CARTA DEL ACADÉMICO MANFRED MAX-NEEF AL PRESIDENTE PIÑERA

 

CARTA DEL ACADÉMICO MANFRED MAX-NEEF AL
PRESIDENTE PIÑERA

Previa la fecha de sesión de la instancia regional que votó
a favor la aprobación a la construcción de cinco (5) represas en Aysén, el destacado
académico Manfred Max-Neef escribió una sentida y reveladora carta abierta al
Presidente de la República, en donde expone lo que significará la aprobación
del mencionado proyecto.

No obstante, a que coincidimos en la mayoría de los aspectos
indicados en la misiva, pensamos –modestamente- que la responsabilidad que le
endilga al Presidente Piñera, no corresponde, por varias razones, incluso
sabiéndose que él, como ministros y colaboradores de su gobierno apoyan ese
proyecto.

         
¿El gobierno del Presidente Piñera se está
desarrollando después de haber sido modificada la Constitución Política del Estado? ¿O
acaso no es la misma por la que se ciñeron los gobiernos de la Concertación,
con algunas modificaciones de por medio?

         
No decía –por ejemplo, el ex Presidente Lagos-
que “había que dejar que las instituciones funcionen”.

         
¿Acaso los seremis que tuvieron en sus gobiernos
no votaron a favor proyectos, muchos de los cuales están funcionando y
contaminando localidades?.

         
¿Cuánto tiempo se viene hablando de Pascua Lama?
¿Los presidentes de la Concertación hicieron realmente algo por impedir la
aprobación de ese proyecto? ¿Qué de su conciencia?

         
En los gobiernos de la Concertación se vendieron
las empresas sanitarias, en tanto, también, ex funcionarios de esos gobiernos
concertacionistas se vendieron; siendo el más emblemático el ex presidente de
TVN que lidera el Proyecto Hidroaysén.

         
Aunque no solo ellos, también, los medios de
comunicación se venden en cada aviso de las empresas transnacionales que buscan
mejorar su imagen: La misma Hidroaysén, Barrick, por nombrar algunos ejemplos.

Podríamos seguir con otras situaciones y hechos que, como las señaladas, muestran
las incongruencias de los políticos que –en público- tienen un discurso y –en privado-
otro. Peor aún. Fueron gobierno por veinte años y no fueron capaces de jugarse
por alternativas limpias, renovables y no contaminantes.

 

¿La
carta?, aquí está el texto íntegro:   

 

CARTA ABIERTA AL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA


DON SEBASTIÁN PIÑERA


Señor Presidente:


Con el respeto que me merece su persona y su investidura, me permito en mi


calidad de ciudadano libre de compromisos políticos, empresariales e


institucionales,  plantearle algunas preguntas y un comentario en relación


al megaproyecto Hidroaysén, próximo a ser votado en cuanto a su


factibilidad.


Preguntas:


¿Está usted dispuesto a cargar en su conciencia el que bajo su presidencia


se haya aprobado el más brutal Megaproyecto de la historia de Chile, en


cuanto a sus devastadores impactos ambientales, sociales  y
 culturales?


¿Imagina usted el infierno de impacto social y cultural que significará para


los asentamientos humanos de la región vivir diez o doce años rodeados de


megamaquinarias y de miles de trabajadores no locales destruyendo y


devastando su entorno, su cotidianeidad, sus costumbres y su tranquilidad


familiar? ¿Está usted dispuesto a cargar eso en su consciencia?


¿Piensa usted que una línea de transmisión de 2.300 kilómetros con torres de


70 metros de altura (equivalentes a edificios de 20 a 25 pisos) cada 400


metros, que, según análisis preliminares basados en peticiones mineras


realizadas por y para los interesados, fragmentaría 6 parques nacionales, 11


reservas nacionales, 26 sitios prioritarios de conservación, 16 humedales y


32 áreas protegidas privadas, es algo liviano como para cargas en su


conciencia?


¿Ha pensado usted que una franja de 2.300 kilómetros de largo por 100 metros


de ancho para instalar las torres, significan 23.000 hectáreas de total


deforestación? Cuatro veces más que las presuntas hectáreas que serán


inundadas por las represas


En adición a lo anterior, ¿ha reflexionado usted sobre la descomunal


destrucción de naturaleza que significará trasladar, desde unos pocos


puertos, 5.750 torres de esa magnitud a su lugar de emplazamiento? ¿Vale la


pena eso en la consciencia?


