¡Qué lindo es Pichilemu!, ¡qué lindo es Chile, mierda!

¡QUE LINDO ES PICHILEMU!, ¡QUE LINDO ES CHILE, MIERDA!

Anoche, el solo estar en el Parque “Agustín Ross” ya era algo especial, diferente. Un ambiente en que la familia pichilemina -incluso de Pañul, de Ciruelos, La Pampa y quizás, de cuantos lugares más de la comuna- paseaban y esperaban expectantes el término de año 2004 y el inicio del 2005.
Vimos también a gente de Marchigue, de San Fernando, de Santiago, que son visitantes asiduos a nuestro balneario; pero no en estas fechas. Este es un logro nada más ni nada menos que del evento AÑO NUEVO junto al mar, que se va consolidando poco a poco, como una real alternativa, adelantando de paso el periodo estival y “activando” más rápidamente la economía local.
“pichilemunews” en el lugar mismo de la noticia, trabajando junto a unos pocos voluntarios en este evento, para que los más mínimos detalles no empañaran la activad culmine, fue testigo preferencial -con trabajo de por medio- de la noche que, nuevamente, fue espectacular, emocionante. Junto con los primeros estallidos de los fuegos de artificio -financiados por el municipio local- y los abrazos que se cruzaban hacia todos, fue sencillamente una sensación reconfortante, de mucha satisfacción, la que era compartida por cada uno de quienes nos la jugamos -con muchos “palitos” y “malas vibras de por medio”- para que el AÑO NUEVO junto al mar resultara un éxito, como el de anoche.
Fundamental fue la colaboración de la cuadrilla que dispuso Manuel “Lito” Celis con el trabajo “extra” sin pago, sino la satisfacción de ser partícipes anónimos de un evento importante para Pichilemu. También obreros municipales que, enviados a última hora (no es culpa de ellos), brindando su trabajo. Igualmente, personas que nada tienen que hacer en esto, pero que sin esa voluntad ante los imprevistos, “salvan” situaciones importantes.
Me refiero a Leonardo Rodríguez que, de una otra manera, colaboró con la Cámara de Turismo de Pichilemu.
La voluntad de Manuel Feliciano Becerra Jorquera que facilitó la Orquesta Kawait, para que amenizara el término del año 2004 e inicios del 2005.
No obstante, igual sufrimos la impotencia de ver cómo la potencia solicitada -en empalme adicional y mayor amperaje- para resistir equipos y mayor iluminación, falló y se nos cayó el sistema de sonido en una o dos ocasiones, que incluso nos privó de entonar el himno patrio; pero que “ni se notó” por la emoción de los abrazos y estallido de los fuegos multicolores que pintaron por diez minutos la noche; haciéndonos experimentar nuevas y agradables sensaciones junto al mar pichilemino.
Y muchas personas anónimas que trabajaron junto a los pocos dirigentes y socios de la Cámara de Turismo que “apechugan” en todas las actividades que BENEFICIAN a todos, menos a los que trabajan por ellos. Pero así es la gente de este Pichilemu.
Así y todo un FELIZ AÑO NUEVO que traiga trabajo, felicidad y salud para todos.

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