Comida coreana, una alternativa saludable para los chilenos

Banchan, pequeños platos de comida coreana.
Banchan, pequeños platos de comida coreana.

Por Nagyeong Ahn, estudiante de la Universidad Hankuk de Estudios Foráneos (Corea del Sur). Para “El Marino”.

¿Cuántos de ustedes han probado la comida coreana? Sí, es bastante difícil tener la oportunidad de degustarla, y es un tipo de comida que puede gustar o disgustar. Pero, una vez que te das cuenta lo maravillosa que es, no querrás dejarla.

Como estudiante universitaria coreana, pasé un año en Santiago, Chile, y sé la popularidad de la comida china y japonesa entre los chilenos, lo que me hace pensar; ¿por qué no comida coreana?

Comparada a la comida nipona y china, la comida coreana no es tan conocida globalmente, a pesar de que su expansión por el mundo crece cada día más. El intento de globalizar la comida coreana es una tarea que consume mucho tiempo, por la gran diferencia que tiene con las demás comidas asiáticas: es comida lenta.

Los chilenos disfrutan el sushi japonés y los menús estilo ‘wok’ chinos porque son rápidos y convenientes para comer en sus ocupadas vidas. La comida coreana toma tiempo cocinarla y comerla, requiere más tiempo que aquella “comida rápida”.

Esa lentitud tiene su razón. La comida coreana usualmente consiste de arroz con varios pequeños platos, llamados banchan. Entre varios banchans, los vegetales suman un 75 por ciento. Los platos son complicados y, en su mayoría, son hervidos, algo mucho más saludable que freir en aceite. El uso de pastas tradicionales coreanas para sazonar, como pastas de soya o ají rojo, contribuye otro factor, ya que los ingredientes de la enzima de la pasta previene la obesidad.[1]

Una fundación de comida coreana, que trabaja activamente en publicitar y promover la comida coreana, señala que “el consumo continuo de comida coreana tradicional ayuda a prevenir enfermedades y obesidad.”[2]

Durante mi estadía de un año en Chile, gané cerca de diez kilos. Trabajé en una compañía, así que tenía una rutina diaria promedio, como los demás chilenos. Comenzaba el día con una taza de café con pan con palta. Luego, afuera, me encontraría con el mundo de los sandwiches, hamburguesas, empanadas, comida peruana alta en calorías y carbohidratos, acompañadas de bebidas gaseosas o jugo azucarado y pan gratuito. También, era muy difícil resistirse a ordenar el último plato, los postres. Para mí, este estilo de hábitos alimenticios me hizo ganar peso. Pero tan pronto como volví a Corea, por cierto, naturalmente cambiando mi dieta por el estilo de comida lenta coreana, perdí todos esos “kilos chilenos” en sólo seis semanas.

A comienzos de año, el gobierno chileno intentó subir los impuestos a la comida alta en grasas, lo que muestra su preocupación por los altos índices de obesidad del país, que casi llegan al 30 por ciento..[3] Además de esta medida, el gobierno debiera considerar cambiar los hábitos alimenticios de los chilenos, sugiriendo la comida coreana si quieren reducir este índice de obesidad.

Tomarse unos minutos más para tener una dieta más saludable no dañará la vida cotidiana de nadie; le dará a la persona una vida más feliz y larga. La comida coreana es una dieta inteligente, que puede asegurar salud y un cuerpo más ligero a los chilenos que tienen una comida concentrada en grasas.

Notas

[1] Korean Food Foundation, “Effects of Korean Food”

[2] Korean Food Foundation, “Effects of Korean Food”

[3] Santiago Times, “50 deputies call on Bachelet to include junk food on sugary drinks tax”, Celia Seruby, 3 de mayo de 2014.

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