Pichilemino que asesinó a su padre pasará dieciocho años en la cárcel

José Llanca en noviembre de 2012.
En audiencia realizada ayer, se dio a conocer la sentencia del Tribunal Oral en lo Penal de Santa Cruz que condenó a Claudio Andrés Llanca Cabrera (34) a la pena de dieciocho años de presidio mayor en su grado máximo, como autor del parricidio en contra de José Manuel Llanca Bustamante, conocido vecino de Pichilemu que fue candidato a concejal en 2008. El veredicto, pronunciado por los jueces Carlos Pérez Díaz, María Angélica Mulatti Oyarzo y Rodrigo Gómez Marambio, fue unánime en el sentido de condenar al asesino, puesto que “resultaron suficientemente acreditadas” las acusaciones formuladas en su contra.

La fiscalía logró demostrar que “el día 10 de enero de 2016, en horas de la madrugada, mientras la víctima José Manuel Llanca Bustamante, se encontraba en su domicilio ubicado en el sector de Las Comillas, Pichilemu, llegó al lugar su hijo, el imputado Claudio Llanca Cabrera, quien motivado por una necesidad de dinero y conociendo las relaciones que lo ligan con la víctima, procedió a ingresar al domicilio de esta última, para lo cual procede a abrir una ventana de la cocina, abriendo posteriormente la puerta de la cocina, para luego, una vez dentro del inmueble, trasladarse al dormitorio donde dormía su padre, a quien procedió a agredir con un elemento contundente y con un arma corto punzante causándole de esta manera múltiples heridas corto punzante en su cabeza, cuello y extremidades, como asimismo lesiones traumáticas en su cráneo, heridas de carácter vital de tipo homicida que le causan la muerte el día 13 de enero de 2016, a razón de un infarto masivo de tronco encefálico y cerebeloso, cuya causa originaria de muerte es un traumatismo craneoencefálico cerrado complicado”.

Durante la investigación se estableció que Llanca padre e hijo mantenían discusiones constantemente y cuyo tenor se agravó con el tiempo. El abogado Luis Quinteros Zúñiga, quien representó a la querellante Malva Gajardo, madre de la hija de José Llanca, se adhirió a las formulaciones que hizo la Fiscalía y expresó que el asesino “tenía una motivación para dar muerte a su padre, la que era la obtención de dinero o la venta de un terreno”, pero también habría un factor “sentimental”: “con posterioridad todos se enteraron que Claudio Llanca y Macarena Pérez eran pareja y que en el juicio se dio cuenta que la referida mantenía sexo con la víctima [José Llanca Bustamante]”.

El asesino, vestido con una chaqueta negra, ingresó a la vivienda de José Manuel Llanca sin forzar la entrada, puesto que su padre dejaba llaves cerca, o bien la ventana de la cocina abierta. José recibió 38 heridas en distintas partes de su cuerpo, algunas de carácter defensivo pero la mayoría homicidas, y una de ellas con la suficiente fuerza para impactar un hueso. En el pasillo de la casa y en la cocina quedaron varias manchas de sangre correspondientes tanto a Claudio Llanca y su padre, este ultimo sin estar en condiciones de movilizarse debido a la gravedad de sus lesiones. Huyó del lugar alrededor de las 2 de la madrugada, inquietando a Luis Llanca, quien escuchó ladrar sus perros y vio al asesino escapar.

Claudio Llanca Cabrera intentó involucrar a terceros durante la etapa de investigación, en que declaró como testigo. Había señalado en declaraciones que en el día de los hechos se encontraba con Macarena Pérez y su pareja, Hernán Llovernia, pero las declaraciones de testigos acreditaron lo contrario. Sobre una herida que presentaba en una de sus manos, hizo declaraciones contradictorias que pusieron en duda la veracidad de sus dichos: que se había cortado con unos fierros que trasladaba, que se hirió herrando un caballo, entre otras alegaciones, que fueron descartadas definitivamente por un informe del Servicio Médico Legal. Además se encontraron manchas de sangre en su polerón y su ADN fue comparado con el hallado en la escena del asesinato.

En su defensa, el acusado declaró durante el juicio que durante la noche del 9 de enero había estado en el centro de Pichilemu junto a su pareja Macarena Pérez, Hernán Lloverina y su hija Vicenta, “para posteriormente ir a comer, dirigiéndose luego a la casa” de estos “con quienes conversó y escuchó música, regresando a la casa de su madre. Continuó su relato señalando que a las 10.00 horas del día siguiente le informaron que su papá se encontraba herido, por lo que concurrió al Hospital de Pichilemu donde se encontró con su tío y algunos amigos quienes le dieron cuenta de la gravedad de las lesiones. En dichas circunstancias pudo ver a su padre quien presentaba muchos cortes, preguntándole si podía recordar algo, obteniendo una respuesta negativa, la misma que entregó a personal de la SIP de Carabineros que intentó entrevistarlo”.

Ante las consultas del fiscal, Llanca Cabrera “indicó que su padre no tenía deudas, que nunca contaba con dinero y que días antes había sido amenazado de muerte por una persona […], ello por unos problemas en unas carreras de caballos. También indicó que la víctima había tenido un problema con […] por un sitio, quien también lo habría amenazado, interponiendo la respectiva denuncia. Asimismo, refirió haber requerido información de la investigación en la Fiscalía en calidad de hijo de la víctima y que en el mes de noviembre prestó declaración, oportunidad en la que le tomaron una muestra de saliva, a lo que accedió voluntariamente y con el ánimo de cooperar”.

Si bien el Ministerio Público solicitaba que Claudio Llanca fuera condenado a 20 años de prisión, el tribunal “consideró algunas atenuantes” y redujo la pena a solo 18 años, a contar del día en que fue detenido, en enero de este año, dos años después del cruento asesinato que estremeció a la ciudad costera.

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