En un oficio dirigido al Consejo de Monumentos Nacionales, el presidente de la Fundación Región de Colchagua, Diego Grez Cañete, ha solicitado la declaración como Monumentos Históricos de diversos lugares del antiguo ramal ferroviario San Fernando-Pichilemu, basándose en la gran importancia histórica, cultural y social de estos lugares, que merecen ser protegidos y preservados.
El ramal ferroviario San Fernando-Pichilemu es el más antiguo y extenso de la red sur ferroviaria, con una extensión de 120 kilómetros. Su construcción comenzó en 1868 y se completó en 1926 en Pichilemu, después de casi sesenta años. A lo largo del ramal se construyeron quince edificios de estación, doce obras de arte (incluyendo puentes y túneles), y existieron dos tornamesas. Algunos de estos lugares ya han sido declarados monumentos nacionales, como las estaciones de Placilla, Colchagua, el túnel El Árbol y el caballo de agua de la ex estación El Lingue, pero otros aún no cuentan con esta protección.
Los lugares cuya declaración se solicita son la estación de ferrocarriles de San Fernando, incluyendo su tornamesa y desvío, el coche casa SI 1715 y el entorno del recinto; la casa del jefe de estación de Placilla; la bodega de la estación de Peralillo, actualmente conocida como Estación Cultural Valle de Colchagua; la bodega de la estación de Pichilemu; los puentes Chimbarongo o Los Maquis, Lihueimo, Puquillay, San Miguel, Yerbas Buenas y Las Cadenas, la tornamesa de la estación de Pichilemu y los túneles La Viña y El Quillay.
El oficio hace referencia a las solicitudes de declaración presentadas en 1999 por Víctor León, presidente de la filial San Fernando de la Asociación Chilena de Conservación del Patrimonio Ferroviario, y en 2000 por los licenciados en arquitectura Horacio Montenegro, Álvaro Osbén, Christian Retamal y el arquitecto Patricio Basáez, de la Universidad de Chile. Estas solicitudes contaron con el respaldo de políticos, la comunidad y organizaciones sociales. A pesar de que el Consejo de Monumentos Nacionales recibió informes favorables, el proceso de declaratoria de estos lugares como monumentos quedó inconcluso, por lo tanto, se busca reactivar dicho proceso.
Además, la comunicación resalta la urgente necesidad de declarar estos lugares como monumentos debido al constante riesgo de destrucción al que están expuestos. Esto se ejemplifica con la tornamesa de la estación de Palmilla, que era un modelo único en Chile, la bodega de la estación de Colchagua y el Puente Negro, los cuales actualmente ya no existen. La declaración de estos lugares como monumentos había sido recomendada en 2000 por el exconsejero Juan Benavides.
La Fundación Región de Colchagua espera que el Consejo de Monumentos Nacionales tramite con celeridad esta solicitud y otorgue la categoría de Monumentos Históricos a estos lugares, reconociendo su valor patrimonial y garantizando su preservación para las futuras generaciones. La protección de estos sitios contribuirá a mantener viva la historia y la identidad de la región de Colchagua.
