Crónica de un desastre anunciado

Creíamos que los peores días ya habían pasado. Creíamos que estábamos mejorando. Creíamos que la pandemia ya se estaba yendo para no volver. Pero las cosas no son así. El coronavirus sigue ahí, tal como antes, quizás con más fuerza, aprovechando nuestro momento de confianza.

Hoy nuestra zona, y principalmente la provincia de Colchagua, enfrenta sus días más difíciles de la pandemia del nuevo coronavirus. Los casos nuevos no bajan de la decena diariamente, y así ha sido constantemente durante los últimos meses. Los contagios totales en Colchagua y Cardenal Caro son más de dos mil y los decesos están por sobre el centenar. Cada día es un día negro, de luto.

Es difícil enfrentar los hechos con la tristeza que implica tan desastroso panorama. Es difícil no pensar en todas aquellas familias que han perdido a un ser querido, una vida que se ha ido para no volver. Cuántas historias y sueños no podrán ser escritos, recordados. ¡Cuánta falta nos harán esas personas que hasta hace unos meses formaban parte de nuestra comunidad y que ya no estarán!

El ciudadano de a pie debe seguir trabajando, exponiéndose al contagio permanentemente; el trabajador de la salud debe arriesgar su vida para salvar a los demás; las familias que, sin trabajo ni ahorros, han debido enfrentar con especial dificultad estos duros días; la mujer que debe transportarse por horas en una micro para poder cobrar su pensión. ¿Es responsabilidad de estas personas que la pandemia se haya ido de las manos en nuestro país, y en particular en nuestra zona? No.

El Estado y sus autoridades, desde alcaldes figuritas pero profundamente incapaces como el de Santa Cruz, hasta los mandamases de La Moneda, son responsables directos de la tragedia que hoy padecen millones de chilenos. La falta de gestión, la falta de tacto los caracteriza. Fueron ineptos de contener la calamidad cuando no se hallaba desatada: hoy, la situación es muy dura y podría ser peor. ¿Será que gozan con el dolor ajeno? ¿Cómo es posible tanta indolencia?

La declaración de cuarentena para Santa Cruz es un paso necesario en estas circunstancias, pero que no se habría justificado si la autoridad hubiera contenido la pandemia en el momento adecuado. Hoy la comunidad santacruzana, y de Colchagua y Cardenal Caro en general, debe recordar y extremar las medidas de autocuidado. Estamos solos en esto, recuérdenlo.

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