Desvaneciendo cargos

Publicamos á continuación, sin comentario alguno, los documentos elevados á la Dirección de Correos por los vecinos más prestigiosos de Paredones, sin distinción de colores políticos, en que se desvanecen los cargos que don Lindorfo Montero hizo, por medio de varios denuncios, en contra de la agente postal y telegrafista de este pueblo:

«Paredones; á 30 de Abril de 1907.—Señor administrador de correos de Vichuquén.—Los infrascritos, vecinos de la aldea de Paredones, ante Ud. decimos:—Hace dos años próximamente que la señorita Luzmira Cubillos desempeña el doble cargo de agente postal y telegrafista de este pueblo, y todos los vecinos que ejercen representación social y política y mandatarios que representan el poder judicial y administrativo y el pueblo en general; han visto siempre con agrado que dicha empleada ha desempeñado estos cargos á satisfacción del público, y no se ha conocido un caso detemrinado en que haya faltado á sus deberes.—Es verdad que está al dominio público que un tercero tiene motivos de queja contra ella porque no le entregó una correspondencia que no era suya sino de alguien de quien ella tenía instrucciones para no entregarla más que á los empleados que tenía designados. El primero pidió á la segunda la correspondencia del tercero y como ella se negara, como era natural, en el cumplimiento de su deber, se pretende mancillar su conducta funcionaria, haciéndole persecución hasta gestionar su separación ó traslación, medida que se tomará próximamente, como ha llegado á asegurarlo el denunciante. Lejos de merecer censura por esta conducta, creemos que es acreedora á un voto de aplauso y nosotros no nos excusamos en enviárselo, haciéndolo extensivo hasta la Dirección por el acertado nombramiento de agente postal y telegrafista de la oficina de Paredones, señorita Luzmira Cubillos. La vindicación de la falta que se le atribuye está perfectamente constatada en el documento adjunto. En esta virtud, nos hacemos un deber en formular esta solicitud ante Ud. protestando de la denuncia y del propósito de separarla ó trasladarla, y venimos en rogarle se sirva sostenerla en sus puestos. Y como la denuncia de nuestra referencia pende ante la Dirección General de Correos, dígnese elevar á ella la presente solicitud.—Juan de Dios Montero, Antonio Montero Rojas, Rómulo Catalán, Adán Montero R., Renato Montero, Francisco A. Valenzuela, José Luis Fuenzalida, Pablino Poblete, Miguel A. Márquez, E. Salustio Montero, Rosalino Vidal, Juan Francisco Castillo, Aníbal Cabrera, Ricardo Guerrero, Quírico Moreno, Eleuterio Marambio M., Abelino Alvarez C., Calixto 2.° Pérez, Reinaldo Ahumada, Jenaro Maldonado, Graciliano Piña, Efraín R. Cabrera, Juan Francisco Guérra, José Lorenzo Valenzuela, Ricardo Véliz, José Miguel Valenzuela, Marcos Leiva, Francisco Bustamante, Pedro Catalán, Narciso Catalán, Generoso Pulgar.—(Siguen las firmas).

Paredones, Abril 29 de 1907.—Señor Don Bernardo Montero R.—Presente.—Respetado señor:—Cuando una mujer se ve perseguida por un caballero (que por cierto no es valentía la de tal señor) es forzoso, es necesario acudir á otro de mejor corazón, de mejores sentimientos que haga brillar la justicia y se interese por defender á aquella mujer que injustamente se le persigue. En este último caso creo que se encuentra Ud. Como le dije en otra ocasión el señor Lindorfo Montero se presentó ante mí, en mi carácter de empleada del Correo, pidiéndome su correspondencia, y como Ud. no me había autorizado sino para que la entregase á sus sirvientes, me negué, como era natural, á la petición de dicho señor. Esta negativa fué suficiente para que él me injuriase y también me amenazase con que tendría que ser separada de mi puesto. Todo esto yo creí que sería cosa del momento, dado el espíritu incorrecto del señor Montero; mas no es así, pues últimamente he sabido de fuente fidedigna que gestiona por sacarme de dicho puesto y ha dicho que pronto tendré que salir de este pueblo. Si Ud. cree que he cumplido con mi deber y que soy acreedora á pedirle una justicia; ya que la persecución es motivada por un acto mío, que se relaciona con Ud., le ruego se digne contestarme al pie de la presente si es cierto que no tenía autorizado al señor Lindorfo Montero para que pidiese la correspondencia de Ud. ó de su familia. Con el ánimo de vindicarme de mi conducta ante mi jefe y relaciones le escribo la presente.—Dios güe. á Ud.—Luzmira Cubillos C.

Señorita Cubillos:—Por segunda vez repito á Ud. que yo no he autorizado al Señor Lindorfo Montero para que pida mi correspondencia en esa Oficina y por tanto Ud. obró correctamente al negarse á entregarla.—Saluda á Ud. su Att. y S. S.—Bernardo Montero.—San Miguel, Abril 29 de 1907.

Señor Don Rómulo Catalán:—Estimado Rómulo. No tengo ningún motivo de queja contra la señorita Luzmira Cubillos; antes por el contrario, en lo que yo he tenido que ocuparla como empleada pública se ha portado muy bien y la creo así con todos. Las razones por que no firmé la solicitud no hay para qué detallarlas más que lo que en mi anterior le expresé.—Su affmo. y S. S.—Gerónimo Cornejo U.

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