Antecedentes históricos de la formación de la comuna de Litueche

La ley de municipalidades del 22 de diciembre de 1891, creó la mayoría de las comunas del país. A partir de esa fecha la subdelegación dieciséis “El Rosario”, formó parte de la comuna de La Estrella.

Desde la instalación de la comuna de La Estrella, en 1894, tuvieron en ella, una destacada participación los vecinos de mayor importancia de la subdelegación de El Rosario, toda vez que la actividad política era regida por los propietarios que pagaban mayores contribuciones, función que les era ineludible.

Entre dichos vecinos figuran los señores: Fidel Acuña Donoso, Martín Castro Orellana, Juan Bautista Díaz Ponce, Arturo Díaz Lisboa, Francisco Fernández Bernales, José Miguel Fuenzalida, Olegario Lisboa y Benito Lisboa Cáceres. Ellos ocuparon los cargos de alcalde y regidores y el último de los mencionados, como secretario, tesorero y oficial civil. Todos ellos realizaron una fecunda labor en la etapa de formación de la comuna de La Estrella.

Estos prohombres, con su experiencia y responsabilidad asumieron el legítimo deber de gestar su independencia de la jurisdicción de La Estrella, por lo tanto, hicieron denodados esfuerzos para segregar la Subdelegación Dieciseis, patrocinando un proyecto que fue dirigido al Ejecutivo, quien poseía la facultad de crear o suprimir las comunas del país.

Destacan como impulsores de esta iniciativa, don Martín Castro Orellana, el mayor contribuyente de la subdelegación, don Benito Lisboa Cáceres, activo secretario y coordinador y doña Fortunata Oyarzún Gaínza viuda de Riveros, quien estaba relacionada social y políticamente con importantes personeros del gobierno de entonces.

La culminación de este proceso, se produce a fines de 1908 y comienzos de 1909, ocasión en que le corresponde actuar como Ministro del Interior a un distinguido hombre público colchagüino, el doctor Eduardo Charme Fernández quien acoge y apoya decisivamente la iniciativa de los vecinos de El Rosario.

El 20 de febrero de 1909, se obtiene mediante el Decreto Supremo N° 419, publicado en el Diario Oficial el 26 de febrero del mismo año, la creación de la nueva comuna de El Rosario. Gracias a este instrumento legal se dio comienzo a una nueva etapa en la cual la comunidad de El Rosario asume el derecho a regir su propio destino, deber al que los vecinos se abocaron inmediatamente.

De acuerdo con la Ley de Elecciones de la República y la Ley de Organización y Atribuciones de las Municipalidades vigentes en 1909, se colocó en marcha la comuna, el mismo año de su creación.

Los miembros de la Junta Electoral, formada por los siete mayores contribuyentes de la subdelegación, se reunieron en la casa de don Martín Castro Orellana, en la hacienda de Santa Mónica, para formar el Registro de Electores. Se podían inscribir en él, todos los chilenos con veintiún años cumplidos, que supieran leer, escribir y que tuvieran residencia en la Subdelegación.

Los candidatos a municipales, generalmente se encuentran dentro de los mismos nombres de los propietarios que pagan las mayores contribuciones o sus colaboradores más cercanos. Quienes estaban inhabilitados para asumir tales cargos eran: los empleados públicos, los parientes consanguíneos, quienes no cumplieran con la ley de reclutamiento militar, entre otros.

Los municipales electos por los 159 votantes de la comuna, de acuerdo con el acta original del escrutinio general de la elección, se reunieron para realizar la primera Junta Preparatoria; ésta fue presidida por el ministro de fé señor Juan de Dios Vial López, su objetivo era formar una Comisión Calificadora de los poderes de los electos y pronunciarse sobre las posibles exclusiones.

El domingo 2 de mayo de 1909, a la una de la tarde se constituía en sesión por primera vez la I. Municipalidad de El Rosario.

