CRISIS EN JAPÓN EVIDENCIA INVIABILIDAD DE OPCIÓN NUCLEAR PARA CHILE

Crisis en Japón evidencia inviabilidad de opción nuclear para Chile

Fuente: www.chilesustentable.net

–  Los diputados independientes Alejandra Sepúlveda y Pedro Araya, junto a dirigentes ecologistas de  Chile  Sustentable  y el Instituto de Ecología Política, entregan documento que revela  incumplimiento de normas de seguridad y fallas previsibles  en  Fukushima, e instan al presidente Piñera a excluir la opción nuclear del desarrollo energético.

Jueves 24 de Marzo del 2011/ Este martes, en sesión especial de la Cámara de Diputados, se entregó a las autoridades, un documento que profundiza en las fallas de los reactores que han desencadenado la catástrofe nuclear en Japón, así como en los cuestionamientos para la utilización de dicha energía en nuestro país. El archivo, llevado a cabo por la Directora del Programa Chile Sustentable, Sara Larraín y la cientista política, Rosa Moreno; fue presentado en conjunto con los diputados Alejandra Sepúlveda y Pedro Araya.

“La catástrofe nuclear en el complejo de Fukushima Daiichi, Japón, está aún en evolución sin que haya claridad sobre cuál será su desenlace. Sin embargo, lo ocurrido durante la primera semana de emergencia atómica, permite evidenciar los graves riesgos  que conlleva esta tecnología y  las negligencias de la industria nuclear” explica Sara Larraín.

Aunque la industria atómica aseguró la posibilidad que ocurriera un accidente como el de Fukushima, era de una vez en un millón de años, el documento constata que muchas de las principales fallas eran predecibles  y que esta opción energética es incompatible con la inestabilidad  geológica:

– La ocurrencia de tsunamis es un fenómeno habitual luego de terremotos de gran magnitud cercanos a la costa. Japón tiene registro de al menos dos tsunamis de proporciones (1896,1993) y también recibió los impactos del maremoto del año 60 que asoló a Chile.

– Los generadores de respaldo  del centro nuclear no estaban adecuadamente protegidos. Tampoco había medidas de emergencia, ni capacidad para reemplazar los generadores dañados.

– No había sistemas de información adecuados para evaluar con exactitud la presión al interior de los reactores y proceder en consecuencia.

– Las estructuras de contención no estaban adaptadas para impedir una explosión desde el interior.

– Las piscinas  de enfriamiento y contención del combustible nuclear gastado no tenían suficiente protección.

– El equipo humano fue sobrepasado para controlar los 4 reactores sin control. 

Por su parte, la empresa TEPCO, operadora del complejo y uno de los mayores productores de electricidad del mundo, no ha entregado información precisa sobre el accidente, obstaculizando un apoyo más efectivo de los organismos internacionales.  Esto muestra la continuidad de una política comunicacional corrupta, que suma la actual catástrofe a un  historial de más de 200 informaciones falsas entregadas por TEPCO entre 1977 y 2002. A esta manipulación, se suma la negligencia de la empresa al no implementar las recomendaciones que ya el año 2009 le había indicado el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y continuar con la operación de los reactores norteamericanos, fabricados por General Electric, aunque  se sabía que  tenían importantes  debilidades técnicas.

Para Chile -cuya condición de país emplazado en el Cinturón de Fuego del Pacífico, con intensa y permanente actividad sísmica, propenso a tsunamis y con una cadena de volcanes activos – la gravedad de lo ocurrido en Japón constituye una señal de alerta. Según lo expresado por Sara Larraín, las iniciativas que fomentan el desarrollo de energía nuclear, sólo responden a las presiones del sector minero en Chile y al lobby de la decadente e impopular industria nuclear internacional.

“La experiencia vivida por Japón debe ser, hoy más que nunca, un argumento suficiente para reorientar el desarrollo de nuestra matriz energética, impulsando decididamente aquellas fuentes de energía que no dañan la vida humana,  el medioambiente, la seguridad alimentaria, ni el futuro del planeta; tales como la energía eólica, geotérmica, solar o mareomotriz”, comentó la ecologista.  

Todos los estudios técnicos recientes apuntan a evidenciar que si el mundo cambiara su forma de generar electricidad, utilizando la eficiencia energética y las energías renovables y limpias, bastaría con dedicar menos de 1% del PIB mundial para concretarlo en el corto plazo.

“Los chilenos han expresado claramente su rechazo a la opción nuclear y su preferencia por las energías renovables. El actual gobierno, debe honrar esta expresión democrática  de casi 90% de los chilenos,  y demostrar coherencia y voluntad política para realizarlo” concluye Larraín.


Total
0
Shares
Publicaciones relacionadas
error: Content is protected !!