De concretarse la construcción de dicha línea, Chile podrá sentirse


“orgulloso” de haber generado la cicatriz más grande del planeta. ¿Cabría


tal “orgullo” en su conciencia? Es un hecho que, a pesar de la


desinformación, la publicidad maliciosa, las presiones y las tácticas de


seducción locales a través de regalitos realizadas por la empresa,  una


clara mayoría ciudadana se manifiesta contraria al proyecto.  ¿Siendo


nuestro país una presunta democracia, cabe en su conciencia que esa


ciudadanía que hizo posible que usted fuera Presidente, no sea respetada?


Muchos sabemos, y desde luego usted también sabe, los múltiples vicios que


se han cometido en el Estudio de Impacto Ambiental. No sólo el haber


despreciado e ignorado totalmente la participación y las observaciones


ciudadanas que la ley garantiza. Ha habido mentiras, descalificaciones y


adulteraciones de todo tipo, que resultan inaceptables para una ciudadanía


responsable y preocupada por un futuro digno para el país. El resultado


final, de aprobarse el proyecto, sería el de constatar una vez más, que


vivimos en un país que practica toda clase de rituales democráticos


falsificados y enmascarados, de tal manera que el poder y el dinero acaben


siempre siendo los vencedores. ¿Estaría usted dispuesto a corroborar esta


verdad con su conciencia?


El hecho de que la construcción de las represas se presente como un proyecto


distinto y separado del de la línea de transmisión es no sólo una bofetada


al sentido común, sino una grave ofensa a la inteligencia ciudadana. La más


elemental honestidad y transparencia institucionales (de que tanto se habla


como propósito del gobierno) obligaría a evaluar lo que realmente


corresponde; es decir un solo proyecto que incluye represas y línea de


transmisión. El hecho que no se haga como corresponde es obvio. El rechazo


del proyecto sería casi seguro. ¿Está usted dispuesto a legitimar este tipo


de truco en su consciencia?


Comentario.


Permítame aclararle, señor Presidente, que no soy un “terrorista


ambientalista” ni un fundamentalista fanático. Tengo un prestigio


internacional bien ganado y consolidado como intelectual que ha trabajado en


el diseño de alternativas económicas y de desarrollo que eviten los


desastres locales y globales que estamos experimentando tan duramente en las


últimas décadas. Para mí, respeto a todas las formas de vida, amor a la


Naturaleza, belleza, felicidad, dignidad, bienestar y calidad de vida, son


componentes que no pueden ni deben estar marginados del concepto de


desarrollo. Es más, sostengo con toda mi fuerza que ningún interés


económico, bajo ninguna circunstancia, puede estar sobre la reverencia por


vida; de todas las manifestaciones de la vida. ¿Cuántos de estos principios


respeta el monstruo de Hidroaysén?


Usted ha manifestado en múltiples oportunidades que Chile está próximo a ser


un país desarrollado. ¿Cómo entiende usted el desarrollo? ¿Se trata de


alcanzar un determinado PIB per cápita? En mi opinión se trata de cumplir


con las condiciones que acabo de enumerar. Y para cumplirlas nos falta


mucho, muchísimo señor Presidente. Desde luego que favorecer proyectos como


Hidroaysén, que prioritariamente contribuyen al enriquecimiento de


corporaciones trasnacionales que no le deben ninguna lealtad a Chile, nos


aleja aún más del verdadero desarrollo que necesitamos.


Aún cuando no existe entre usted y yo una amistad profunda, hemos mantenido


cordiales relaciones personales desde hace muchos años. He apreciado su


inteligencia y sus capacidades. Del mismo modo, me fui formando la impresión


de que usted era uno de los pocos políticos sensibles al medioambiente y


amante de la naturaleza. A pesar de que no voté por usted, me sentí contento


de que tendríamos un Presidente capaz de concebir un desarrollo armónico


entre Economía y Naturaleza. Me apenaría mucho, no sólo por mí, sino por


usted, el poder haberme equivocado.


Hago votos, señor Presidente, porque inicie usted un diálogo profundo con su


conciencia. Quienes realmente amamos la notable belleza de nuestro país


sinceramente lo esperamos.


Saluda a usted cordial y respetuosamente,


Prof. Dr. h. c. Manfred Max-Neef


Ex Rector


Director Instituto de Economía


Universidad Austral de Chile


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