En un sorprendente como inesperada resolución, el Juez del Tribunal de Pichilemu, Rodolfo Moreno Osses dictó la resolución en el Caso Calendario, sobreseyendo temporalmente la causa, que tiene como implicados al menos a cuatro personas, siendo una de ellas, el alcalde Jorge Vargas, quien estuvo -hace pocos días- reunido con el Juez en su despacho.
¿Una nueva norma de la reforma penal?, porque -hasta ahora- no se conocía que un Juez se pudiera reunir con personas que están implicadas en juicios en calidad de acusado -como lo está en el Caso “Video”- al menos que este “practicando una diligencia”. ¿Pero habrá sido el caso?
Entendemos -y así lo explicó el mismo Juez Moreno Osses, en una entrevista radial- que un Juez se reúna y/o comparta con una persona procesada en un acto oficial o ceremonia. Así lo señaló el Juez Rodolfo Moreno al explicar sus “reuniones” con el alcalde Vargas.
No obstante, la conversación entre el alcalde Vargas y el Juez Moreno, en días pasados no fue ni acto oficial ni ceremonia.
SOBRESEIMIENTO TEMPORAL
Aunque la resolución del Juez Moreno en el caso “Calendario” no significa que la causa no pueda seguirse, ser apelada, llama la atención que no haya encontrado las pruebas suficientes o presunciones de acciones que revistan el carácter de delito. Esto indicaría, que -en cierto modo- el adulterar documentos públicos y privados, tal como lo señala el informe de la Brigada de Delitos Económicos, BRIDEC, de la Policía de Investigaciones, no tiene validez alguna.
Ya lo saben los funcionarios públicos y municipales de la República Independiente de Pichilemu: pueden seguir realizando este tipo de acciones. Carta blanca para que se sigan cometiendo estas “faltillas”.
Quizás fueron hechas “inocentemente” como otras acciones, o no tenían idea de lo que estos “jugueteos” podrían significar para mentes enfermizas que no entienden que ello no existe maldad.
La defensa de estas inocentes palomas -todos con el mismo discurso- han señalado que no hay configuración de ningún delito, ya que los Calendarios con la foto del alcalde y el mensaje navideño y de año nuevo, fue nada más que un regalo, un obsequio de aquel generoso imprentero a la persona del señor Alcalde, por los servicios prestados.
¿Cuánto trabajos ha confeccionado aquel imprentero a la Municipalidad de Pichilemu, que por voluntad del alcalde Vargas que mereció ese regalo. ¿Acaso esos trabajos, en la cantidad que hayan sido, los pago de su bolsillo?
¡Qué generosidad!!
¿Sabe el alcalde de la Ley de Probidad? ¿La conocen otras autoridades, la conoce el Sr. Magistrado?
No dice acaso que ningún funcionario público puede recibir regalos, obsequios, dádivas.
¿Qué sería esto?
Todo indica que la justicia -con su vista vendada, aún- no puede o no quiere parar la corrupción, los partidos políticos, tampoco.
¿Quién entonces, o Chile todavía no alcanza cifras preocupantes en el ranking internacional de la corrupción?, para empezar a preocuparse.
¿Cuándo será eso, o cuando nos dirijan los coqueros o otros sinvergüenzas más cara de palo?
Pero quienes -como ciudadanos- tienen los cojones para denunciar y seguir adelante, seguiremos. Así que a esperar novedades en este caso.
