No somos lamebotas de nadie

Luego de que ayer hiciéramos pública nuestra decisión de no seguir publicando actividades municipales ya que dichas Corporaciones cuentan con recursos en su presupuesto para realizarlas, y sin embargo optan por otros medios de alcance más reducido, las reacciones fueron mayoritariamente en apoyo a nuestro medio.

Sin embargo, hubo comentarios insidiosos, ofensivos y menospreciativos, que son apoyados incluso por un alcalde, y que es necesario responder, debido a que afecta en específico la labor que realizamos como medio de comunicación de la provincia Cardenal Caro.

Por si no lo saben, al iniciar nuestras publicaciones el 6 de octubre de 2014, nos trazamos un camino bastante específico, con el fin de trabajar siempre por el progreso de nuestra provincia.

Escribimos entonces: “‘El Marino’ digital se define ahora como un medio totalmente independiente. Contará con actualizaciones diarias sobre todo el acontecer nacional, regional, dando especial importancia a las noticias de la provincia de Cardenal Caro y Colchagua, siempre buscando el progreso de la región, estando permanentemente al servicio de la comunidad. Respondemos al deseo de obtener información veraz. ‘El Marino’ será un medio pluralista: aquí todos tendrán su espacio, sin distinguir entre posición política, religión o raza”.

Pero más importantemente, resaltamos: “Defenderá este diario siempre la justicia y la verdad, sin darle importancia a influencias ni presiones”.

Esto mismo determinó nuestra decisión. Lamentablemente, al publicar actividades municipales de forma gratuita, sobre todo en esta época de campaña en que el alcalde de Pichilemu está haciendo campaña soterrada, significa que estamos de acuerdo con lo que él hace. Más allá de que lo estemos o no, “El Marino” no puede perder su independencia, por lo que resulta evidente que si la municipalidad quiere que sus actividades se difundan en este medio, no puede ser de otra forma que no sea pagada. Sólo eso garantiza que no perdamos nuestra independencia.

Ahora bien, durante los tres años de existencia de este medio, la Municipalidad ni su alcalde, de forma personal, jamás ha invertido un céntimo en difusión en nuestro diario. Sus informaciones han sido difundidas, gran parte del tiempo, sólo por buena voluntad.

El diario “El Marino” es una empresa como cualquier otra. Tenemos nuestras boletas, facturas, pagamos impuestos, se pagan los servicios de un contador, se paga el dominio web, se paga hosting. No es gratis publicar una noticia u otra.

Más allá de todo este asunto económico, está demás decir que siempre que hemos podido hemos participado de campañas en beneficio de la comunidad, dándoles difusión y cobertura. Con orgullo, podemos decir por ejemplo que motivamos grandes cambios en el tema puntillazos, cuando recolectamos el apoyo de ochocientas personas para solicitar a las autoridades mano enérgica contra estos carretes playeros. Hoy, están en extinción.

Pero la política, mejor dicho la politiquería es sucia. Se nos tratará de empañar porque queremos demostrar que somos imparciales, pluralistas e independientes.

Antes, se decía que Roberto Córdova nos pagaba para hablar en contra de Jorge Vargas. Ridículo. Ahora, seguramente dirán que nos paga Marcelo Cabrera o Jorge Vargas para dañar a Roberto Córdova.

No se trata de eso, entiéndanlo. Al contrario de las radios conventillo que hay en Pichilemu, este es un medio de comunicación escrito que no sólo comunica los hechos en el momento, también escribimos la historia. Tenemos una enorme responsabilidad. Y no vamos a estar escribiendo sandeces con el fin de dañar a tal o cual.

Está en el corazón de lo que es la prensa: informa lo que pasa en nuestro alrededor. Las noticias no las inventamos, son lo que son.

Extendemos un llamado a quienes buscan de manera insidiosa dañar nuestra reputación como medio de comunicación y también a la familia que es propietaria del medio, a que en vez de andar “aportillando” sean un aporte real a la comunidad.

¡Dejen el cahuín! ¡Dejen la estupidez! ¡Abran su mente! ¡Piensen de una vez en sus comunidades! ¡Pónganse de manera auténtica la camiseta por su ciudad!

¡No somos lamebotas de ningún alcalde!

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