A días de las primarias presidenciales, en los candidatos oficialistas la tensión pareciera cortarse con cuchillo. Dichos de uno y otro bando, así como también la propaganda electoral, solo han debilitado y fraccionado a quienes están a la “izquierda” del espectro político, desarmando a una coalición que, a vista de la sociedad, procuraba mostrarse unida en contra de su histórico enemigo, la “derecha”.
Recientemente, en el debate político organizado por radio Pauta con The Clinic, Carolina Tohá (PPD) criticó duramente a Jeannette Jara (PC) y al Partido Comunista donde esta milita, señalando tajantemente que ella “representa un sector que, donde ha gobernado en el mundo -refiriéndose al Comunismo- los países se han estancado socialmente y hundido en la pobreza”. En cuanto a Gonzalo Winter (FA), lo trató de inmaduro políticamente, expresando que “hemos visto que lamentablemente no ha terminado de madurar todo lo que la experiencia le hubiera permitido”, sumado a manifestar que no iba “a caer en la trampa que intenta hacer el Frente Amplio, todo el tiempo hablando del año 90′, yo quiero hablar del año 2025, quiero que Chile tenga la posibilidad de distinguir entre nosotros quién propone más futuro, de eso se trata, no de quien hace la caricatura más ridícula del otro respecto del pasado”. Por su parte, en cuanto al candidato Jaime Mulet (FRVS), afirmó que representa “un sector que ha oscilado, se ha movido más a la derecha, más a la izquierda varias veces”.
Los dichos de Tohá no son azarosos, sino que están alineados con la nueva estrategia de su comando, quienes han visto como la candidata del socialismo democrático ha ido perdiendo respaldo de la ciudadanía, mientras Jara se consolida como carta oficialista. Es mas, hace unos días se filtró una minuta que tiene 3 grandes ejes principales: (1) No responder al Frente Amplio, pues no son adversarios y hacerlo solo le haría un favor al PC, es decir, a Jeannette Jara. Deben evitar cualquier polémica con ellos, pues lo relevante es marcar diferencias entre ambas candidatas; (2) No dar espacio a ambigüedades ni olvidar que las primarias son sobre proyectos, es decir, si gana Jara, gana el Partido Comunista, lo cual significaría una segunda vuelta entre Matthei y Kast, es decir, ganaría la “derecha”; y (3) Carolina es la única con experiencia real de gobierno, credibilidad y con el respaldo ciudadano para poder ganarle a la “derecha”. Solo ella es la carta de triunfo para la “izquierda”.
Adicional a lo antedicho, la otrora ministra del Interior y Seguridad Pública, solo un par de días antes se refirió a la crisis de seguridad que enfrenta nuestro país, señalando que “…el Gobierno anterior en particular -muy experto en hablar en seguridad- dejó en el suelo la seguridad. Pero este fenómeno tiene mucha más profundidad que solo el gobierno anterior”, continuando con: “Hoy día hay una base muy distinta de la que había hace dos años y medio atrás. Cuando yo entré al Ministerio del Interior estábamos en el punto más alto que nunca ha estado Chile. El Estado ha tenido un fortalecimiento, quizás el más grande que ha tenido desde el retorno de la democracia”.
Si analizamos la estrategia de Carolina Tohá, es posible identificar lo siguiente: (I) Separarse del Frente Amplio y la inmadurez política de todos quienes lo conforman; (II) Diferenciarse con el Partido Comunista, quienes donde gobiernan, fracasan y sumen al país en la pobreza; (III) Identificarse como alguien de una línea, distinto al Frente Regionalista Verde Social, quien constantemente oscila políticamente; (IV) Destacar como quien está detrás de los supuestos avances en materia de seguridad; (V) Sindicar la crisis de seguridad al segundo gobierno de Sebastián Piñera (2018-2022); (VI) Omitir el respaldo de ella y su sector al estallido social en 2019, junto con todo lo que significó para el país; y (VII) Establecerse como la representante de una “izquierda” moderada que, si bien conserva la consciencia de clase y anhelos por más derechos sociales, busca progresar dejando el pasado atrás, dar mayor seguridad social, traer estabilidad económica y crecimiento.
Lo que sucede con Tohá, se parece mucho a lo que ocurre en un restaurant donde uno de los chef renuncia poco antes de que este quiebre, tras el abandono de sus clientes por la deplorable calidad del servicio y el fin del “factor novedad”, para irse a la competencia que mantiene -sin mayores variaciones- su carta culinaria: Construir un restaurant propio al lado de la competencia y frente al antiguo empleo, hacer cambios rápidos, traer algunos ingredientes útiles, desmarcarse de sus otroras colegas, desconocer el pasado, copiar recetas y salir desesperadamente a la entrada para convocar clientes, esta vez con un sello diferente. Una vez conseguidos, comienza la nueva prosperidad bajo su alero, donde contrata otra vez a sus colegas, pero esta vez ocultándolos para que sus comensales no decidan retirarse nuevamente.
Javier Osorio O.
Exvicepresidente Interno Federación de Estudiantes USS, sede Santiago
Egresado de Derecho UAH
