El crecimiento de la oferta residencial en Pichilemu: las raíces de la comuna, pasando por el boom del surf, hasta la actualidad

Avisos de periódicos “Pichilemu” (1944, 86), “El Puerto” (1908), “El Marino” (1917) y “El Progreso” (1997).
Avisos de periódicos “Pichilemu” (1944, 86), “El Puerto” (1908), “El Marino” (1917) y “El Progreso” (1997).

Pichilemu es conocido como la “capital del surf” chileno (This is Chile, 2009), deporte que ha convertido a esta ciudad, capital administrativa de la provincia de Cardenal Caro (Región de O’Higgins), en un centro turístico (Ramírez, 2007). Pero Pichilemu supo antes de gloria y de gran turismo, antes de imaginarse siquiera en convertirse en la sede provincial (Grez, 2014a). En este artículo, repasaremos parte de la historia de esta ciudad costera, para dar una idea general de cómo surgió en el ámbito residencial; de ser un lugar deshabitado al principal destino turístico del sector. He privilegiado el uso de periódicos realizados en la comuna como fuentes de los alojamientos que existen y existieron, aunque se presentan grandes vacíos, debido a que las publicaciones no fueron constantes.

El surgimiento de la comunidad de Pichilemo: una historia de esfuerzo

El sector de Pichilemo (Astaburuaga, 1899) fue habitado en sus inicios por los indígenas promaucaes, hasta la conquista española. Los promaucaes fueron grandes cazadores-recolectores, y pescadores, y se extendieron geográficamente entre los ríos Cachapoal y Maule (Del Río et al, 2009).

Según el historiador José Toribio Medina (1908), el 24 de enero de 1544 el conquistador Pedro de Valdivia entregó las tierras que actualmente componen el territorio comunal de Pichilemu, la encomienda de Topocalma, a Juan Gómez de Almagro, lo que significó el comienzo del asentamiento castellano en la zona. A. Saldías (1987) señala que las encomiendas de indios fueron “la primera forma de administración política” de la conquista española; el autor, además, señala que la fecha de entrega de la encomienda sería la más correcta para representar el inicio de Pichilemu, pues no podemos hablar de fundación.

Posteriormente, a comienzos del siglo XVI, se conformó la hacienda de San Antonio de Petrel. Esta hacienda, originalmente de propiedad de Bartolomé de Rojas y Puebla, produjo en su época de esplendor “cueros, charqui, suelas, sebo y cordobanes”, así como también consiguió ganancias por concepto del “arriendo de potreros a otros ganaderos, el otorgamiento de permisos para que pastaran sus animales y el cuidado de éstos y la explotación de los pangales para la curtiembre de los cueros. (…) Hay registros desde el siglo XVII, que desde esta propiedad se llevaba a Santiago y a Valparaíso, sebo, charqui, grasa y suelas” (Del Río et al, 2009).

Por otro lado, el sector de Cáhuil se convirtió en el eje central del naciente territorio. Este lugar concentró, además, la producción de sal de costa, a cargo de los nativos indígenas, y que éstos comercializaban. Por el siglo XVII, Cáhuil se volvió en el sector más densamente poblado del sector, pero no perduró así por mucho. Ya revisaremos las razones.

Rápidamente avanzamos hacia el siglo XIX. W. Saldías (2006) señala que la provincia de Colchagua pedía a gritos un puerto que solucionara las necesidades de transporte interno de mercancías. Por ello, el presidente Aníbal Pinto le solicitó al capitán de corveta Francisco Vidal Gormaz, en 1872, que realizara una inspección de las costas para determinar en qué lugar debería emplazarse tal puerto. Vidal determinó que Pichilemu era el lugar más indicado. Con tal dictamen, en 1875, el futuro diputado por San Fernando (1891-1903) y dueño de la Hacienda San Antonio de Petrel, Daniel Ortúzar Cuevas construyó un muelle que sirvió para sus fines personales. Después, en 1887, éste muelle fue declarado puente menor por el Presidente José Manuel Balmaceda.

El surgimiento del puerto menor de Pichilemu significó el paso de Cáhuil a un segundo plano. Se empezaron a construir casas cerca del muelle, y en el sector que hoy conocemos como la avenida Ortúzar. Probablemente durante este tiempo no existía turismo como tal en el pueblo; esto puede deducirse al revisar la prensa de la época. El periódico “El Colchagua” de Rengo apuntó en 1896: “(Pichilemu es un lugar) sin hermoso panorama, sin atractivos naturales (…)” (Grez, 2014b).

