En nuestra Región de O’Higgins coexisten realidades profundamente distintas. Mientras algunas comunas del valle central se benefician de la cercanía a Santiago y de la infraestructura agrícola y vitivinícola, otras —precisamente las cordilleranas y costeras— siguen enfrentando brechas históricas en transporte, salud y conectividad. Esta desigualdad territorial no es casual, sino consecuencia directa de un modelo de gestión pública que continúa centralizado en exceso.
El discurso oficial habla de descentralización y desarrollo regional, pero en la práctica muchas de las decisiones que afectan la vida cotidiana de nuestros habitantes se toman en oficinas ministeriales de Santiago. Así, proyectos estratégicos para comunas como Paredones, Marchigüe o Chimbarongo quedan relegados frente a la presión de demandas de mayor visibilidad política de Rancagua o San Fernando. Hace 10 años ya nos ocurrió con la primera universidad estatal, y ya sabemos cómo terminó la historia: allí mismo…
La equidad territorial no se resuelve con la mera asignación de recursos; requiere planificación pública de largo plazo, con criterios que reconozcan las asimetrías entre comunas. No es lo mismo implementar un programa de transporte escolar en Rengo que en Navidad, donde las distancias y la conectividad son radicalmente distintas.
Desde el Estado, el desafío es instalar mecanismos de decisión que incorporen no solo la voz y peso político de los gobiernos locales, sino en la justicia social y territorial. Si aplicamos la lógica de los instrumentos de planificación vinculantes podríamos exigir, por ejemplo, que la Estrategia Regional de Desarrollo 2024-2036 de O’Higgins sirva de carta de navegación para el Ministerio de Desarrollo Social y Familia al momento de evaluar los proyectos de nuestra región.
Si la Región de O’Higgins quiere avanzar hacia un verdadero desarrollo, tiene la oportunidad de convertirse en un laboratorio de equidad territorial: equilibrando inversión entre valle, cordillera y costa, y demostrando que el territorio no puede seguir siendo una variable secundaria en la gestión pública.
Porque al final, gobernar sin mirar el mapa completo no es gobernar para todos. Gran desafío para un nuevo gobierno que inicia el 11 de marzo.
Mauricio Donoso Pavez,
Director ejecutivo Fundación Pro Ciudadano. Ex consejero regional de O’Higgins.