero la suerte no estuvo de nuestro lado 🤣🤣, y nos fuimos en búsqueda de almuerzo al Molino de Agua de la Sra. Amelia.”
La preocupación en el entorno de Córdova es palpable, ya que su candidatura parece no despegar. Sus problemas pasados, incluyendo sanciones administrativas por faltas a la probidad y una auditoría que reveló irregularidades en su gestión municipal, han empañado su imagen. Además, su renuncia al Partido Socialista y la falta de apoyo de alguna coalición política lo han dejado en una posición difícil como candidato independiente.
Parece que la caza de votos en la Fiesta de las Mil Cazuelas no resultó como esperaba para Roberto Córdova, quien podría necesitar más que una cazuela de ave para enderezar su campaña en Pichilemu.