Administrativamente, la comuna de Pichilemu fue creada por decreto del presidente Jorge Montt Álvarez y el Ministro Manuel José Irarrázaval el 22 de diciembre de 1891. Su primer alcalde fue José María Caro Martínez, quien asumió en mayo de 1894 sus funciones, y permaneció casi cuatro períodos en el cargo (Grez, 2014a).

La llegada del millonario Agustín Ross y el forjamiento de la identidad turística de Pichilemu

Pero faltaba el arribo de quien es erróneamente sindicado como el fundador de Pichilemu, el millonario político Agustín Ross Edwards, quien compró los terrenos de La Posada en 1885 a un menor de edad con el fin de convertirlo en un gran puerto, colosal, su gran sueño. Su plan, sin embargo, falló, y debió reinventarse. Por ello, convirtió lo que era conocido como La Posada en un hotel casi de lujo, en el que pasaban veranos completos familias aristocráticas santiaguinas. Lo adornó con un jardín (hoy Monumento Nacional), y con la instalación de una oficina de correos y telégrafos, con almacén exclusivo (en la actualidad, transformado en el Centro Cultural Ross, es también Monumento Nacional) (Grez, 2014b).

Con esto, Ross transformó a Pichilemu por primera vez en un centro turístico. El aristocrático fue, además, un férreo luchador por la llegada del tren al incipiente pueblito, llegada que se concretaría más de cuarenta años después de la compra de La Posada, en enero de 1926, lo cual potenciaría aún más el turismo en la comuna (Saldías, A., 1986).

La oferta turística: ¿cuánto ha crecido en los últimos 106 años?

Como señalamos anteriormente, Pichilemu se potenció en el área turística gracias al empuje que le dio Agustín Ross Edwards y sus obras arquitectónicas. Pero no sólo atrajo a las familias más acaudaladas del país, sino que también a gente que, sin muchos recursos, pretendía pasar un tiempo agradable en el pueblo. Esto es apreciable, una vez más, en la prensa de la época, que con sus avisos me han entregado algunos indicios sobre los servicios turísticos de la zona.

El primer periódico de Pichilemu fue “El Puerto”, fundado por Augusto Ramírez Olivares en 1908, y que publicó algunas ediciones entre enero y marzo de ese año, de las cuales solo dos sobreviven en los registros de la Biblioteca Nacional de Chile (Grez, 2013). El medio de prensa muestra algunos lugares para alojar, unos más modestos y otros más refinados. Por ejemplo, se cuentan en la primera edición de “El Puerto” avisos para: Pensión y Empresa de Carruajes de Antonio González, Casa de Pensión de Rosa G. viuda de Pulgar, Hotel Chile, Pensión de Salas Hermanos, Casa de Pensión Pichilemu, Hotel Colón, Casa de Pensión de Juan de Dios Flores, y el Hotel Central Pichilemu. No se provee una ubicación para ninguno de ellos (Ramírez, A., 1908a), y en la tercera edición del periódico no se añade ningún avisador (Ramírez, A., 1908b).

Avisos publicitarios de alojamientos en el periódico “El Puerto” (1908).  Colección Biblioteca Nacional de Chile
Avisos publicitarios de alojamientos en el periódico “El Puerto” (1908). Colección Biblioteca Nacional de Chile

Posteriormente, el mismo Augusto Ramírez Olivares publica “El Marino”, en el verano de 1917. A pesar de tener bastante avisaje de boticas y licorerías sanfernandinas, hay algunos alojamientos pichileminos destacados en las amarillas páginas del periódico pichilemino. Estos fueron: Pensión Pichilemu de Eulojio Salces, Hotel Chile, Pensión de Federico Urzúa, Pensión de Abraham Osorio, Pensión Valparaíso de Quiterio González, Gran Pensión Correa de Auristela Correa de Salas, Gran Hotel Pichilemu, Hotel San Fernando, entre algunos otros. Sin embargo, y al igual que el periódico “El Puerto”, este periódico no entrega datos de ubicaciones de los alojamientos que contrataron avisaje (Ramírez, A., 1917).

