Recursos que permitirán el arreglo, nivelación y compactación del perímetro de la cancha principal; reparación total de las graderías y habilitación definitiva con el empaste de la cancha N° 2 -que por más de ocho años ha sido el “Cuento del Tío”- y graderías para 150 personas, entre otros trabajos, aprobó recientemente el Consejo Regional al destinar más de 30 millones de pesos para ello.
Los trabajos -largamente anhelados- comenzarán próximamente luego que el proceso de licitación de la obras esté concluido.
La gran duda es SI ESTOS RECURSOS SERÁN SUFICIENTES PARA QUE ESTOS TRABAJOS QUE SE ANUNCIAN alcanzarán para terminar tales obras; porque desde hace bastante tiempo y en varias obras, los recursos contemplados -por una razón u otra- no alcanzan.
Los profesionales que proyectan -ingenieros, arquitectos, calculistas, etcétera SE EQUIVOCAN con mucha facilidad. Así ha ocurrido -por ejemplo- con el Colegio nuevo, donde se equivocaron dos veces al menos. Con suerte “se consiguieron más recursos para ello”. Impagaritablemente surge la pregunta, ¿qué pasó con los profesionales que se equivocaron en los cálculos, en las cubicaciones? ¿Dónde están, siguen trabajando, siguen equivocándose?
Pero no solo ocurren estas equivocaciones, varias obras no se terminan o las reparaciones contempladas no se hacen. Y si se hacen, se hacen de mala forma, incompletas.
¿Qué pasó con la Pista Municipal? Los ochenta y tantos millones de pesos no alcanzaron para terminarla completamente. No tiene “cielo” ni aislante acústico. ¿O las obras consideraban la techumbre a la vista?
La remodelación de la “antigua Población Ross” -a través del proyecto de Recuperación de Espacios Patrimoniales, impulsado por este editor- contó con recursos regionales de cerca de 50 millones de pesos, más alrededor de 15 millones de pesos municipales; pero tampoco los “trabajos se hicieron como se debía”. Sin embargo, el Serviu y sus inspectores “avalaron” el trabajo de la empresa contratista. Es más, cuando el D.O.M., arquitecto Francisco Valdivia; el funcionario de la Oficina de Proyectos, Luis Cornejo; y este editor -en su calidad de Concejal- fueron a hacer presente al SERVIU los reclamos correspondientes, sus funcionarios nos dijeron: “Dense con una piedra en el pecho. Con esos pocos recursos la Empresa hizo milagros”. ¡Qué tal!! Eso sería todo.
Con esos “abogados” que encontramos en el Serviu, ¿qué más íbamos a reclamar?
Lo más que se logró con esa visita, fue que vinieran a reparar algunas cositas; pero ahí está la pileta y el alumbrado del Parque a medio funcionar.
Hay varios ejemplos más; pero con ellos es suficiente.
Por ahora no queda otra cosa que esperar que los “cálculos” de los profesionales sean hechos como corresponde.
Y lo otro, adivinar quién se ganará la Propuesta y cuántas partidas se harán y cuántas no.
¿Esta difícil este concurso?
