Ñaño, ermitaño de las Termas del Flaco, recibirá millonaria herencia

ñañoQuién no conoce al Ñaño, un hombre que un día decidió dejar la capital para internarse en la precordillera de San Fernando, en las cercanías de la Rufina. Un hombre que dice estar feliz de vivir fuera del ruido de la capital, sin tener que pagar cuentas de luz, agua, sin estar preocupado de tener que correr al banco porque esta sobregirado en la cuenta corriente, tal como él lo dice: “Yo vivo feliz aquí, soy un hombre feliz, soy un hombre afortunado de ser sano, si mira, yo que no voy al médico hace cerca de veinte años, vivo feliz con mis perros y con el cariño de la gente que pasa por estos lados en dirección a las termas y primero pasan a ver al Ñaño”.

Alfonso Bravo Lavín es su verdadero nombre, tiene 68 años, vive de una pensión de 80 mil pesos que el Estado le paga, dinero que, dice, le permite vivir sin ningún tipo de problemas. Luego de terminar su matrimonio, se alejó de su residencia en Providencia, Santiago, con destino a uno de los más recónditos lugares de Colchagua. Tiene dos hijos, un ingeniero residente en Estados Unidos; y otro que reside con su madre en la capital.

Es primo de Joaquín Lavín Infante, el excandidato presidencial y ministro del gobierno de Piñera.

Nunca pensó que su vida tendría este vuelco, de pasar a ser un hombre acaudalado a vivir en una humilde casa, donde muchos que lo pasan a ver; turistas extranjeros y chilenos se dan un tiempo para compartir un momento de alegría junto al Ñaño.

“Como no voy a ser feliz Ñaño, si vivo a orillas del rio donde sí quiero comer pescado tiro una caña y saco pescado y como, tengo amigos con quien comparto, si quiero comer asado compro o mis amigos los arrieros cuando pasan matan un corderito, como no voy a estar feliz Ñaño, esta es mi vida, mi feliz vida y más ahora que me llamaron para decirme que una tía me dejo una herencia, que es con artos cero Ñaño, son cerca de 60 millones Ñaño, como no voy a estar feliz”

Efectivamente el Ñaño luego de celebrar su cumpleaños 68 recibió la noticia de que deberá ir a la notaria a recibir un cheque cercano a los 60 millones de pesos, dinero que quizás es desproporcionado para una persona que está acostumbrado a vivir con poco dinero. “Iré a Chillán, viajaré al sur en tren para disfrutar de algunos días de vacaciones”, dice riéndose.                      

José Pinto Ávila.

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