Todos los electos juraron observar la Constitución y las Leyes, luego se dio lectura al acta de escrutinios y al informe de la comisión preparatoria.
Por voto de mayoría se resolvió excluir a los regidores: Juan Riveros O. y Luis Echeverría L., por incumplimiento de la ley de reclutas.

Don Martín Castro Orellana, fué elegido primer alcalde, don Ambrosio Rosales Vidal y Aníbal José Rubio Lira, para segundo y tercer alcaldes respectivamente, luego se votó el orden de los restantes regidores.

Se propuso la terna para elegir secretario y tesorero, puesto que recaería en el señor Juan Antonio Castro Hidalgo.

Se fijó el calendario de sesiones ordinarias, las que se llevarán a cabo el primer y tercer domingo de cada mes a las 14.30 horas. Se facultó al primer alcalde para tomar en arriendo un local para sesionar y otro para la policía.

Se cierra la sesión.

La reclamación interpuesta por los regidores excluidos, señores Riveros y Echeverría, fallada por el Tribunal Calificador de Elecciones a su favor, dio lugar a una nueva constitución del municipio. Estando enfermo de cuidado don Martín Castro O., propuso para el cargo de Primer Alcalde a don Ambrosio Rosales V., quien fue elegido y don Manuel J. Solís L. y don Anibal J. Rubio L., para segundo y tercer alcaldes, respectivamente. Esta composición será en definitiva la que ejerció en propiedad el gobierno comunal durante el primer período.

LA OBRA DE LA PRIMERA MUNICIPALIDAD

Algunas de las tareas propias que le correspondió realizar al primer municipio, fueron: procurarse un inmueble donde sesionar, elaborar el presupuesto comunal, avaluar los bienes raíces, calificar las patentes, dotar de policías, reglamentar la construcción de viviendas y crear escuelas, velar por el aseo y el ornato, etc.

Una de las primeras medidas fue nombrar una comisión para efectuar el traspaso de fondos de los haberes pertenecientes a la Subdelegación 16 y que habían sido recaudados por la Tesorería de La Estrella. Integraron dicha comisión: el Primer Alcalde señor Ambrosio Rosales Vidal, don Luis Antonio Echeverría Lisboa y don Juan Jeneroso Riveros Oyarzún, tercer y cuarto regidores de El Rosario.

Por su parte la comisión formada por La Estrella la componen el señor Maximiliano Maturana y Pedro José González, primer y segundo alcaldes y el sexto regidor señor Manuel Machuca.

Le correspondió a la comuna de El Rosario una suma que ascendió a $ 550,43 que se cancelan en efectivo a don Ambrosio Rosales V. Esta entrega se verificó el 26 de noviembre de 1909.

Le cupo, además, a las autoridades de esta municipalidad, una activa participación en una campaña destinada a lograr la proyección del ramal ferroviario que nace en Pelequén, llegando entonces a Peumo, hasta un punto de la costa entre Topocalma y Matanzas. Logrando de los hacendados de la zona, su disposición a ceder los terrenos necesarios al gobierno, por donde debía pasar el tendido de la línea y para establecer las correspondientes estaciones.

Está demás, señalar las fundadas razones de la naciente municipalidad para propiciar, junto a sus congéneres de La Estrella y Matanzas esta laudable iniciativa, la que en definitiva no cristalizaría manteniéndola a la zaga del progreso por tantos años.

Otra de las tareas de este municipio fue la de elaborar el programa de actividades de la celebración del primer centenario de la emancipación nacional, creando una comisión para dicho propósito.

FALLECE UN FUNDADOR DE LA COMUNA

A poco andar, la comuna de El Rosario debió lamentar la pérdida de uno de sus más preclaros prohombres, a los 84 años de edad falleció el regidor Martín Castro Orellana un 17 de agosto de 1909.

Cito a continuación los necrólogos de la época: “ha fallecido este antiguo vecino de La Estrella (sic) y prestigioso miembro del partido Conservador de este departamento, el señor Castro era de carácter tranquilo y muy conciliador” (La Provincia, San Fernando).

