UN PERSONAJE: ESCRITOR Y POETA JOSÉ VARGAS BADILLA EN PICHILEMU

Una grata estada -hasta ahora- disfruta en Pichilemu el escritor y poeta José Vargas Badilla junto a su esposa Inés López; quien a la edad de 91 años decidió establecerse en definitiva en esta comuna a la que tantas veces ha hecho verdaderos “Elogios” a través de sus inspirados versos.
Vargas Badilla es uno de los hombres de letras más longevos de la región. Nacido en Codegua, finalmente se hizo ciudadano de Colchagua, al radicarse en San Fernando, tras jubilar del Servicio de Investigaciones; pero “su segundo amor” lo cautivó y hace algunas semanas concretó un sueño que venía anidando en su corazón quizás de cuántos años: quedarse para siempre en Pichilemu.
Con “camas y petacas” se trasladó a su casa de veraneo, la que ahora es su casa habitación permanente. Y pese a que la amplió en el curso de los años, igual -se queja- quedamos estrechos, lo que ambos hace un rato me confidencian, cuando pasé a saludarlos y entregarle un modesto obsequio; pero que un hombre de letras aprecia tanto, por pequeño que sea. Me refiero a un texto sobre Pichilemu: la Guía Turística y Directorio Telefónico 2005/06 de Pichilemu y la provincia Cardenal Caro, la que naturalmente agradeció.
Y como un hombre inquieto, lleno de ideas, junto con mostrarnos orgulloso la medalla “Pablo Neruda” que recibió -uno de los pocos en la región- diplomas firmado por el Presidente de la República y un libro especial, de edición numerada (a él le correspondió el N°1807), sobre el vate y premio Nóbel, el año recién pasado con ocasión del Centenario; muy luego nos desliza ideas (la necesidad de un Periódico, que circule al menos semanalmente para plantear las necesidades que son evidente en esta capital de provincia), reclamos (cómo es posible que calles tan principales: Manuel Montt, Manuel Rodríguez, Santa María, Joaquín Aguirre estén sin pavimentar), un Grupo Cultural, etcétera. Y, siguiendo, nos invita a su Biblioteca y escritorio que ha habilitado. Ahí nos damos cuenta de la cantidad enorme de diplomas -más de medio centenar- que se le ha conferido. Más de una docena de galvanos se ven por ahí, a la vista. Además de otros premios y Cuadros de famosos pintores.
Nos enteramos también del nuevo libro de su amigo escritor, columnista y profesor Mario Noceti Zerega: Se llama “El Ramo de Huillis y otros cuentos”, 16 en total, con una atractiva y vistosa tapa, prologado por Héctor González Valenzuela, ex director del Diario “El Rancaguino”, medio en el cual colabora habitualmente Noceti con sus crónicas y donde Pichilemu muchas veces está presente. De hecho, algunas de ellas las vertió en su libro de un par de años: “Pinceladas pichileminas” donde da cuenta de anécdotas, vivencias de estos lares costinos, en que parte de su existencia la vivió en la comuna, como profesor de la ex Escuela “Cardenal Caro” y ex Liceo “José Miguel Camilo”.
Ya cuando nos despedimos, nos encarga que le averigüe qué Escuelas de Pichilemu no tienen Biblioteca, para regalarles algunos libros y dar el puntapié inicial para que se formen en cada una de ellas.
Como se podrá concluir, no solo ha llegado un escritor y poeta a establecerse a Pichilemu: ha llegado un auténtico “Quijote”, que pese a su avanzada edad, sigue -lúcido, claro, pero soñador empedernido- llano a seguir entregando cultura. De hecho antes de retirarnos nos lee un nuevo “Elogio a Pichilemu”, realizado en un par de tardes.
Prometió fotocopiarlo para entregárselos a ustedes, a través de este medio virtual y radialmente, en Radiografía Comunal, próximamente.

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