Una cantidad mayor que la esperada está visitando la comuna pichilemina, con gran regocijo de los habitantes locales, especialmente quienes de una u otra forma viven del turismo.
Ayer, desde tempranas hora se empezó a notar el arribo de buses atestados de visitantes y una cantidad de vehículos arribando, donde se podía ver -ya en la noche- la larga columna de vehículos bajando por la cuesta desde el sector de Piedra Parada, a cinco kilómetros del balneario.
Hoy, se pudo apreciar desde mediodía en adelante, tanto en Pichilemu como en la localidad lacustre de Cahuil, a los restaurantes y hosterías, con una cantidad de vehículos estacionados en sus frontis y, en su interior, una actividad incesante, hasta en los más modestos restaurantes.
Por otra parte, los días -Dios mediante- han estado de maravilla: diáfanos, esplendorosos, lo que ha permitido al público visitar y gozar de las playas. En tanto que muchos, han aprovechado de visitar puntos rurales con sus diversos atractivos.
Anoche, en la Sala de Arte “Agustín Ross” se inauguró la exposición de fotografías de Magdalena Valdés -santiaguina- y de Pablo Vergara -pichilemino- los que están mostrando por primera vez sus trabajos. En tanto hoy, en el mismo lugar -organizado por el trio Ureta-Piña-Riquelme, jóvenes que están impulsando las actividades culturales, mostraban una compañía de títeres para los niños y, en la noche, se tenía contemplada la exhibición -en el mismo lugar- de cine.
Para los amantes de las olas, a contar del lunes 28 y hasta el domingo 3 de abril, se realizará el Ceremonial de Surf, evento que por varios años consecutivos atrae una gran cantidad de deportistas y exponentes de esa disciplina por el especial clima que se vive: surf, desfile de trajes de baño, ropa deportiva, con una interesante colección de morenas, rubias y trigueñas luciendo no solo su espléndida figura, sino que -también- hermosas y contorneadas colitas, ya en bikinis y colaless. Todo un espectáculo como en otros balnearios que han tenido ese privilegio.
