Año nuevo en Pichilemu espectacular, fantástico, increíble.

Todo lo que aparezca en las próximas líneas -si usted no vivió la experiencia de los primeros 11 ó 12 minutos del primer día del año 2004, aquí en Pichilemu- podría sonar a exageración; pero, de verdad, si hubiera tenido a mano un computador personal en esos minutos, este comentario estaría en el ciber espacio ya hace mucho.

No lo hice antes, nada más, porque era uno más de los organizadores del evento que, tras meses de preparación, había planificado la Cámara de Turismo de Pichilemu. Y, precisamente, mientras los miles de pichileminos y público que vino a “vivir” con nosotros el Año Nuevo junto al mar de Pichilemu, disfrutaba, contemplaba extasiada, emocionada y brindaba por el nuevo año, yo y muchos otros estábamos trabajando ….

Realmente, todas las personas estaban admiradas, pletóricas de entusiasmo, agradecidas de esos momentos que en el principal balneario de la VI Región estaban viviendo. Cada uno -quizás- nos sentíamos más chilenos en esos emocionantes minutos cuando nuestro himno patrio salía al aire y el animador coincidía en sus comentarios con los que ahí estábamos …
¿Cuál es la razón por no escribir antes?
Sencillamente, porque quienes éramos tras la organización, cual mas, cual menos, tuvimos diversas responsabilidades, que no nos permitieron, antes, dedicarnos a expresar el cúmulo de emociones, sensaciones y de ordenar las diversas “felicitaciones”, comentarios -de muchas personas: autoridades y diferentes personas que nos manifestaron sus opiniones; afortunadamente todas positivas, lo que no significa que no hayan detalles- que ahora estamos redactando …

Entre ellas, la del Gobernador de la Provincia del Cardenal Caro, José Saúl Bravo Gallegos, quien junto a su esposa, pasaron a saludarme al lugar en que estábamos trabajando. Ahí, tras oír su comentario y la satisfacción por lo que él había visto y sentido, no pude resistir decirle que “¿valió la pena dar la pelea, no?, a lo cual asintió sin mayores palabras, solo un “sí”, que dice mucho.

Algunos cibernautas quizás esto no diga mucho; pero si han seguido nuestras notas en este Libro de Visitas, entenderán a qué me refiero, cuando hablo de “dar la pelea …”

¿Entenderán algunos pichileminos que si nos ponemos la camiseta de nuestro “terruño” podemos hacer grandes cosas?
Quisiera pensar que la mayoría lo ha entendido y si así es, en buena hora. Sin embargo, con los pocos que somos hasta ahora y los que se vayan agregando SEGUIREMOS HACIENDO COSAS como la Corvinada más grande del mundo, como este Año Nuevo junto al mar; porque estamos convencidos que hay que hacer, hay que trabajar …

Particularmente pienso que aunque existan “chaqueteros” y “negativos”, como quienes antes de sumarse, involucrarse, sacan cálculos de imbéciles, electoreros, mezquinos, que divagan si es conveniente o no colaborar, si reportará algún beneficio político para quien lo hace, etcétera.

Es más, pienso que quienes tienen alguna responsabilidad, alguna autoridad, como también comerciantes, empresarios que “piensan mucho, antes de apoyar resueltamente, sin dobleces, sin escatimar esfuerzo, que mezquinan una colaboración; sencillamente hay que seguir arando “con los que tenemos”. Debemos seguir avanzando, caminando y cabalgando en pos de ese objetivo final, inclaudicable que es trabajar por y para PICHILEMU.
Si algunos se restan, allá ellos. Sin ellos SOMOS CAPACES de emprender grandes desafíos, y aunque sea lentamente, algunos se irán dando cuenta y sumándose a esta gran causa que es el progreso y desarrollo de nuestra comuna, integralmente, a través de esta industria que se llama Turismo.
No significa lo anterior que sea la única vía para lograrlo; pero es la alternativa que hasta ahora tenemos y nuestra responsabilidad es potenciarla.

Hay otras alternativas que también pueden contribuir a ello, pero éstas las daremos a conocer en otras notas.

Finalmente, no puedo terminar de decir que, el evento contó con la participación y colaboración de muchas personas anónimas que apoyaron resueltamente esta nueva actividad organizada por la Cámara de Turismo de Pichilemu, que preside el empresario Alvaro Sifón Ocampo.

A los jóvenes y adultos que trabajaron en forma remunerada y que entendieron que era importante ser parte de la actividad, ya en instalaciones, atención al público, como también a la participación de todos los artistas en general que lo hicieron gratuitamente, como al Sindicato de Cantantes, Folcloristas y Músicos que preside Fernando Urzúa Púa, a los comerciantes que -con su apoyo- se pudo darle un toque lumínico especial a parte de las palmeras del Parque “Agustín Ross”.

Asimismo, a los pocos comerciantes que se atrevieron a trabajar en el rubro gastronómico, ya que era incierto el resultado económico que implicaba hacerlo por primera vez ahí, y en una fecha como el Año Nuevo.
También destacar el trabajo de personal municipal (aunque hubo algunas acciones y trabajos que no se hicieron) y que amenazó y que “botaron” el sistema de alumbrado; lo que se solucionó con trabajos de emergencia a última hora cuando ya estaba andando todo y con público …
Todo lo que se pueda decir sobre la atmósfera, del ambiente agradable, de esos once o doce minutos de fuegos de artificio (que estarán en nuestras retinas por largo tiempo), el agrado de ver a público tan diverso: urbano, rural, juntos disfrutando, es algo que cuesta explicar con palabras. Y que lo resumiremos en tres palabras: ESPECTACULAR, FANTASTICO, INCREIBLE.

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