- El trafkintü “promueve el cuidado de la tierra, las semillas y la soberanía alimentaria”.
Como un acto solidario se califica el intercambio de saberes, semillas y plantas que se vivió en Pichilemu, organizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Pnud, la Unión Europea y elCentro de Desarrollo Sustentable.
En su tercera versión, se realizó en Pichilemu un nuevo Trafkintü, en que el intercambio de semillas, plantas medicinales y nativas fueron el centro del evento en el que se compartieron además, saberes, experiencias y conocimientos como un acto solidario para cuidar la tierra y la soberanía alimentaria. Organizado por el Programa de las Naciones Unidas por el Desarrollo, Pnud, la Unión Europea y el Centro de Desarrollo Sustentable de Pichilemu, cerca de 100 personas acompañaron la actividad, los que vinieron desde la región de Coquimbo hasta La Araucanía.
Alejandro Alarcón, representante del Pnud dijo que este evento se hace posible gracias a que “hemos tenido buenos socios como Cedesus, las organizaciones y mujeres del territorio, todos los que tienen el interés por las semillas, por cuidarlas, mantenerlas y por reproducir semillas sanas, que tienen un conocimiento detrás. Cuando hicimos el primer Trafkintu, no éramos más de 30 personas, había también un desconocimiento de qué significa esto de reunirse para conservar y aprender a usar las semillas, y hoy tenemos más de 90 inscritos”.
La profesional también destacó que hay una variedad genética importante y una gran biodiversidad por la gran cantidad de semillas que se intercambiaron en la sede del Adulto Mayor de la comuna costera. Alarcón agregó que “el Pnud y la Unión Europea están comprometidos con esta actividad, Chile está tremendamente afectado por la Desertificación, más del 63% del territorio tiene algún grado de Desertificación, a las sequías prolongadas y la escasez de agua y hay que darle un solución, por lo que hemos apoyado proyectos poniendo a disposición agua a comunidades que no la tienen. Debe haber una mirada integral, estas acciones deben estar integradas en los Pladeco, es un desafío para las Estrategias de Desarrollo Regional, porque la desertificación se une a pobreza, con brechas sociales y falta de oportunidades para los territorios”.
Fue en la Plaza Arturo Prat de la capital de la Provincia de Cardenal Caro, donde se realizó una rogativa Mapuche para dar inicio al nuevo año de los pueblos originarios, junto a los elementos de la naturaleza que se invocan, agua, tierra, fuego y viento, donde las mujeres y hombres productores y protectores de las semillas manifestaron todas sus intensiones de lucha para evitar que sigan privatizándose estas bondades que entrega la tierra. Eliana Catalán Lincoleo, proveniente de Vilcún, región de la Araucanía, dentro de la cultura Mapuche es una Guardiana de las Semilla y pertenece a la Organización Weichafe Domo y a la Asociación Nacional de Mujeres Rurales Indígenas, explicó que “el Trafkintu es una herencia cultural que nos dejaron nuestros ancestros, tiene un sentido íntimo, es un acto solidario, porque la humanidad no ha sabido cuidar lo que nos entrega la tierra. Las semillas son patrimonio de los campesinos y los pueblos indígenas y nuestro mensaje es para que no se privaticen las semillas, no cultivarlas con transgénicos porque va en contra de una mejor calidad de vida y nos sabemos que es lo que estamos comiendo hoy día”.
Luego de los intercambios, vino un taller para elaborar abono orgánico con el fin de mejorar la producción de alimentos y ayudar en los procesos de las familias para generar sus propios huertos como una forma de volver a las raíces y la soberanía alimentaria. Como lo hace Manuel Henríquez proveniente de Melipilla, quien se ha desarrollado como productor orgánico, y ha rescatado semillas con trayectoria como las que usaban sus propios abuelos. “Estas verduras son muy sanas, así cuido a las familias y la propia tierra, porque es un ser vivo. Espero este evento se realice en todas partes e incluso a nivel mundial porque crecemos como productor y también como seres humanos”, dijo el agricultor.
Mirta Gallardo Saavedra, proveniente de Coquimbo es la Presidenta Nacional de las Comunidades Agrícolas, quien ha trabajado por desarrollar políticas rurales de producción dijo que “estos desafíos nuevos y fortalezas para seguir entregando conocimiento, son los propios territorios los encargados de mantener nuestros recursos, como una forma estratégica de desarrollo, pero la que no se conoce mucho en Chile. El Estado con sus políticas provoca mayor desigualdad y que cada vez sea más difícil el desarrollo de los territorios, privilegia las rentabilidades, los números y las cifras económicas, no están pensadas en comer, sino que en vender”.
Fuente: Centro de Desarrollo Sustentable de Pichilemu. Publicado bajo los términos de la licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual-NoComercial.
