Menos discurso, más concreción

Frases del tipo: “Actuaremos con sentido de urgencia”, “nos conmueve lo ocurrido”, “nos moviliza el hecho de esta mañana/tarde”, “invito a trabajar en conjunto para a la brevedad dar soluciones” y la ya clásica, “daremos certezas”, han sido pronunciadas por autoridades cada vez que ocurre algo trágico a nivel nacional, especialmente cuando se trata de hechos delictivos. Lo expresado son palabras alentadoras a primera lectura, sin embargo, en la práctica se tornan vacías, al no existir esfuerzos concretos por disminuir los delitos ni la inseguridad que día a día crece en nuestro país.

El Equipo de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH) creado por el Ministerio Público en coordinación con el Ministerio del Interior, desde el 17 a 19 de enero realizó una cumbre que reunió a 10 fiscales de diversas regiones, donde se dio a conocer la contabilización de 216 víctimas de delitos ligados al crimen organizado a nivel país en el período comprendido entre el 13 de noviembre de 2023 y el 14 de enero de 2024, existiendo 128 homicidios, 35 secuestros y/o sustracción de menores y 53 otros ilícitos ligados a estructuras criminales, como tráfico de armas, infracción a la ley de drogas o lesiones graves.

Asimismo, hasta el viernes 19 del presente mes se registraron 20 asesinatos únicamente en la Región Metropolitana, sin considerar que desde hace bastante tiempo la palabra “homicidio” ha sido repetida a diario, tornando tristemente cotidiano el que se dé muerte a personas de forma intencional. Si a esto se suma el factor robo y hurto, detonantes de que el propio alcalde de Estación Central -Felipe Muñoz- apunte a la necesidad de implementar una ley de infraestructura crítica que logre dimensionar de que los terminales de buses requieren un apoyo especial de militares, por el nivel de delincuencia existente, es posible concluir que la inseguridad no es una “mera sensación” -como tildan algunos- sino que se trata de una lamentable realidad para la cual existen datos verídicos.

Es mas, la inseguridad llega a un nivel tal, que ha ocasionado que los vecinos de diferentes lugares del país recomienden no salir a la calle más allá de las 8 PM por el temor a ser víctimas de la delincuencia. Es decir, son las propias personas quienes, ante la tardía respuesta de autoridades y carencia de planes de acción apropiados, deciden encerrarse y perder libertades para cuidar su integridad. ¿En qué escenario lógico el delincuente está libre, desenvolviéndose a sus anchas, mientras el ciudadano común se restringe?

Javier Osorio O.
Ex Vicepresidente Interno Federación de Estudiantes USS, sede Santiago
Egresado de Derecho UAH

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