PUDO SER PEOR, PERO LAS “DUNAS” PICHILEMINAS EN LA PLAYA PRINCIPAL EVITARON UN DESASTRE MAYOR

PUDO SER PEOR, PERO LAS “DUNAS” PICHILEMINAS EN LA PLAYA PRINCIPAL
EVITARON UN DESASTRE MAYOR

 

Por Patricio Saldías G. y Washington Saldías G.

 

–  Las mismas dunas que a unos cuantos han
servido de improvisado “nidito de amor”, fueron cruciales en Pichilemu, a la
hora en que cientos de kilómetros del litoral eran azotados por la fuerza
destructora del maremoto provocado por el terremoto del 27 de febrero, pasadas
las 3.30 AM.

 

– Indecisiones de autoridades
regionales, provinciales y comunales. Como decisiones inapropiadas se funden en
una gestión que queda al debe.

 

Quienes visitan
Pichilemu por estos días ven un desolador panorama y donde está patente la
secuela del terremoto y el maremoto, sobretodo en el sector de la Avenida Costanera,
desde la Capitanía
de Puerto hasta donde está ubicada la
Caleta de Pescadores.

Pero no a
equivocarse. Si bien el mar botó kioscos y dañó seriamente algunos
establecimientos gastronómicos y de hospedaje, los efectos más preocupantes han
sido –sin duda- de la serie de réplicas donde Pichilemu ha concentrado la
fuerza telúrica, provocando que muchas construcciones: viviendas en el sector
rural principalmente e infraestructura patrimonial como son las balaustradas de
la Terraza,
del Parque Agustín Ross y del edificio del ex casino, conocido hoy como Centro
Cultural “Ross”, estén en el suelo.

Un recorrido de
“pichilemunews” por el sector de Cahuil, Ciruelos, entre otros, nos permitió
ver los alcances destructivos de las réplicas, donde muchas viviendas están en
el suelo. Antiguas casas de adobe sucumbieron. Las que lograron –en principio-
sortear con éxito el terremoto del 27 de febrero, han ido cayendo unas cuantas,
mientras muchas otras están inhabitables ante el peligro de caerse
irremediablemente.

Es por ello que los
esfuerzos de las autoridades y de los grupos espontáneos de jóvenes
profesionales y comunidad fue la de construir Mediaguas para ir en auxilio de
las familias más afectadas y que perdieron sus viviendas.

 

PUDO SER PEOR

Tal como lo dijimos
en más de un artículo derivado por la catástrofe: que a Dios gracias, el
maremoto no causó el daño como el visto en otras localidades costeras, el
periódico local no pudo titular mejor su portada, al escribir PUDO SER PEOR.

En efecto, definitivamente
pudo ser peor.

Pero pasados los
días, muchos han ido encontrando una razón lógica que contribuyó a que los
efectos fueran muy menores a la destrucción que las olas del mar provocaron en
otras localidades y balnearios costeros.

El mismo alcalde
Roberto Córdova, reflexionado en voz alta se refería en una publicación acerca
de la providencial salvada –de algo peor- gracias a las dunas frente a la Avenida Costanera.

¡Claro!, si bien el
agua del mar llegó como a 150
metros mar afuera, inundando circunstancialmente
viviendas, el efecto negativo –aún con las personas afectadas y daños
materiales producidos- fue mínimo.

Antes del año 1971
en donde a partir de ese año se construyó el primer tramo de la Avenida Costanera,
uniendo la Avenida
Ortúzar con la
Terraza, en ese sector no había otra cosa que un cordón de
dunas de al menos cien metros de ancho.

La avenida
Costanera, entonces, se constituyó en un nuevo paseo –tratando de emular
Avenidas Costaneras de otras ciudades y balnearios- no obstante su precariedad
sobre las dunas hizo que éstas hasta el día de hoy, en períodos de invierno y
temporales de viento y lluvia, las arenas tapen casi completamente la avenida
Costanera.

