En una sesión marcada por el debate presupuestario y las proyecciones para el próximo año, el Concejo Municipal de Pichilemu aprobó este martes el Presupuesto Municipal 2026, considerado uno de los instrumentos de gestión más relevantes de la administración local encabezada por el alcalde Roberto Córdova Carreño.
El documento fue analizado durante cinco sesiones de comisión y, según las autoridades, prioriza la estabilidad financiera y los servicios esenciales que presta el municipio. El concejal Aníbal Galarce, presidente de la Comisión de Presupuesto, explicó que se trata de un presupuesto “responsable, ajustado a la realidad económica local y elaborado con rigurosidad técnica”. El monto total asignado para el funcionamiento municipal considera incrementos cuidadosos en áreas de salud y educación, que concentran gran parte del gasto operativo.
“Este presupuesto fue revisado línea por línea. No podíamos aprobar algo que comprometa la estabilidad financiera municipal o que gaste más de lo que realmente ingresa”, afirmó Galarce. “Nuestro deber es asegurar que Pichilemu pueda cumplir sus obligaciones y mantener los servicios que la comunidad necesita”.
Para educación, el presupuesto asigna $750 millones, lo que permitirá sostener la operación administrativa, proyectos pedagógicos, mantención de recintos y servicios complementarios. En tanto, para salud se aprobaron $1.000 millones, recursos destinados a fortalecer la atención primaria, compra de insumos, medicamentos, operativos de salud y mejoras en infraestructura. Galarce destacó que pese a que ambos sectores requieren mayores inversiones, el presupuesto busca avanzar dentro de los límites reales: “Todos quisiéramos duplicar los recursos en salud y educación, pero debemos actuar con responsabilidad. Estamos priorizando lo esencial y garantizando que los servicios funcionen”.
Uno de los temas más sensibles fue la situación de Recursos Humanos, considerando el peso que la masa salarial representa dentro del presupuesto municipal. Si bien el concejo no tomó una resolución específica, sí dejó claro que la administración deberá evaluar ajustes o reordenamientos. “El municipio no puede seguir creciendo indefinidamente en contrataciones. Cualquier ajuste será decisión del alcalde y su equipo, pero es evidente que debemos revisar la estructura de personal para mantener el equilibrio”, dijo Aníbal Galarce.
Otros ediles coincidieron en la necesidad de una política de dotación más eficiente, apuntando a que los recursos deben privilegiar áreas operativas y de servicio directo a la comunidad. El proceso de análisis incluyó cinco extensas sesiones de comisión en las que se revisaron gastos proyectados, bases legales, proyecciones de ingresos y prioridades estratégicas.
Con el presupuesto aprobado, la administración podrá poner en marcha el Plan Verano 2026, que considera refuerzos en seguridad, aseo, señalización vial, funcionamiento de cuadrillas, ordenamiento del comercio y equipos de emergencia.






