El 26 de agosto de 1883 nació en Pichidegua Francisco Ismael Segundo Parraguez Cabezas, más conocido como Ismael Parraguez y también por su seudónimo Misael Guerra P. En aquella época, la Comuna de Pichidegua forma parte de la Provincia de Colchagua, cuyo territorio abarcaba gran parte de la Región de O’Higgins y del Maule. Ismael Parraguez nació colchagüino, se puede decir que su obra es un aporte cultural de Colchagua al acervo nacional. Dicho esto, nos parece un justo reconocimiento a su figura y obra reivindicar su lugar de origen.
Francisco Segundo Ismael Parraguez Cabezas, nace en el seno de una familia humilde, compuesta por don Ismael Parraguez Paredes y doña Pabla Dorila Cabezas Valenzuela. Fue bautizado en el Oratorio del fundo “Las Pataguas”, por el seglar aprobado don Ángel Bozo. Así consta en la partida 475 del libro 11 de bautismos que he tenido a la vista en microfilm en los registros del Archivo del Arzobispado y del scanner del documento original proporcionado gentilmente por la señora secretaria de la Parroquia de Pichidegua. Es muy probable que el mencionado Oratorio haya sido erigido donde se encuentra la antigua casa de la familia Valenzuela Bozo.
Un biógrafo de don Ismael, señala, que sus primeros años de escolaridad transcurren en las aulas de la escuela local. Fue un alumno aplicado, por ello su familia asumió el esfuerzo de integrarlo al plantel de la Escuela Normal de Preceptores en la capital, dirigida entonces, por don José Abelardo Núñez. De dicha escuela egresó en 1899, a la edad de 16 años, como preceptor de instrucción primaria. El egresado más joven hasta aquel año.
Sus cualidades sobresalientes, lo impulsaron a continuar su formación en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile para recibirse, más tarde, como profesor de estado en las asignaturas de Castellano y Música. Su labor docente la ejerció, principalmente, en el Instituto Nacional, Liceo de Aplicación y Liceo Superior de Niñas.
Su palpitante inquietud intelectual fue prodigada en la enseñanza y en las letras; poesía, cuento, novela, periodismo. Una de sus primeras publicaciones, “Un Idilio menos”, en 1903, fue a su vez, una de las primeras realizadas con el concurso del conocido grupo de intelectuales, llamado, “Los Diez”.
De sus composiciones musicales; numerosos himnos, canciones infantiles, recopilaciones de música popular chilena, fundador del Orfeón Chileno en 1914 y del cual fue su director hasta su repentino y temprano fallecimiento en 1917, a los 34 años. A comienzos del siglo veinte, la mayoría de los textos de canto y música usados en todo el país eran de su autoría.
Perteneció a la Sociedad de Folklore Chileno, asimismo, formó parte activa en las agrupaciones gremiales de educadores, fue socio fundador del “Atlético Escuela Normal F.C.” base del club deportivo Magallanes, miembro de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, agrupaciones scout, entre otras. En el plano familiar, contrajo matrimonio con Esther Ortiz Rotter, hija del médico cirujano Ramón Ortiz Cerda y la señora María Rotter, proveniente de una de las primeras familias de colonos alemanes radicados en Puerto Montt.
La familia Parraguez Ortiz, tuvo 7 hijos, dos de ellos, mellizos póstumos, los que fallecieron tempranamente. La abnegación de su madre permitió que sus otros 4 hijos varones realizaran estudios universitarios en diversas profesiones y su única hija culminara sus estudios de humanidades; Waldo se graduó de Arquitecto, Julio era dentista, Hernán un médico cirujano que durante sus primeros años de ejercicio, trabajó en el Servicio de Salud Pública de San Vicente de Tagua Tagua, Gonzalo, un brillante alumno de leyes, falleció en un accidente siendo aún estudiante.
La señora Patricia Parraguez, hija de Hernán, dice: “Todos los hermanos Parraguez tocaban piano”. La música, especialmente, y otras disciplinas artísticas son una constante en el quehacer de los ascendientes y descendientes de los Parraguez. Don Ismael Parraguez Paredes y doña Pabla Cabezas Valenzuela, cultivaban el canto popular, esa rica herencia artística ha sido transmitida hasta hoy.
El Profesor Parraguez gozaba del reconocimiento de sus pares, quienes hasta hace algunas décadas le homenajeaban , dando su nombre al Orfeón Chileno que él creara, una escuela, en la ciudad de Valdivia, actos conmemorativos a los 40, a los 50 años de su fallecimiento, en el Instituto Pedagógico, en el aula magna de Universidad de Chile, hasta que de pronto, de tiempo y olvido cae el injusto “peso de la noche”, sin embargo, su espíritu está latente en el imaginario de millares de chilenos, en la huella identitaria, pertenece al acervo cultural del país.
Hasta unos años atrás el nombre de Ismael Parraguez Cabezas me era desconocido, insólitamente desconocido, tanto más, cuanto se afirmaba que había nacido en Pichilemu, mi patria chica, una omisión imperdonable y necesaria de corrección, y al entrar en su obra, ahí estaba, en una de ellas, inolvidable….la escuché a mi abuela, mi madre, la canté a mis hijos y a mis nietos… “los pollitos dicen, pío, pío, pío…” así de conocido, un viejo conocido, quizá para más de alguno de ustedes.
“Bajo sus dos alas,
acurrucaditos,
hasta el otro día
duermen los pollitos”.