 

CONTROL DE DUNAS

Corría el año 1975,
cuando la CONAF Area
Pichilemu, nacida de la
Corporación de Reforestación (COREF)- dependiente del SAG y
del Instituto de Forestación de éste es el precursor del Plan Colchagua de
forestación, dio inicio a una actividad paralela a la forestación iniciada en
los años 70.

El primer Jefe de Área
–el ingeniero forestal Hugo Ahumada Véliz- aparte de la labor de forestación
donde prácticamente todo Pichilemu trabajó en un momento, presentó un Plan de
Control de Dunas “biológico” con el objetivo de detener el avance de las dunas
y “recuperar” terrenos que estaban siendo invadidos por el avance de las dunas.

Prácticamente todo
el litoral de la región afectado por las dunas, fue intervenido con una especie
vegetal –del tipo gramínea- conocida científicamente como Ammophila Arenaria;
pero popularmente llamada “amofila”.

“pichilemunews”
conversó con el ingeniero forestal Hugo Ahumada y con el técnico forestal
Alfredo Pérez, dos profesionales de los muchos que trabajaron junto a otros por
años en el Área de Pichilemu de la Corporación Nacional
Forestal, CONAF.

Sabemos que usted
estaba en Pichilemu cuando se produjo el terremoto, ¿Ha tenido la ocasión de
conocer cómo quedó el sector más afectado de la Avenida Costanera?

“Efectivamente, al
día siguiente recorrí el sector y visité a algunos amigos, constatando los
daños producidos por la fuerza de las aguas. Sin embargo, comparando en días
posteriores con las imágenes de televisión, las fotografías publicadas de otras
localidades afectadas, sin duda que Pichilemu puede decirse que salió airoso en
cierto sentido”.

¿Y a qué atribuye
esa circunstancia o qué hecho explica esta cierta benevolencia de la
naturaleza?

“Junto con Alfredo
Pérez hemos recorrido y visto que –sin duda- las DUNAS consolidadas en un
proceso de más de treinta y cinco años fueron la barrera que minimizó la fuerza
de las olas y por ello que las aguas no causaron mayores daños a los causados.
Y se puede constatar que –contrariamente- en donde las DUNAS FUERON BORRADAS,
DESTRUIDAS, las olas y el caudal de agua entró con mayor fuerza que por donde
había dunas. Eso es innegable y para nadie puede ser un hecho que se pueda
negar, desconocer…”

¿Qué piensa de
aquellas personas que se quejan de las dunas existentes a lo largo de la Avenida Costanera
y que éstas no dejan ver el mar cuando se transita en automóvil?

“Sencillamente que
están equivocados. O mejor dicho, estaban…, pues si se analiza con seriedad
esta circunstancia, la mayoría concluirá en que, efectivamente, las DUNAS
salvaron en gran forma y/o medida que no haya en este momento que lamentar
mayores daños. Y lo más importante, que no se haya perdido ninguna vida en el
sector a causa de la acción destructora de las olas”.

 

DUNAS

Desde mucho tiempo
que se puede apreciar que las dunas frente a la playa principal en algunos
sectores miden alrededor de cuatro o más metros de altura. Lo mismo, es posible
apreciar la fortaleza de las raíces de los vegetales, lo que permite
–justamente- evitar en un gran porcentaje que las dunas estén más estables y no
se corran ni crezcan, sino se mantengan y crezcan en altura, no hacia los
lados.

Como un dato
ilustrador, Hugo Ahumada nos indicó que el Control de Dunas permitió recuperar
e incorporar como terrenos cultivables alrededor de 350 hectáreas en el
Fundo San Antonio de Petrel.

Asimismo, en el
sector próximo a Punta de Lobos extensos arenales y dunas colosales se transformaron
en bosques que hasta el día de hoy están en pié, tras estabilizarse el avance
de las dunas.

 

– Alfredo, entiendo
que tú junto al técnico forestal Fernando Latorre tuvieron una especial misión
antes de iniciarse el programa de control de dunas …, ¿es eso efectivo?

