Alrededor del 10 de diciembre (le estoy siguiendo la pista a la fecha para precisarla) “pichilemunews” informaba de algunas de las “ollitas” que estaban a punto de estallar, de destaparse. Una de ellas aludía tangencialmente a un importante personaje de la Novena Región.
Era “vox popili”, “vox dei”; pero la Justicia -¡oh la bendita diosa Justicia!, que aparte de estar con una venda, es tuerta o lisa y llanamente ciega- decía “no se oye Padre” y pese a todas las denuncias y evidencias y que todas las autoridades y “personalidades” de todos los ámbitos ya sabían; era imposible agarrar al poderoso.
Ese poderoso que se daba excéntricos “gustillos” tanto o más descarado que el cantante que acaba de ser declarado “NO CULPABLE”: Michael Jackson.
El de acá -el honorable Senador Jorge Lavandero Illanes- en contrario se ha declarado culpable -según su abogado, “es parte de la estrategia”- para NO VERSE EXPUESTO A QUE TODOS SUS TRAPITOS se vieran ante la opinión pública.
Hace algunas horas, el partido que tarda en darse cuenta de sus manzanas podridas, acaba de EXPULSARLO. Sin embargo, se aferraron a él teniendo unos cuantos camaradas evidencias claras, irrefutables de su culpabilidad. Uno de ellos era el ex alcalde Saffirio de Temuco. Fue uno de los pocos que trató de ser escuchado; pero al final su “rebeldía” -entre otras razones, ¿cuáles más?- significó que el PARTIDO DEMOCRATA CRISTIANO impusiera a otro camarada: Francisco Huenchumilla como candidato a alcalde.
El partido de la flecha que cada vez avanza en sentido contrario, va matando su doctrina -si es que le queda- con las decisiones tardías. Hoy han perdido a un senador y en diciembre perderán unos cuantos. Uno de ellos será Eduardo Frei, uno de los grandes responsables por el desastre que provocó la Celulosa Arauco. Y unos cuantos valdivianos ya se lo han dicho. El proyecto fue “aprobado” en su gobierno. Hay otros proyectos que seguirán “pasándole” la cuenta no solo a Frei. Pues hay unos cuantos proyectos que han estado siendo aprobados en este gobierno y que merecen -aún antes de ponerse en marcha- el rechazo ciudadano; porque han sido aprobados entre gallos y medianoche; pasándose por alto -y también por ahí mismo- las leyes sobre el medio ambiente.
