Esta noticia no puede menos que llenarnos de alegría a todos; en los mismos días en que Pichilemu y toda la Provincia de Colchagua vivirá sus días más felices e inolvidables, estará entre nosotros presidiendo aquellas ceremonias con todo el esplendor de la Liturgia, el más ilustre, el más sabio, el más virtuoso de los hijos de estas tierras.
Junto a él cantaremos y rezaremos; de sus labios, llenos de bondad y sabiduría, oiremos las más dulces enseñanzas; él sentirá vibrar en su corazón de Padre y Pastor el eco bullicioso de nuestras manifestaciones de entusiasmo en las asambleas, procesiones y desfiles; y cuando sus manos se alcen para mostrarnos la Hostia Consagrada o para bendecirnos, las muchedumbres agradecerán llenas de ternura al Señor por haber escogido de entre los hijos de la Católica Colchagua al más ilustre de los Príncipes de la Iglesia chilena, al Primer Cardenal de nuestra Jerarquía.