Avisos publicitarios de alojamientos en el periódico “El Marino” (1917). Colección Biblioteca Nacional de Chile.
Avisos publicitarios de alojamientos en el periódico “El Marino” (1917). Colección Biblioteca Nacional de Chile.

Es importante destacar que “El Puerto” y “El Marino” fueron publicados en plena “época dorada” del balneario.

Pasaron largos años para que en Pichilemu volviera a circular un periódico. Sólo en 1944, veintisiete años después de “El Marino”, circuló “Pichilemu”, dirigido por el secretario municipal Carlos Rojas Pavez (BN de Chile, 2014). Este periódico, cuya circulación se extendió hasta diciembre de ese año (con una edición, sin avisaje, en 1949), publicó avisos de los reconocidos hoteles Ross (ex Gran Hotel Pichilemu), Gran Hotel Casino, City Hotel, Asthur, Mundial, y San Fernando. Esto no significa que no hayan habido pensiones en ésta época, pero no están documentadas.

Aviso publicitario del Gran Hotel Ross, en el periódico “Pichilemu” (1944). Colección Biblioteca Nacional.
Aviso publicitario del Gran Hotel Ross, en el periódico “Pichilemu” (1944). Colección Biblioteca Nacional.

Mapa 1: Hoteles en la comuna de Pichilemu en 1944.

Detalle de mapa de sector de Pichilemu. Fuente: Google Maps. Información tomada de periódico “Pichilemu” (1944).. De izquierda a derecha se encuentran los hoteles: Gran hotel Ross, Gran hotel Casino, City Hotel, Hotel San Fernando, Hotel Asthur, y Hotel Mundial.
Detalle de mapa de sector de Pichilemu. Fuente: Google Maps. Información tomada de periódico “Pichilemu” (1944)..
De izquierda a derecha se encuentran los hoteles: Gran hotel Ross, Gran hotel Casino, City Hotel, Hotel San Fernando, Hotel Asthur, y Hotel Mundial.

Si bien hay un largo período (hasta 1986) en el que Pichilemu no contó con un medio de comunicación escrito propio, es importante notar que, tras el arribo de un personaje denominado “el Gringo” en la década de 1960 a probar suerte en el surf, es que este deporte se convierte en una creciente tendencia en las playas pichileminas (Saldías, W., 2013).

“El gringo” es reconocido como el pionero del surf en Pichilemu. Fotografía: Washington Saldías González.
“El gringo” es reconocido como el pionero del surf en Pichilemu. Fotografía: Washington Saldías González.

En 1986, se realiza el primer campeonato nacional de surf en Pichilemu. Este hito comunal marca también el renacimiento del periódico “Pichilemu”, en una tercera etapa, dirigido ahora por el futuro concejal Washington Saldías González. El periódico cierra por falta de avisaje tras el retorno a la democracia, en 1990, pero en sus páginas albergó publicidad para diversos recintos de alojamiento (Saldías, W., 1986).

Entre estos se cuentan: Residencial San Luis, Complejo Turístico Las Terrazas, Residencial Moreno, Hotel Rex, Residencial Montecarlo, Hotel Ross, Hotel San Fernando, Hotel Chile-España, y la Residencial El Oasis de Marcos Olivos Troncoso. Se nota un incremento en el número de residenciales en el centro turístico de la comuna (todas se encuentran ubicadas alrededor del casco histórico).

Mapa 2: Alojamientos disponibles entre 1986 y 1990, según avisaje en periódico “Pichilemu”

Detalle de mapa de sector central de Pichilemu. Fuente del mapa: Google Maps. Información tomada de periódico “Pichilemu”.
Detalle de mapa de sector central de Pichilemu. Fuente del mapa: Google Maps. Información tomada de periódico “Pichilemu”.

En el mismo año en que se volvió a publicar el “Pichilemu”, el tren dejó de circular hacia Pichilemu, lo cual afectó el crecimiento turístico de la comuna. En ese sentido, el periódico promovió la recuperación de este medio de transporte, infructíferamente. El “Pichilemu”, tras su desaparición en 1990, circuló por una última vez en 1996, dirigido por el abogado Carlos Carmona Plá (Grez, 2013).

