Prácticamente casi siete años estuvo cerrada la calle Vecinal -hasta hoy a primera hora de la mañana- en el sector Villa Lugano, donde un miembro de la Sucesión Borquez que es co-propietaria de un retazo de terreno (cuyo 50 % es propiedad de Antonio Olmos Sánchez) la cerró argumentando que su terreno “no daba los 62 metros por calle Pichilemu” según indicaban las Escrituras de Compraventa.
En concreto, hoy el nuevo alcalde Víctor Rojas González hizo cumplir la resolución de la Corte Suprema que rechazó la apelación de Danilo Borquez Romero (hijo y heredero de derechos sobre la propiedad), quien -sin una representación legal- llevó adelante las acciones años atrás que cerró la calle Vecinal, y que aparece en Planos de Subdivisión desde el año 1938 en adelante.
La resolución de la Corte Suprema salió a principios de año y tuvo que llegar otro alcalde para proceder de acuerdo al dictamen.
Varios de los vecinos de la calle cerrada, dejaron sus casas cerradas y emigraron a otras ciudades. En efecto, por cuanto debían caminar por un corredor de un metro de ancho para salir y entrar a sus casas, una de las vías más próximas para acceder a otras calles. Sin embargo, ante una emergencia, una ambulancia o Bomberos no habrían podio acceder rápidamente, sino dando un rodeo para actuar. Hoy, felizmente, está quedando despejado, ya que un equipo de obreros municipales estaba sacando cercos, rejas, y cortando árboles que Danilo Borquez había plantado en la calle. Incluso-según las informaciones difundidas en un despacho radial de “Entreolas” FM- el medidor de agua potable del recinto lo habían cambiado y dejado en medio de la calle cerrada a objeto de dificultar cualquier acción reivindicatoria.
No obstante, llegó un equipo de obreros municipales para dejar las cosas en su lugar, de tal forma que los vecinos y cualquier ciudadano pueda transitar libremente por el lugar.
OTRAS CALLES
Junto con destacar la acción -y no palabras- del nuevo alcalde Víctor Rojas, a quien ya se le critica porque habla poco, y no se le entiende lo que habla (para algunos); “pichilemunews” valora la hombría que ha tenido y que otros no han tenido para actuar en este caso, donde un vecino -como Danilo Bórquez- actuó “haciéndose él mismo su propia justicia” y no recurriendo al Tribunal correspondiente primero.
En cambio, vecinos que han denunciado al propio municipio “el cierre de calles”, el municipio no ha hecho nada efectivo en regularizar la situación. Y se sigue perpetuando la ocupación de un tramo de 15 metros por 80 metros de largo aproximadamente, cumpliéndose diez años en esa situación.
Cabe recordar que ese vecino colindante con la calle que denunció este cierre, no es perjudicado absolutamente con ningún metro.
¿El municipio quedaría así tan impávidamente si este vecino -para no ser menos- ocupara otra calle colindante con su propiedad, siguiendo el ejemplo de otros?
¿Es eso lo que está esperando el municipio?
Y no se crea que son solo estas situaciones. Está la calle Sargento Aldea totalmente ocupada por particulares, la Avenida Costanera en el sector de la Laguna Petrel aún no se ajusta a lo que es Bien Nacional de Uso Público y lo que es particular; está una calle cerrada en el Loteo “Cuatro Colinas” y otras.
