TESTIMONIOS Y CAMARAS OCULTAS

TESTIMONIOS Y CAMARAS OCULTAS
Por Toño Freire.

No es sencillo el aspecto televisivo que pretendo abordar. Ambos sucesos in comento incluyen el uso de cámaras de video como testimonio y ocurrieron a miles de kilómetros, en continentes distintos. Sin embargo, contienen elementos comunes que permiten contrastar su validez acusatoria ante los tribunales. Si bien es cierto que el ocurrido en tierras foráneas afloró apenas el 1º de octubre del presente año en el canal “La 7” de la teve italiana, y el asunto criollo aconteció en el 2003 en Chilevisión cuando se trataba de desentrañar el Caso Spiniak, los dos se encadenan porque giran en torno a la homosexualidad, la adopción de nuevas tecnologías, la ética periodística y la moral funcionaria.
Sintetizando, recordaré que en el incidente criollo de hace cuatro años, el fiscal Daniel Calvo fue grabado en su despacho con una cámara oculta operada por Sebastián Rodríguez, ex regente de un sauna gay al que asistía el ministro investigador. El material filmado, en que él reconocía su asistencia al sauna, enseguida fue pasado por Chilevisión y Calvo denunció haber sido victima de una “extorsión encubierta”. Vino entonces un largo proceso que terminó sancionando las grabaciones privadas y castigó con presidio remitido y dinero al equipo periodístico de la estación azul. Tal situación, aparentemente dormida, estos días cobró actualidad al presentar Daniel Calvo una millonaria demanda contra la estación de Sebastián Piñera equivalente a un total de $ 550 millones de pesos.
Trasladémonos ahora a Roma. El grabado esta vez con una cámara oculta para el programa “Exit” que trataba sobre la homosexualidad en la Iglesia católica fue el sacerdote Tommaso Stenico, de la Congregación del Clero. En el espacio el clérico apareció con el rostro cubierto y voz distorsionada invitando a un joven, al que había contactado a través de un chat en Internet, a su despacho en la sede de la Congregación. Emitida la escena, junto con las confesiones de otros religiosos, estalló el sacro escándalo. El cura, para tranquilizar al cardenalato, se adelantó a declarar que no era gay y que era él quien estaba estudiando la homosexualidad en los conventos.
Como es lógico, en la plaza San Pedro hay preocupación. Máximo que en el video se reconocía claramente la puerta del edificio donde tiene su sede la Congregación del Clero y el despacho del prelado. Se cree que el tribunal vaticano, de comprobarse la condición gay de Stenico, procederá a expulsarlo. Y aquí viene lo importante: el afectado, hasta ahora, jamás negó que el video fuera falso ni menos acuso a los profesionales del canal “La 7” de haberle sacado opiniones con engaños. Tampoco las agencias noticiosas nada han informado en cuanto a la validez que tendrían esas declaraciones obtenidas con cámaras ocultas ni a la prohibición de utilizarlas en conversaciones privadas, como sucede en Chile. Situación que no deja de extrañar porque, mal que mal, es la Iglesia católica la comprometida. Por lo visto, es evidente que la labor periodística televisiva encuentra menos escollos para desarrollarse en las naciones europeas. Esa puede ser una de las razones porque en la última reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa, al analizar las amenazas del ejercicio periodístico en el continente, al referirse en su informe a nuestro país, señaló : “no prosperaron medidas destinadas a restringir el ejercicio de la libertad de expresión..No se registraron retrocesos, aunque tampoco avances”.

NOTA del EDITOR: Toño Freire es periodista, escritor, director de Televisión, académico.

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