En nuestro Hospital de Santa Cruz trabajamos todos los días para cuidar la salud de nuestra comunidad. Pero hay momentos del año en que la demanda aumenta, como ocurre en invierno con las enfermedades respiratorias, y ahí es cuando necesitamos que cada uno de ustedes nos ayude a que la atención sea más rápida y justa para quienes más lo necesitan.
Muchas veces me preguntan: “Doctor, ¿por qué si llegué primero me atienden después?”. La respuesta es simple: en urgencias no importa el orden de llegada, importa la gravedad del paciente. Usamos un sistema llamado Triage, que nos ayuda a decidir quién necesita atención inmediata y quién puede esperar un poco más sin correr riesgos. No se trata de restar importancia a nadie, sino de salvar vidas.
Pensemos en un ejemplo: si llega un paciente con un dolor de pecho fuerte, dificultad para respirar o pérdida de conciencia, esa persona pasa de inmediato. Si en cambio alguien consulta por un resfrío, dolor de garganta o fiebre leve, deberá esperar porque, aunque incómodo el malestar, no es una urgencia vital.
Por eso queremos hacer un llamado cercano y muy sincero: cuando los síntomas no sean graves, prefiera acudir al SAPU o SAR de la comuna. Allí también encontrará profesionales de la salud comprometidos y capacitados para resolver gran parte de las consultas que no requieren atención hospitalaria. Con esa decisión, no solo cuida a su familia, también ayuda a que otros puedan recibir la atención urgente que necesitan.
Nuestro jefe de Urgencia, el Dr. Luis Vilches, me dijo un día: “ir al lugar correcto en el momento correcto puede salvar vidas”. Y esa es la esencia de lo que hacemos en salud, cuidar la vida.
Somos el hospital de cabecera de la microárea de Santa Cruz, y nuestro compromiso con ustedes es absoluto. Pero el buen uso de la red de salud depende de todos. Si trabajamos juntos, podemos garantizar que cada persona reciba la atención adecuada, en el momento justo. No estamos quitándole el cuerpo al trabajo, por el contrario, estamos enfocándonos en quienes más nos necesitan, los que están con riesgo vital.
En este punto, quiero también expresar mi profundo agradecimiento a cada funcionario y funcionaria de nuestro hospital, que durante los meses de mayor demanda asistencial entregan lo mejor de sí, con profesionalismo, entrega y humanidad. Gracias a su esfuerzo constante, podemos seguir cumpliendo nuestra misión de cuidar la salud y la vida de nuestra comunidad.
Pedimos que lo recordemos siempre: hacer un buen uso de la urgencia es un acto de responsabilidad, de solidaridad y, sobre todo, de amor por la vida de quienes más queremos.
Por Dr. Sebastián Urzúa, Director del Hospital de Santa Cruz