LEY PAREJA NO ES DURA, PERO ESO OPERA EN CHILE, MENOS EN PICHILEMU

Felipe Harboe, subsecretario de Carabineros dio anoche “clase magistral” sobre los derechos de los ciudadanos y el rol de Carabineros -cuando éstos son vulnerados- al explicar y justificar el desalojo violento de ciudadanos que protestaban pacíficamente sentados en la calzada de las calles Moneda esquina de Morandé, a pasos de La Moneda.
El personero entrevistado por la periodista Soledad Onetto, de Canal 13, en la edición de las noticias de medianoche, señaló que Carabineros tiene la obligación de despejar las vías públicas -léase “calle”- que es un BIEN NACIONAL DE USO PÚBLICO- cuando éstas impiden el libre tránsito de las personas y vehículos.
Harboe sin embargo, no explicitó si ello es una ley, ordenanza, para ser respetada y cumplida en los alrededores del Palacio de La Moneda o en cualquier ciudad y pueblo de la República, por cuanto -a menos que seamos parte de otro país- aquí en Pichilemu, ciudadanos -léase “vecinos”- se han tomado para sí calles enteras y las autoridades “NO SE HAN DADO CUENTA”.
Así es, parece que ni el alcalde de la comuna, como el gobernador de la provincia, ni la policía uniformada se han dado cuenta de ello.
Un tramo -100 metros aproximadamente- de la calle Alcalde Washington Saldías Fuentealba permanece “tomada” cerca de ocho años y pese a las denuncias en cuanto organismo fiscalizador, aparte de la Municipalidad local y Gobernación Provincial, aún no se pronuncian.
La calle Vecinal, entre las calles Pichilemu y La Estrella, en el sector oriente del Aeródromo, permanece en poder de particulares desde hace cerca de dos años y tanto. Tampoco se ha solucionado, pese a los graves problemas de comunicación en que han quedado varias familias del sector. A Dios gracias, no ha ocurrido un incendio o no ha sido necesario llamar una ambulancia para “sacar” enfermos graves; pero si eso pasara, ¿quiénes se hacen responsables de las secuelas que podrían derivar?
Que quede claro, estos son solo dos ejemplos de situaciones de esta índole.
Realmente, cuando uno escucha a un personero de gobierno -que habla con tanta claridad, seguridad- uno se pregunta si somos parte del mismo país, pues lo que acontece en Pichilemu, reafirma nuestra calidad de “república independiente”.
La impotencia más grande es que a las autoridades de aquí de Pichilemu, como a los funcionarios que tienen que actuar en estos casos, también les pagan su sueldo religiosamente, mes a mes, año a año. Pero, sin duda sería distinto, si se les pagara mensualmente siempre y cuando CUMPLAN con todas las tareas que deben realizar como parte de sus labores, de sus deberes.

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