Ya finaliza la temporada estival. Los desórdenes públicos en la playa, skatepark y otros lugares de Pichilemu probablemente sigan repitiéndose durante estos días. Y es que las autoridades comunales y provinciales, recién ahora, se dieron cuenta de que no estaban haciendo bien las cosas, que hubo falta de planificación, etc. Cualquier excusa ahora parece válida.
“El Marino” tuvo acceso al ordinario N° 000256, con fecha 24 de febrero de 2015, que el alcalde de la comuna de Pichilemu, Roberto Córdova Carreño, remitió al Ministro del Interior y Seguridad Pública, Rodrigo Peñailillo Briceño, solicitando “más contingente de seguridad” para Pichilemu.
Córdova manifiesta que “considerando que el órden público y seguridad ciudadana son temas que atañen directamente a su cartera, es que en nombre del Concejo Municipal y de la propia comunidad vengo a hacer presente una situación que nos preocupa enormemente y constituye prioridad absoluta”.
Entonces, el alcalde manifiesta que Pichilemu es “el principal balneario” de la región y por tanto, “la capital turística”, cuyo nombre “se ha posicionado vigorosamente” por el surf. Califica además a la ciudad como “hermosa cuya naturaleza une la costa y el campo y disfrutamos de una inigualable tranquilidad y calidad de vida durante todo el año, la que, sin embargo, se ve quebrantada por la llegada de la temporada estival, que se extiende desde diciembre hasta febrero”.
Arguye que durante la temporada “nuestra realidad cambia radicalmente”, pasando de 16 mil a 80 mil habitantes, generando “una enorme carga de trabajo para el municipio, que se asume al mismo tiempo con un tremendo agrado porque sabemos que esto significa ingresos para nuestros comerciantes y emprendedores locales”.
Porque la actividad turística constituye “uno de los principales sustentos de Pichilemu”, Córdova asegura que “no quisiéramos vulnerarla ni ponerla en riesgo por ningún motivo”, manifestando que “estamos profundamente preocupados” por una situación que califica como “disfuncional”, “que se genera cotidianamente en nuestro balneario, debido a la gran cantidad de jóvenes que llegan, algunos derechamente a delinquir y un número mucho mayor a provocar desórdenes en los distintos espacios públicos, como playas, plazas, parques, recintos deportivos”.
“Son miles y miles los que diariamente de manera desenfrenada consumen alcohol en vías públicas, dando una pésima señal para la comunidad y generando un clima de inseguridad que es necesario detener y contener de manera eficiente y perentoria”, enfatiza la autoridad comunal.
Según indica, ha pedido “insistentemente” mayor dotación de Carabineros y PDI para enfrentar la temporada, “lo que sin embargo no ha ocurrido y al término del período estival se nos dice que se trabajará para que esto no vuelva a ocurrir”.
Para Córdova, la dotación de 34 funcionarios adicionales para la presente temporada “se ha visto absolutamente sobrepasada por la realidad”, por cuanto “al llevarlos a turnos no quedan más de 12 funcionarios en el resguardo de las calles”. “Es imposible que ese escaso número de funcionarios pueda contener las cerca de 80 mil personas que llegan a nuestro balneario y responder a sus necesidades de seguridad”, indica.
Por lo mencionado, llama al Ministerio del Interior, a través de la Intendencia y Gobernación, a que “se hagan cargo de esta gravísima situación que nos afecta, cada año, con mayor fuerza”. “Creemos que si no se toman las medidas del caso, esta situación generará un perjuicio para nuestra comuna que puede llegar a ser irreversible”, comunica al Ministro, solicitando 150 funcionarios de Carabineros y la instalación permanente de la Policía de Investigaciones, ya que la Provincia Cardenal Caro “es la única a nivel nacional que no existe esta institución”.
Adjuntando fotografías que “grafican lo relatado”, Córdova le indica a Peñailillo que “nuestro municipio se mantendrá a su completa disposición a fin de proporcionar las condiciones necesarias para la estadía de todo el personal solicitado”.