El Diario ilustrado, dice: “Vivió rodeado de consideraciones por la bondad de su carácter y por sus condiciones personales mereció ser elegido alcalde de El Rosario”.

En tanto el Mercurio escribe: “el señor Castro pertenecía a esa raza de hombres de humilde cuna, pero que luchando a brazo partido con la fortuna, la dominan.

Rico ya, el señor Castro no se infausto con el dinero, por el contrario a orgullo tenía recordar su pasado. Con esa conducta tuvo muchos admiradores y muchos fieles servidores, a quienes atendía con sencillez y les protegía cuando era menester”.

La avanzada edad y estado de salud de don Martín Castro, unido a su espíritu cívico y visión política, lo determinó en el momento de reconstituir la primera municipalidad a favorecer para el cargo de primer alcalde a su hombre de confianza y administrador general, el señor Ambrosio Rosales Vidal.

DEPENDENCIA ADMINISTRATIVA DE EL ROSARIO

Desde las primeras décadas de la República, el Distrito Dos de El Rosario pertenece a la novena subdelegación de Navidad, provincia de Colchagua.

En 1867 es reformulado el territorio y jurisdicción de la provincia de Colchagua, aprobando el Ejecutivo la división propuesta por su Intendente, el señor Martiniano Urriola. El 14 de agosto se crea la Subdelegación Dieciséis El Rosario, con los distritos: 1 El Rosario, 2 Pulín y 3 Cartagena.

En 1891, con la nueva ley de municipalidades se crean la mayoría de las comunas autónomas del país, la Subdelegación Dieciséis, como queda dicho, forma parte de la comuna de La Estrella. Esta situación rige hasta 1909 cuando se crea la comuna de El Rosario con el territorio de la subdelegación dieciséis.

En 1927 es anexada a El Rosario, la subdelegación quince Navidad, la que formaba la comuna de Matanzas. Posteriormente, ésta es segregada de El Rosario, en 1936, creándose con ella la comuna de Navidad.

Desde entonces la comuna de El Rosario mantendrá sus límites y jurisdicción territorial sin alteraciones, hasta 1979. Este año en virtud de la puesta en marcha de un proceso de regionalización y reformulación comunal, se reestructuró la comuna de El Rosario bajo el nuevo nombre de Litueche y con un nuevo diseño territorial, que abarca una superficie de 611,5 kilómetros cuadrados, duplicando su primitiva extensión (308,8 Km2).

Incluye el nuevo territorio una franja costera (antes era una comuna mediterránea) y la central hidroeléctrica de Rapel. Además, se ha sumado una cantidad mayor de habitantes, de 3.420; se asciende a 5.140 habitantes.

Con estos nuevos elementos y recursos, se ha abierto mayores posibilidades de desarrollo y crecimiento, situando a la comuna hoy, como una de las de mayor importancia dentro de la nueva provincia Cardenal Caro.

EL CAMBIO DE NOMBRE DE LA COMUNA

Dentro del proceso de reformulación comunal, esta adquiere una nueva denominación. Su nombre hoy día es Litueche, (nombre propuesto a CONARA en 1975. por el Departamento de Ciencias Antropológicas y Arqueología de la U. de Chile), topónimo de origen mapuche cuyo significado etimológico es: “hombres de tierras blancas”, dado que uno de sus recursos naturales más abundantes y característicos es el mineral no metálico de color blanco llamado Caolín.

Dicho cambio provocó en un principio algunas controversias las que se aquietaron posteriormente con la adaptación paulatina de los vecinos a la nueva realidad.

Basta recordar, que del mismo modo que la dependencia administrativa de El Rosario ha ido cambiando con dinamismo, el topónimo usado para distinguir el territorio ha experimentado varios cambios a través de los años.

