Lamentable panorama para la Municipalidad de Pichilemu

Este domingo se realizan las elecciones municipales en todo el país. A pesar de las acusaciones de fraude electoral a nivel nacional, y el notable acarreo de votantes realizado en Pichilemu —sobre el que ningún candidato o medio de comunicación rastrero se ha pronunciado—, las cosas seguirán tal cual.

El candidato a la reelección, Roberto del Carmen Córdova Carreño, militante del Partido Socialista y abanderado de la coalición oficialista Nueva Mayoría, tiene reales posibilidades de mantenerse en el cargo.

Pero existe algo muy malo en todo esto. Y no es que Córdova sea el candidato o que los demás candidatos (excepto uno) tengan un pasado oscuro. Lo lamentable es que no se evidencian signos de renovación alguna en el municipio, ni tampoco de propuestas que se ocupen de los asuntos de real importancia para la comuna.

Escuchamos atentamente los dos últimos programas de radio del candidato Córdova —que, ¡oh! la paradoja, los contrata a su peor enemigo por la módica suma de 160 mil pesos—. En ellos no hace alusión a propuesta alguna respecto a un eventual período alcaldicio. Se repite a rabiar, y hasta estúpidamente, el slogan “Da confianza”.

¿Pero por qué ‘da confianza’ el candidato Córdova?

Retrocedamos cuatro años, al 2012. Córdova se presentaba por primera vez como candidato a alcalde. Antes de las elecciones, sólo alardeaba a través de un medio de comunicación impreso de la “gran convocatoria” que tenía el lanzamiento de campaña, por ejemplo. Hoy alababan la “gran convocatoria” que hubo para una caravana. Pero volvamos al punto.

Recién en noviembre, en la edición que se publicó casi un mes después de las elecciones, Córdova aseguraba, entre otras cosas, que “Apostaremos por grandes proyectos, creo que el nuevo liceo, la remodelación de la Costanera, inicio de obras del alcantarillado y agua potable rural, deben ser proyectos que debemos abrazar y defender con mucha fuerza y decisión para estos 4 años que la ciudadanía nos ha confiado” [sic].

En 2016, el nuevo liceo aún está en la imaginación suya, la remodelación de la Costanera fue un fracaso rotundo, las obras del alcantarillado también se encuentran en su imaginación, y el agua potable rural… bueno, tal vez ahí cumplió un poco más.

Córdova no tiene un programa de gobierno definido, por lo que los votantes que lo premien con su voto, ¿cómo podrán exigirle que cumpla sus promesas, si no se ha comprometido a nada para los próximos cuatro años?

Por otra parte, es menester destacar, en algunos medios de comunicación se ha reproducido la opinión de algunas personas llamando a votar por “un alcalde de pasado y presente de manos limpias”, “un alcalde que hable siempre con la verdad y no un vendedor de pomada”, entre otras cosas. Lo más probable es que estén haciendo un llamado a votar nulo, porque ninguno cumple con (todas) las características que dicen.

Un candidato a alcalde que ha estado formalizado por falsificación de instrumento público ¿da confianza?. En 2013 Córdova fue formalizado por “[adulterar] en febrero de 2011 documentos para intentar arreglar un decreto no realizado a tiempo, que tenía que ver con la licitación de los derechos de aseo de la capital de la provincia”. Al describir los hechos, la edición del diario El Cóndor del 25 de enero de 2013 señala:

“Según lo señalado por el fiscal Troncoso, todo comenzó el año 2010. En ese año la empresa que presta servicios de aseo -que había estado desde el 2004 sin más competencias por falta de oferentes- denunció que la Municipalidad de Pichilemu tenía pagos pendientes, por lo que se fijó una nueva orden de pago para noviembre. Después de un tiempo, en febrero de 2011, los imputados [Luis] Meza y [Mauricio] Méndez se percataron del error, por lo que el primero de ellos le habría ofrecido al alcalde que utilizaran un libro de decreto en blanco que había quedado; tras la aceptación de Córdova y [Fanny] Rebolledo, procedieron. Luego, el jefe del departamento de aseos, Luis Meza, fue despedido de la Municipalidad de Pichilemu, por lo que éste denunció el hecho. El caso fue verificado fácilmente, ya que el decreto debía tener fecha de noviembre, pero el libro en blanco utilizado ilegalmente tenía fecha de octubre.”

La sacó barata porque no tenía antecedentes, y pudo pedir la suspensión condicional de la causa. Nunca explicó su participación en los hechos de manera clara, culpando a que “si no hubiéramos tenido primarias a nivel local, nunca esto hubiera llegado a los tribunales”.

Pichilemu necesita nuevos liderazgos que saquen del estancamiento a la comuna. Los cuatro candidatos se han quedado en las trincheras anquilosadas del siglo pasado, con las banderas de una anacrónica Concertación o una decayente Alianza por Chile. Tanto Pichilemu, como el país entero, precisa de personas que con entusiasmo y con la verdad por delante, luchen por el pueblo que aman.

Nadie ha propuesto mejoras en la conectividad vial de la comuna, porque el Paso Las Leñas pronto será una realidad, y Pichilemu no dará el ancho a los turistas que llegarán, ¿mejor será que se vayan a Viña del Mar mientras las autoridades duermen en los laureles? Sin ir mas lejos, cada verano el centro de la ciudad, así como el camino a Punta de Lobos se ve colapsado, sin que haya decidido avance en una solución.

O tomar las riendas del problema de salud que afecta a la comuna, y trabajar por un consultorio comunal, con especialistas. Hasta Navidad y Paredones tienen servicios más decentes que la capital provincial, una vergüenza más grande que un buque.

¿Por qué terminar con el Liceo del sector el Llano, cuando perfectamente podría coexistir con otro en el sector de la Avenida Cáhuil?

¿Por qué no fomentar la creación artística y cultural en la comuna, en vez de alejar a los pichileminos de un elitista “centro cultural”?

¿Por qué no mejorar la gestión de los funcionarios municipales, que atienden malamente al pueblo (al que se deben y el que les paga su sueldo)?

Y así podríamos seguir eternamente…

¿Seguiremos oprimidos por una tropa de bandidos que no piensan en la comuna y su gente sino en su propio, inmesurable ego? Usted, señor elector, tendrá la última palabra.

Roberto Córdova.
Roberto Córdova.
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