Al intervenir una Zona Típica se realizan un sondeos arqueológicos, acción que determina la existencia de elementos patrimoniales que deban recuperarse para su conservación. Siguiendo esta exigencia, la autoridad solicitó la ejecución de trabajos arqueológicos al interior del recinto del Gobierno Regional, puesto que más adelante se realizarán obras en este lugar, inserto en el damero fundacional de la ciudad de Rancagua.
Las faenas comenzaron el pasado lunes en el patio del edificio, y al tercer día se encontró la primera muestra arqueológica: una hilera de piedra o pircado, junto a una canaleta hecha de ladrillo. “Al parecer esto era una edificación, asociada a un conjunto arquitectónico que existió antes de que se construyera el edificio de la Intendencia”, explica Gregorio Calvo, arqueólogo responsable de los trabajos.
Junto con estos elementos también se encontraron restos de cerámica doméstica del siglo XIX o “quizá anterior”, según el profesional, abundantes fragmentos de teja y ladrillo, restos cerámicos aparentemente indígenas a juzgar por el grosor de sus paredes, huesos de animales, vidrio, y algunos materiales más actuales como metal y plástico.
Calvo explica que antes de iniciar estas faenas “se analizó el plano del conjunto arquitectónico actual y se determinó cuáles eran los lugares que estaban menos intervenidos y dónde podríamos tener efectivamente hallazgos de este tipo”.
La también arqueóloga, Almendra Sarmiento, integrante del equipo interdisciplinario que está desarrollando los trabajos, señala que se comenzó con la intervención en seis pozos. “En el pozo número tres se encontraron las piedras, pero de todos se está sacando material con valor arqueológico. Necesitamos todo el contexto para poder contar esta historia, ya que sin él, es imposible interpretar todo lo que se va registrando”, dice.
Una vez retirados los elementos se inicia una etapa de conservación, trabajo que consiste en preparar los materiales según los estándares de la Dibam para su ingreso al Museo Regional de Rancagua, lugar donde permanecerán. Así lo detalla Silvana Flores, antropóloga física, a cargo de esta tarea. “Todo lo que nosotros sacamos acá pasa por un proceso de registro, limpieza, embolsado, y etiquetado específico para preservar los elementos”, dice.
Respecto a la importancia de esta labor la profesional señala que “al momento que los elementos salen de la tierra empieza una cuenta regresiva para ellos, cualquier factor ambiental o golpe los puede dañar. Por eso el trabajo es muy minucioso, ya que los cuidamos para la posteridad. La cadena de trabajo no termina solo en sacarlos, sino que parte fundamental es preservarlos para que puedan seguir contando su historia”.
El equipo continuará realizando excavaciones durante enero, mes en el que se espera encontrar más piezas de este tipo. Sobre la relevancia que tiene realizar estos trabajos y rescatar los materiales encontrados, Gregorio Calvo, expresa que “en las culturas no solo existen roles e instituciones, sino que también memorias. Todas las relaciones humanas siempre tienen memoria, que consiste en información significativa sobre el pasado. Éste constituye parte de nosotros; por consiguiente, una forma de saber de dónde venimos, a dónde vamos y qué es lo que somos, es conociendo nuestro pasado por medio de las disciplinas científicas”.
A lo que Almendra Sarmiento agrega, “para muchas personas esto es súper extraño y poco frecuente de ver, pero la verdad es que pasa bastante y es nuestro trabajo también enseñar esto a la gente, para que valore su pasado, el de su región, su identidad y de donde vienen”.
