Feliz por recibir la beca Presidente de la República se manifestó Marco González Luengo, alumno de cuarto año medio del Liceo “Agustín Ross” de Pichilemu, quien tras cuatro años sucesivos había postulado hasta ahora sin éxito, pese a tener un promedio de 6,4.
Su hermano Simón -con un promedio de 6,3- que va en primer año medio en el mismo Liceo, también logró la Beca.
Su madre Marta también se mostró feliz al conversar con “pichilemunews” a mediodía de hoy, al encontrarnos cuando ésta se dirigía a buscar a su esposo Marco González quien estaba a esa hora en el gimnasio Muscle Gym en rehabilitación.
Como se sabe, Marco -artista local- cayó al Hospital local tras Fiestas Patrias, luego de “pasarlas trabajando” y soportando un malestar que finalmente resultó ser una enfermedad que lo dejó paralizado sin poder valerse por sí mismo.
Tras varios meses, lentamente se está recuperando; lo que le permitió -en el verano- al menos tocar la guitarra y cantar; pero valiéndose de una silla de ruedas. Así junto a su esposa pudieron trabajar en algunos restaurantes locales durante las horas de mayor movimiento, recibiendo la “propina” del público.
Igualmente, lograron ser contratados por el municipio local para animar las Trillas a Yegua Suelta en la comuna. Sin embargo, hasta hoy aún no se les cancelaba el total de lo pactado. Hecho que ha significado que ellos deban a los demás músicos que buscaron para mejorar el grupo folclórico que armaron.
Hoy Martita se manifestó feliz porque sus niños -finalmente- fueron beneficiados por la Beca que tanto anhelaban, por la ayuda que ella significa. Y que -además- era un derecho, negado en tres ocasiones anteriores.
Si bien hoy se ha hecho justicia con estos dos hermanos, no es menos cierto que aun hay algunos casos de niños que tienen excelentes promedios de notas
y que debido a su precaria situación familiar, también se hacen merecedores de ella, más que algunos niños -también con excelentes notas- pero donde la situación de sus padres es mejor, con padres que tienen trabajos estables.
Esos niños deberán seguir a la espera. ¡Paciencia!