Conclusión: el prometedor futuro de Pichilemu

En las últimas décadas, Pichilemu ha experimentado un gran crecimiento en el sector turístico. Su legado cultural, materializado en cinco monumentos históricos, además de sus playas aptas para la práctica de deportes como el surf, windsurf, entre otros, han catapultado a la comuna como el gran destino, no sólo de la región de O’Higgins, sino que a nivel nacional.

Como consecuencia, la oferta de alojamientos ha crecido considerablemente. Si antiguamente, en la época dorada de Pichilemu, existieron diversos hoteles para los turistas más acaudalados, así como baratas pensiones para quienes no tenían tanto, en la actualidad Pichilemu cuenta con campings, cabañas, residenciales, junto con algunos de los hoteles clásicos que aún sobreviven (el Hotel Ross, por ejemplo, y el Asthur).

Pichilemu está experimentando una época de bonanza. La municipalidad ha recibido mayores recursos, al ser distinguida como zona turística, para el mejoramiento de la ciudad, lo cual va directamente relacionado con la inversión en turismo. Es de esperar que este éxito siga in crescendo a medida que pasen los años. La historia de Pichilemu fue dificultosa, se merece un mejor destino.

Referencias

Astaburuaga, F. (1899). Diccionario geográfico de la República de Chile. 2ª ed. corregida y aumentada. Santiago de Chile. p. 558.

BN de Chile (2014). “Catálogo bibliográfico”, http://www.bncatalogo.cl. Santiago: DIBAM. Accedido el 28 de junio de 2014.

Del Río, C. y Tagle, B. (2009). Región de O’Higgins: Breve relación del patrimonio natural y cultural. Rancagua: Pro-O’Higgins.

Grez, D. (2013). “El Puerto: el primer periódico de Pichilemu”. El Cóndor de Santa Cruz, p. 2.

Grez, D. (2014a). “Las divisiones político-administrativas y la eterna búsqueda del progreso de nuestra costa”. El Expreso de la Costa de Pichilemu, p. 2.

Grez, D. (2014b). “Las «aventuras» del idealizado Agustín Ross y el histórico Centro Cultural: el «casino» que nunca fue casino”. El Expreso de la Costa de Pichilemu, p. 2.

Medina, J. T. (1908). Los restos indígenas de Pichilemu. Santiago de Chile: Imprenta Cervantes.

Ramírez, A. (1908a). El Puerto (16/01/1908). San Fernando: Imprenta La Provincia, pp. 1-4.

Ramírez, A. (1908b). El Puerto (05/02/1908). San Fernando: Imprenta La Provincia, pp. 1-4.

Ramírez, A. (1917). El Marino (enero-marzo de 1917). Pichilemu: Imprenta de El Marino.

Ramírez, C. (2007). “Edificio Consistorial I. Municipalidad de Pichilemu”. Santiago, Chile: Universidad de Chile. http://www.tesis.uchile.cl/tesis/uchile/2004/ramirez_c2/sources/ramirez_c2.pdf. Accedido el 29 de junio de 2014.

Saldías, A. (1986), “1926: El día que llegó el tren”. Periódico Pichilemu, p. 2.

Saldías, A. (1987). “Tenemos 443 años de antigüedad, según título de encomienda”. Periódico Pichilemu, p. 2.

Saldías, W. (1986). Pichilemu (1986-1990). Pichilemu: Imprenta La Nación.

Saldías, W. (2006). “Puerto en Pichilemu: histórica bitácora del engaño”. Pichilemu News. http://pichilemunews.blogcindario.com/2006/11/01068-puerto-en-pichilemu-historica-bitacora-del-engano.html. Accedido el 29 de junio de 2014.

Saldías, W. (2013). “Surf: gringo barbón y desgreñado que llegó junto a su tabla a Pichilemu -en los años ’60- vivió meses en casa de modesta familia”. http://www.pichilemunews.cl/detalle.php?id=4655. Accedido el 29 de junio de 2014.

This is Chile (2009). “Pichilemu, capital del surf”. Santiago, Chile: Fundación Imagen de Chile. http://www.thisischile.cl/2009/10/pichilemu-capital-del-surf/. Accedido el 29 de junio de 2014.

(Ensayo presentado para taller de cartografía, cátedra de Teoría de la Geografía, profesor Héctor Caviedes y ayudante Catalina Codelia, Universidad de Chile).

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