“Bueno, eso fue un
hecho circunstancial, pues yo y Fernando –como empleados de la CONAF- fuimos enviados a la
localidad de Chanco a buscar plantas de Ammophila Arenaria. Y más tarde con el
mismo propósito, desde la zona de Arauco. Pero en esa gran tarea de reforestar,
como de este programa Control de Dunas, es justo señalar que trabajaron muchos
compañeros técnicos forestales y, por supuesto, miles de pichileminos quienes
contribuyeron a cambiarle la cara a los cerros de la provincia de Colchagua y
Cardenal Caro”.

También hay que
agregar que otro importante trabajo se realizó en la zona en el control de
cárcavas, lográndose también, parar el avance de las erosiones en sectores de
Barrancas, Ciruelos, Pañul, Rodeillo, entre otros.


BORDE COSTERO

Perfectamente
podríamos haber concluido el artículo sobre este tema de las dunas en el borde
costero; pero resulta insoslayable dejar de lado a quienes –como autoridades
políticas, ya sean las nominadas por cada Presidente de la República, llámense
Intendentes, Gobernadores, como los SEREMIS y directores de diversos servicios
estatales- se llevaron durante veinte años “gobernando” sin que hayan sido
capaces de hacer bien su pega.

En un artículo
anterior, nos referíamos a la Comisión Regional del Borde Costero, organismo
interdisciplinario creado para ocuparse del “borde costero” de la Región de O’Higgins.

Dijimos que con
orgullo, la primera autoridad regional de la época se refirió a esta instancia
como la primera creada en el país. No obstante, pese a ello y a destinar
importante cantidad de recursos, entre otras cosas para convocar a una
Licitación para elaborar el Plan Intercomunal del Borde Costero.

Fue un equipo
interdisciplinario de la
Universidad de Santiago, USACH, quien se lo adjudicó. Y tras
una cantidad de tiempo contemplado en las bases, la serie de profesionales
llegaron a importantes conclusiones y recomendaciones, amén de la serie de
fotografías aéreas de restitución y planos basados en las mismas, señalando y
destacando las zonas de riesgo a lo largo de nuestro litoral, entre otras
importantes materias.

¿Pero qué pasó con
ese estudio y recomendaciones tras ser presentadas a las autoridades?

¿Se aprobó
finalmente el Plan Intercomunal Regional del Borde Costero?

¿Se aplicaron las
medidas y recomendaciones en cada Plano Regulador de las comunas costeras?

¿Hay una política
clara a los entes que tienen tuición y administración del borde costero, como
por ejemplo, la Dirección
de Territorio Marítimo, DIRECTEMAR?

Porque ha de saberse
que este organismo, a través de las diversas Capitanías de Puerto, dentro de
las respectivas jurisdicciones, son quienes otorgan concesiones, autorizaciones
y/o permisos a los “privados” para que –por ejemplo- construyan
Estacionamientos en terrenos de Playa e intervengan, como en el caso de
Pichilemu, las dunas en la playa San Antonio que va desde el sector de La Terraza hacia el sector de
Chorrillos, aproximadamente unos seis kilómetros de largo.

¿Los miles o
millones de “pesos oro” que cobra la DIRECTEMAR -en beneficio del Fisco- por estas
concesiones, autorizaciones y/o permisos valen la pena realmente?

¿Quién sabe
realmente cuántos ingresos percibe el Fisco por este concepto y otros más por
las actividades que se realizan en los terrenos de playa?

¿Estarán estos
funcionarios pensando en este instante si los recursos percibidos por el Fisco,
por ese concepto en el caso de Pichilemu, son mayores a los daños que se han
experimentado en el sector privado?

Es posible
argumentar que ninguna persona murió y que es ello es lo más importante, pero
no por ello deja de preocupar estas decisiones. Sobretodo que, es conocida la
burocracia existente en esta repartición pública (cuando quieren aplicar al
dedillo la normativa, las leyes y la cacha de la espada).

Junto con hacerse un
“mea culpa” quienes han sido autoridades durante los pasados veinte años de la Concertación, hay que
señalar que si el Plan Intercomunal del Borde Comunal que se hizo hace ya más
de doce (12) años y que no se ha aplicado, no es culpa de quienes lo hicieron,
sino de la incapacidad de las autoridades regionales y provinciales, como los
correspondientes consejeros regionales, para votarlo y aplicarlo.

