En agosto, el candidato del Partido Republicano, José Antonio Kast, presentó su programa de gobierno, un documento extenso que denomina “La Fuerza del Cambio” y que, según explica, busca enfrentar “las emergencias de esta hora” en Chile. El Marino, en su misión de informar a la ciudadanía, revisó el texto para ofrecer una mirada clara y comprensible sobre sus principales contenidos, de cara a la segunda vuelta presidencial de este domingo 14 de diciembre.
El programa parte de un diagnóstico severo: Chile habría entrado en una etapa prolongada de estancamiento en seguridad, economía y cohesión social. Kast sostiene que, tras una década marcada por el deterioro de la tranquilidad pública, el retroceso del crecimiento y una crisis en los servicios sociales, el país requiere “un gobierno de emergencia” capaz de actuar con rapidez, decisión y orden.
La seguridad como primera urgencia presidencial
La seguridad pública ocupa el lugar central del programa. Kast describe un país donde el crimen organizado, el narcotráfico y la violencia han avanzado con fuerza, especialmente durante los últimos años. En respuesta, plantea recuperar el control territorial del Estado, reforzar las capacidades de Carabineros, la Policía de Investigaciones y Gendarmería, y otorgar un respaldo político y jurídico explícito a estas instituciones.
Entre las medidas propuestas se encuentra un plan integral de control fronterizo para impedir el ingreso clandestino de personas, con nuevas tecnologías, infraestructura y barreras en pasos no habilitados. El abordaje de la inmigración irregular —que en los últimos años ha generado debates complejos en el país— aparece descrito como una tarea urgente y prioritaria, donde se propone incluso reformular el marco legal actual.
El programa también dedica una parte sustantiva a la situación carcelaria, planteando la necesidad de construir nuevas unidades penales, segmentar poblaciones de riesgo y fortalecer la inteligencia penitenciaria para frenar operaciones delictuales desde el interior de los recintos, un fenómeno que el documento considera creciente.
Economía: crecimiento, inversión y un Estado más acotado
El segundo gran eje del programa se concentra en la economía. Kast afirma que el país vive una “emergencia económica estructural”, marcada por bajo crecimiento, pérdida de productividad, altos costos de la vida y estancamiento del empleo femenino y juvenil. Frente a ello, se propone recuperar un ritmo de expansión cercano al 4% durante su eventual administración.
Para lograrlo, el texto describe una serie de medidas orientadas a estimular la inversión privada, reducir trámites, agilizar permisos y modernizar la regulación ambiental. También propone ajustes significativos al sistema tributario, incluyendo rebajas a la tasa corporativa y mecanismos de incentivo a la contratación formal.
El redimensionamiento del Estado es otro componente clave. Kast plantea un ajuste del gasto público, una auditoría completa a los programas vigentes y una reorganización de estructuras institucionales que, según el documento, se han ido llenando de duplicidades y trabas burocráticas. El objetivo declarado es concentrar los recursos en iniciativas con impacto directo en la calidad de vida y eliminar gastos que considera ineficientes o redundantes.
En materia laboral, el programa propone avanzar hacia modelos más flexibles y compatibles con los cambios tecnológicos, reformas que han sido ampliamente discutidas en el país y que suelen generar posiciones encontradas.
El eje social: familia, educación y acceso a la salud
En su tercer pilar, Kast aborda lo que denomina “emergencia social”. Aquí sostiene que el país ha perdido parte de su cohesión y que se ha debilitado la cultura del mérito y del esfuerzo. Una de las afirmaciones centrales es que Chile “se está quedando sin niños”, aludiendo a la baja natalidad, por lo que propone incentivos a la maternidad y políticas de apoyo a las familias.
En educación, el programa subraya la importancia del rol de los padres en la formación de sus hijos y promueve ampliar la libertad para elegir proyectos educativos. También señala la necesidad de mejorar la convivencia escolar, reducir la violencia en las aulas y aumentar la efectividad del sistema en la entrega de aprendizajes.
En salud, el documento aborda las listas de espera, el envejecimiento de la población y las brechas territoriales en la atención. Plantea fortalecer la red pública, mejorar la gestión y apoyarse en la colaboración con el sector privado para aumentar la oportunidad de acceso a consultas y cirugías.
El tema previsional también aparece con fuerza: el programa reafirma la propiedad individual de los fondos, promueve mecanismos de ahorro personal y propone revisar reformas recientes que, a juicio del candidato, reducen incentivos al empleo formal.
Una invitación a recuperar el orden y el “sentido común”
El documento de noviembre concluye con una apelación a la unidad, al orden y a la capacidad de recuperar la confianza en las instituciones. Kast afirma que su propuesta busca restablecer una cultura de respeto a la autoridad, fortalecer el Estado de Derecho y reconstruir la convivencia social.
Aunque varias de las iniciativas incluidas han generado discusiones intensas durante la campaña —desde el rol de las Fuerzas Armadas hasta la política migratoria y laboral—, el programa se presenta como una hoja de ruta definida y de rápida implementación, que aspira a marcar un antes y un después en la manera de gobernar.
De cara al balotaje, estas propuestas se transforman en el núcleo del mensaje que el candidato transmite a los electores: un llamado a retomar el crecimiento, asegurar las calles, modernizar el Estado y devolver protagonismo a las familias.






