Por: Juan F. Cornejo Acuña
San Fernando. Hace unos 150 millones de años atrás el periodo jurásico (período de la era mesozoica, que abarca desde hace 208 millones de años hasta hace 144 millones de años, caracterizado por el apogeo de los dinosaurios y la aparición de los mamíferos y las aves) presentaba densos bosques con gigantescos árboles, algunos de ellos de la familia de los pehuenes o araucarias, en un clima de una humedad estable.
Pero cuando se inició el cretácico (tercer y último período de la era mesozoica, que abarca desde hace 144 millones de años hasta hace 65 millones de años, caracterizado por el levantamiento de las grandes cordilleras del Himalaya y los Andes, la aparición de las plantas con flores y la extinción de los dinosaurios), los continuos movimientos tectónicos de la tierra hicieron que nuestra tierra se levantara coincidiendo con la erupciones volcánicas sepultando muchos bosques que, al quedar cubiertos de cenizas, iniciaron el proceso de petrificación. Pasado el tiempo la lluvia y el viento descubrieron algunas zonas de estos bosques petrificados.
El asentamiento indígena en la zona de Manantiales no es lo único que encontramos.
Adentrándonos hacia este poblado y subiendo unos pequeños cerros, entre boldos, peumos, espinos y quillayes nos encontramos en una pequeña meseta, la cual nos muestra un lugar muy especial en donde en distintos sectores y alrededor de ella hay trozos de troncos petrificados, encontrándose algunos sobre la superficie y otros semi-enterrados (difícil de saber su dimensión). Seguramente aquí en la zona hubieron inmensos árboles y bosques que cubrían todo este sector en el cual hoy en día solo se encuentran espinos, cactus, arbustos y algunos árboles que poblan estos cerros.
Creo que es de gran interés cultural para nuestra región visitar esta zona y de alguna manera protegerla.
Debiera declararse monumento natural, con la finalidad de conservar y proteger estos exponentes que algún día fueron grandes bosques de nuestra región y país.