De lo único que han
sido capaces ha sido mantener la denominada Comisión Regional del Borde
Costero, pero viene al caso preguntarse, ¿HASTA CUÁNDO LAS PAJAS? ¿CUÁNDO SERÁN
CAPACES DE HACER LO QUE TIENEN QUE HACER?

Estas preguntas, no
obstante a que quienes tuvieron esa responsabilidad ya no están gobernando,
podrían no tener sentido. Pero así y todo, las hacemos para que las actuales
autoridades de todos los niveles se preocupen de este tema y sean más efectivos
y cumplan con su papel en cada una de las responsabilidades que se les ha entregado.
Responsabilidades que, por lo demás, han aceptado voluntariamente. A nadie se
les ha puesto la pistola al pecho y nadie podría decir –tal como los
anteriores- que fueron obligados poco menos. ¡No señores!

Para estas últimas
autoridades aún “no hay cargos” que formularle, pues su responsabilidad les ha
llegado recién. Por tanto les daremos un tiempo. Mientras tanto estaremos
atentos, vigilantes, para informar de lo que esté aconteciendo en el tema y
conforme a su acción serán nuestros artículos.

Como siempre por lo
demás: Aplaudiendo las acciones de bien común, como denunciando o fustigando
las dilaciones o malas decisiones.


¿PREPARADOS?

Hoy por hoy es
difícil encontrar a un Cuerpo o Compañía de Bomberos, de cualquier localidad
–por modesta que sea- que no cuenten con la implementación material para poder
cumplir medianamente su misión: la de combatir el fuego. Es más, muchos están
preparados para acudir ante otras emergencias, disponiendo tanto su
equipamiento pero por sobretodo su voluntad de ayudar a quienes están en
desgracia o sufrido una emergencia. Es así como, por ejemplo, acuden a un
rescate vehicular, con herramientas y disposición.

El Estado
directamente, o los respectivos gobiernos regionales, comprendiendo su
importante misión y labor de ayuda a la comunidad les provee, permanentemente,
con costoso material. No obstante, se ha despreocupado de importantes temas, al
no proveer de equipamiento de emergencia, tales como equipos generadores de
energía eléctrica, grupos electrógenos, etcétera.

 Y es así que, sus sistemas de alarmas, como la Sirena, no funcionaron al cortarse
la energía eléctrica del día 27 de febrero.

¿Estará como
prioridad en el Cuerpo de Bomberos una “pedida” para estar preparados, o
seguirán tal cual con sus vehículos y, a lo más, recorrerán las calles gritando
a viva voz, como la ex gobernadora –que en una reunión de emergencia- dijo que
ella, por último salía a avisar a la gente de un peligro de tsunami?

¿Qué dice la Municipalidad de
Pichilemu que –pese a que se aprobó “rescatar” un grupo generador de su
propiedad, sin uso- nunca lo hizo y que podría servir no solo para estos casos
de emergencia, sino para usar en el Estadio Municipal, para los espectáculos
masivos, etcétera, etcétera?.

¿O finalmente alguna
cabeza pensante del municipio se acordó que tenía ese grupo generador y –por
fin- se tomó la decisión de rescatarlo?

 

Interrogantes hay
muchas, pero –por ahora- las dejaremos hasta acá.

En una de esas nos
sorprenden y muchas de las cosas dichas no tendrían sentido.

En el caso de ser
así –como nos gustaría que así fuera- no tendríamos ningún problema en
reconocer nuestra falta de rigor, de desconocimiento en esas materias.

¡Sí!, lo haríamos. Y
además propiciaríamos una campaña para erigirles un monumento a la acción, a la
eficacia, a la visión preclara de servidores públicos.

Se lo tendrían ¡¡muy
merecido!!

Y pensar que algunos
que no hicieron cumplir esos acuerdos (de rescatar el grupo electrógeno del que
hablamos), aparte de estar condenado por la justicia, tiene –en vida- su nombre
perpetuado en una calle.

Verdaderamente hay
personas que piensan con las patas ….    

 


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