Entre pitos, flautas, petardos y fanfarrias arribó hace pocos minutos, por primera vez hasta la Estación El Bajo del Retamo el primer tren de pasajeros. Cuando la locomotora aun no deja de jadear vapor, cual más, cual menos, elegantes damas y caballeros, acompañados de toda la prole con sus mejores vestimentas lucen airosos, rozagantes, alegres, satisfechos, orgullosos de tener ese privilegio -añorado por décadas- de viajar en tren. Y no sólo eso, sino en el primer tren de pasajeros a la costa colchaguina.
Claramente, entre ellos, luciendo sombreros de copa, se distinguen las distintas autoridades que en el trayecto desde San Fernando a Pichilemu fueron subiendo en cada Estación. ¡Ah!, y viene también entre medio nuestro querido y destacado amigo, Don Antonio de Petrel, como siempre, sobrio pero prolijo en el vestir.
En tanto, una buena cantidad de la población pichilemina, presidida por el alcalde Francisco Adriano Caro Rodríguez, regidores y otras autoridades, daban la bienvenida a las autoridades de la provincia de Colchagua, de Ferrocarriles, Contratistas de las Obras, y cientos de pasajeros que vienen deseosos de tomar aires marinos y conocer el océano.
Mientras las autoridades locales siguen saludando a las autoridades y los discursos de bienvenida y agradecimiento prosiguen junto a la reluciente edificio de la Estación, en un estrado de verde fagina -adornado con algunas hojas de palmeras, guirnaldas y banderitas chilenas- cientos de pasajeros toman los carruajes: coches, victorias y cabritas, según el tamaño de la familia y estatus, para dirigirse a la zona de playa. Todos, proveídos de bolsas y canastos de mimbres donde vienen las meriendas que servirán para matar el hambre de la hora de almuerzo, y la sed que produce la canícula veraniega.
ENTREVISTA A UN PASAJERO
Antes de dirigirse a su domicilio, “pichilemunews” logró conversar con Don Antonio de Petrel, quien gentilmente accedió a darnos su impresión:
Don Antonio, ¿supo algo de por qué no vino finalmente el Presidente Emiliano Figueroa Larraín, como se había anunciado?
“La verdad es que hasta ayer yo estaba informado que era muy probable que viniera, pero al parecer sus múltiples deberes de Estado le impidieron hacerlo. Incluso, anoche se decía que vendría solo hasta San Fernando a alojar, para darle la “salida oficial” y de ahí retornaba a la capital; pero pese a que me retiré bastante tarde a dormir, en el Hotel no supe sino hasta hoy que finalmente no había venido. Mayores antecedentes no tengo …”
¿Y usted, cómo es que viajó en un día domingo, lo que no es frecuente …?
“Bueno, estoy muy feliz y orgulloso de ser partícipe de este momento tan trascendental para Pichilemu. Yo no quise perderme esta ocasión y retrasé mi retorno a Pichilemu para viajar en el “Tren Excursionista” de hoy que a la vez fue el primer tren de pasajeros en llegar directamente a Pichilemu. Ojalá espero que el progreso que añoramos tanto siga cada día, a partir de ahora, por la senda y beneficio para toda la comunidad …”.
Don Antonio, ¿tuvo la ocasión de saber qué opinaba la gente en el transcurso del viaje sobre el momento que ellos también estaban protagonizando?
“Lo único que puedo comentar, es que todos -cual más, cual menos- venían felices, sobretodo los niños, solazándose con el hermoso paisaje de los verdes campos, y potreros con animales pastando. Y, por cierto, de cuando en cuando, cada familia disfrutando también de diversos comestibles fiambres. Daba gusto ver a los más pequeños como digerían huevos duros, cebollas y presas de ave escabechadas, tortillas, … En fin, tantas cosas. Yo, la verdad es que en un momento tuve que irme al coche comedor para saciar mi apetito, al ver a tantos en la misma función …”.
¿Le fue difícil tomar pasaje?
“Como yo soy usuario de años del ferrocarril, estaba al tanto de este viaje. Así que había tomado mis resguardos. Y le pedí a mi amigo acompañante que se fuera con horas de antelación a reservar asiento en el coche que suelo viajar. Y si no lo hago así, habría que tenido que viajar de pié. Ya que desde San Fernando el tren salió prácticamente con todos sus coches repletos, y en cada Estación subían más familias ….”
Hasta ahí, las primeras impresiones logradas de este verdadero hito histórico de lo que se ha verificado en la Estación El Bajo del Retamo, hace 81 años. Exactamente el 5 de Enero de 1926.
Mañana o pasado estaremos reflejando otros detalles de aquella jornada vivida, como también abordaremos de las evidentes muestras de progreso del ferrocarril durante los últimos años, donde las autoridades -cada una en su momento- han tenido relevante actuación para presentar el DESASTRE que hoy vemos a diario, en la “involución” de los ferrocarriles de los chilenos.
