Cardoen es acusado de ocho cargos sobre tráfico de armas y conspiración. De ser extraditado a Norteamérica, Cardoen podría enfrentar 35 años en prisión y multas por sobre los 600 mil dólares.
Cabe recordar que, durante la dictadura militar, Cardoen fabricó armas que vendió, entre otros países, a Irak, comandado por entonces por el tirano Saddam Hussein, con quien se reunió personalmente.
La fiscal judicial Lya Cabello recomendó, hace unas semanas, no cursar la extradición, atendiendo los argumentos presentados por la defensa de Cardoen. Cabello planteó que en Chile no se castiga el delito de conspiración por exportar ilegalmente circonio para fabricar bombas de racimo y otras armas. Sin embargo, esta opinión no es vinculante con la decisión de Aránguiz.
Si bien la sentencia de Aránguiz puede ser favorable o no para el santacruzano, esta aún deberá ser ratificada por la sala penal de la Corte Suprema de Justicia.
