Don Javier: colocolino, unionista, viajero, emprendedor y parte de la historia santacruzana

DON JAVIER LIZANAHace algún tiempo Quinahue Memoria andaba en busca de fotos de antiguos comerciantes de Santa Cruz y por eso entro a una talabartería que esta antes de llegar al Líder, en la calle Casanova. Allí como si el tiempo se hubiese detenido encontró la amabilidad de don Francisco Javier Lizana Lizana, quien el pasado lunes 22 a las 8.30 horas se retiró de este mundo, no sin antes haber vivido una existencia a plenitud.

Su nieto Javier Iriarte nos relata la historia de su desparecido abuelo…

Don Javier nació en Paredones, luego con su madre se trasladó a Bucalemu. Antes de los 15 años empezó a trabajar como ayudante de boticario, aprendiendo a colocar inyecciones. Entonces conoció a una persona de Santa Cruz, quien se lo trajo a trabajar como ayudante en una botica (farmacia).

Al llegar a este pueblo vivió en la casona donde estuvo antiguamente el colegio María Auxiliadora y posteriormente la residencial Macarena (arrasada por un incendio en 1976).

Empezó a trabajar con un caballero en talabartería. Luego arrendo lo que hasta hace pocos días era el local que atendía por décadas. Consiguió dinero y se compró el terreno; entonces puso un restaurant (el que aún queda en pie, ahora transformado).

Trajo desde Paredones a su mama y tres hermanos, entre ellos Luis Salinas “el paco Salinas”.

Adquirió una propiedad donde actualmente está el Juzgado de Familia y puso una Quinta de Recreo que funciono hasta 1987 aproximadamente.

A don Javier le gustaba mucho viajar y así conoció diferentes países y cuando la selección chilena iba a un mundial, el la acompañaba. Traía recuerdos de Asia, Europa, Latinoamérica, desgraciadamente todos ellos junto a fotos desaparecieron en un incendio que arraso con su casa y negocio hace como 20 años.

Desde pequeño amo el fútbol. Cuando llego a vivir a Santa Cruz lo invitaron a jugar a Unión Comercio, donde jugo por muchos años. También fue presidente de los socios de Colo Colo en Santa Cruz (el club que lo era todo para el). Todos los lunes le mandaban entradas para partidos del equipo colocolino y se distribuyeran entre socios de la zona.

Seguidor e hincha incondicional de Unión Comercio y luego de Unión Santa Cruz, no se perdía partido. ( la Anoche antes de perder la vida hubiera disfrutado el triunfo santacruzano y quizás lo hubiese hecho en Angol). A pesar de su edad y sus consiguientes dificultades asistía siempre al estadio, su nieto le proponía que fuera en silla de ruedas a lo que él se negaba tajantemente, le gustaba hacerlo caminando… Tanta era su pasión y compromiso con los muchachos de Unión Santa Cruz que el 16 de Enero no dudo en viajar a Lota. Allí se sintió mareado, se fue a apoyar en un auto pero cayo golpeándose la cabeza. Desde aquel domingo de fútbol permaneció hospitalizado hasta su muerte y en esos días nació su último bisnieto a quien no pudo conocer.

Don Javier siempre supo que si tuviera que morir lo haría con tranquilidad, porque vivió la vida como quiso, se atrevió siempre, siempre con la camiseta del esfuerzo, latiendo Colo Colo y Unión Santa Cruz, siempre ganando por goleada a la adversidad, pero quizás no pudo cumplir uno de sus grandes sueños antes de morir que era ver a su querido Unión Santa Cruz Campeón de la Segunda División, algo que creemos que el Club hoy debería rendirle un homenaje en el partido que jugara con Valdivia, “Don Javier que dios lo tenga en su santo reino y desde el cielo estará alentando a su querido club Unión Santa Cruz.

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