El historiador señor Régulo Valenzuela Matte, en su estudio sobre “La Doctrina de Rapel en el Reino de Chile” (Revista de Estudios Históricos N° 28, año 1984), señala que, el nombre aborigen que recibían las tierras en donde hoy se encuentra el pueblo de Litueche es, “Pucalán”.

Así era denominado el lugar por: Topocalma, Palloquililica, Guablauquen, Arcanabal, Arongomilla, Quilchongare, Alongomoro y los demás caciques y subjetos que poblaban los lugares aledaños cuando llegaron los conquistadores españoles.

Esta voz tendría al menos, dos acepciones de Pu = plural y Calan =brotes, significaría renuevos. Y de Puquio = pozo y lan = muerte, cuyo significado sería pozo de la muerte.

A comienzos del siglo XVII el Gobernador, al otorgar mercedes de tierras a los conquistadores en esta zona, favoreció con las tierras de Pucalán al Capitán Lorenzo Núñez de Silva, quien estableció su estancia en la posesión y levantó una capilla donde fue trasladado más tarde el asiento de la Parroquia de Los Indios de Rapel.

La capilla se llamaba, San Lorenzo de Pucalán. Después ésta cambiaría de advocación por la de “Nuestra Señora del Rosario” pasando a llamarse Capilla del Rosario de Pucalán, entonces corre el año 1750.

Más tarde se restringe el uso del nombre Pucalán, llamándose sólo como Parroquia de El Rosario.

A todo esto, el asiento de la parroquia nacida en Rapel ha estado situado en el pueblo de Rapel, en Pucalán y/o Rosario y en La Estrella.

EL TOPÓNIMO EL ROSARIO EN EL PAÍS

Debido a la existencia de alrededor de 40 lugares con idéntica denominación a lo largo del país, los habitantes de El Rosario experimentaron innumerables dificultades; como la disputa permanente con otras localidades por los servicios y obras destinadas a ésta. Por ejemplo a raíz de la creación de la oficina telegráfica en 1904, la comunicación del director general de telégrafos señor Guillermo Portón, al Ministro del Interior, es elocuente: “la igualdad de nombre ha hecho incurrir a la ilustre Municipalidad de Requinoa a un pequeño error, al creer que la oficina telegráfica de El Rosario debe instalarse en la estación de este nombre a ocho kilómetros al sur de Requinoa y 7 kilómetros al norte de Rengo”.

La oportuna reacción de las autoridades evitó que se consumara la instalación de la mencionada oficina en la estación de FF.CC.

Por otra parte, en cuanto a la recepción postal, desde la creación de la estafeta, es cosa frecuente el extravío de la correspondencia, la que llegaba con mucho atraso luego de deambular por todo el territorio.

Por ello los remitentes de modo espontáneo, le agregaron el apelativo Lo Solís al lugar de destino de sus cartas, puesto que desde la creación de la estafeta de El Rosario en 1872, este servicio fue atendido por miembros de la familia de este apellido. Algunos de ellos: Clemente Solís, José María Solís, Antonia Lisboa de Solís, Rosario Solís.

Por esta razón, en septiembre de 1905, mediante decreto, se procedió a cambiar la denominación de la oficina de la agencia postal de El Rosario, por el de Lo Solís.

Cabe señalar, que la oficina telegráfica servida por el telegrafista de planta, señor Adrián Solís Lisboa fue desde su creación por ley, en 1904 y hasta la unificación de los servicios de Correos y Telégrafos, llamada sólo El Rosario, única de esta denominación en todo el país y por tanto jamás llamó a confusión como punto de destino.

En virtud del cambio de denominación antes señalado, el uso corriente del apelativo se extendió indolentemente a otros servicios e instituciones, transformándose en el nombre del lugar por antonomasia y en detrimento del propio, hasta perder su identidad.

Esta grave distorsión es la que pretende corregir el topónimo de Litueche que hoy ostenta.

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Fuente: Saldías, Antonio (1993), Litueche, antes El Rosario. Pichilemu, Chile: Editora El Promaucae.

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