Un paro en sus actividades a partir de las 8 horas de mañana miércoles anunció el Colegio de Profesores de Pichilemu. Así lo difundió el informativo de la Radio Entre Olas de esta tarde; agregando que los profesores realizan el paro como una manera de protestar por el mal manejo administrativo del departamento de Educación Municipal y, paralelamente, exigen la renuncia del Jefe del DAEM, profesor Jorge Gajardo González, a quien responsabilizan por los problemas de su ámbito en la comuna.
La información radial señala, asimismo, que los alumnos de los colegios llevaron hoy una comunicación a sus padres y apoderados donde los profesores informan de la determinación.
Igualmente, pichilemunews conoció que los profesores seguirán en paro de actividades si una de sus exigencias la renuncia del Jefe del DAEM- no se produce.
Una de las causas que más molestia ha provocado en el profesorado es la situación que se les provocó al dejarse de pagar las cotizaciones previsionales; hecho que derivó a que aparecieran en el Boletín Comercial, con las molestias que ello significa. Y, aunque se informó el viernes en reunión del Concejo Municipal- que ya se había regularizado esos pagos, el desorden administrativo que persiste llamó a que al menos un par de concejales pidiera al alcalde Jorge Vargas que llamara a concurso para llenar el cargo, sin que se pronunciara al respecto.
Una de las razones de los problemas en Educación se ha dicho- es la mochila que carga el DAEM, donde actualmente cuenta con una cantidad de funcionarios que se aleja totalmente de la realidad, entre profesores, administrativos y auxiliares; donde en algunos casi hay tanto personal como alumnos- lo que obviamente repercute en que la administración se le ha ido de las manos al Jefe del DAEM que actúa bajo las ordenes del alcalde Vargas, su jefe directo y de quien depende.
El profesorado de Pichilemu con esta actitud de ir a paralización de actividades- esta demostrando que su molestia no se compra. Hasta hace algún tiempo, diversos embelecos e incentivos entregados por el alcalde Jorge Vargas eran capaces de mantenerlos -cual más, cual menos- tranquilos, dóciles. Pero, esos incentivos entregados en algunas ocasiones a unos en desmedro de otros, ya no son suficientes.
¿Hasta dónde se estirará la cuerda?
