Fin de los ‘puntillazos’, ahora hay ‘skateparkazos’: el otro lado de la Semana Pichilemina

  • La concejal Andrea Aranda se refiere a los turistas problema derechamente como “flaites”.

Un poco ejemplar panorama han dejado turistas de mala clase —sin generalizar— en la comuna de Pichilemu. Varios vecinos se han comunicado con “El Marino” con el fin de hacer notar su molestia hacia las autoridades comunales por su mala gestión en cuanto a la delincuencia y los desórdenes públicos.

Consecuencias de los 'skateparkazos'.
Consecuencias de los ‘skateparkazos’.

El foco más crítico de delincuencia y desenfreno se concentra en el skatepark, ubicado bajo el Parque Ross, en un entorno considerado como monumento nacional. Esto no ha importado a los cientos de jóvenes que se han reunido por las noches en el lugar para hacer lo que ya no se les permite en La Puntilla. Bolsas, botellas, cajas de vino, incluso condones, se pueden encontrar en una simple caminata por el lugar, que hace unos años fue inaugurado para potenciar la práctica del skateboarding en jóvenes pichileminos. Las imágenes son decidoras. Los efectivos de Carabineros son escasos, y aunque se ha denunciado en repetidas oportunidades los hechos acontecidos allí, estos simplemente no pueden contra centenas de jóvenes.

Al respecto, el alcalde Roberto Córdova Carreño señaló hoy que, tras conversar con el Subsecretario de Prevención del Delito Antonio Frey, “le he hecho ver que no es posible que Pichilemu siga recibiendo 30, 40 carabineros durante la temporada, que significa doblar el contingente que tenemos todo el año, pero la gente bien sabe que la población no se duplica en verano, se quintuplica, llegamos de 17 mil a 80 mil personas en algunos momentos y es imposible controlarla con 70 carabineros y 15 detectives. Por lo tanto aquí, el gobierno tiene que hacer mayores esfuerzos a través de esa subsecretaría”.

El mismo alcalde reconoce que las fiestas irresponsables que muchos jóvenes realizan en sectores de la playa principal, skatepark, y el bosque municipal —también monumento nacional, como parte de la Zona Típica de Pichilemu— ha significado enormes inversiones por parte del municipio, tanto en seguridad, como en la remoción de la basura.

“Creo que perdimos al Pichilemu que queremos todos”, señaló Rodrigo Arriagada. “Cada día me desilusiono más de las autoridades de Pichilemu y nadie ha hecho nada, solo se preocupan de asustar a los pocos buenos turistas sacando partes sin sentido. Adiós Pichilemu”. Comentarios como este se repiten, de manera masiva, por las redes sociales. No sólo de pichileminos, sino que también de turistas que sienten Pichilemu ya no es el mismo de antes.

El municipio, sin embargo, “no tiene atribuciones para dar instrucciones a las policías”, estando esta facultad en manos de la Gobernación Provincial. Para este verano, la dotación de Carabineros destinada para Pichilemu es de 34 uniformados. Para la Semana Pichilemina se consideró el apoyo del OS/7 de Carabineros, de la Sección de Intervención Policial —un jefe más 12 carabineros— y fuerzas especiales. En relación a los puntillazos, el 22 de enero pasado, el Comisario de Pichilemu, Capitán Marcelo Salas Carvacho, manifestó que el día sábado queda un furgón de punto fijo en el sector, además de 20 mallas papales solicitadas a San Fernando, por si es necesario utilizarlas en la playa.

A pesar de esto, señaló que “no se puede impedir el libre desplazamiento de las personas que andan con las botellas de alcohol pero si son sorprendidos con la botella abierta se les cursa la infracción”. En tanto, el Capitán de Puerto Pablo Maturana expresó que “es complejo el tema de la gente que pernocta en la playa ya que no tiene ningún instructivo la cual prohíba a las personas pernoctar en la playa”. “Por ley no podemos hacer nada ya que esta no lo señala […] aunque pasan a ser turistas problemas la ley no los autoriza a desalojar la playa por pernoctar”, señaló Maturana.

Consultado por un edil sobre si han hecho algún esfuerzo por apagar las fogatas, el Capitán de Puerto señaló que “depende ya que si hay 20 a 30 fogatas y 1.500 jóvenes, no se van a arriesgar a patrullar o sacar a los jóvenes del lugar”. La Concejal Andrea Aranda se refirió aesos turistas como “flaites”, y que “hay que ver el tema turístico”, ya que si llega ese tipo de gente, “y no se hace nada, también perjudican la imagen de Pichilemu y ver cómo se hace con la finalidad de mejorar la calidad de gente que nos visita”. (Acta 01, sesión extraordinaria, concejo municipal de Pichilemu, 22 ene. 2015)

Quizás hace falta un poco de autocrítica. ¿Es esto lo que queremos para Pichilemu? ¿Cómo podemos ayudar, como comunidad, a solucionarlo?

Lo que es injustificable es la poca conciencia de la juventud con el medio ambiente, y con la gente que reside en este lugar. Enseñanza que debiera provenir desde sus padres. Justificar esas actitudes con que Pichilemu vive un ambiente de fiesta y carnaval porque es verano, es insultante, a lo menos. Los resultados de la inconciencia están a la vista.

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