(DIALOGO)
Eduardo Marquina
(Español)
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—Hay en el mar una pasión eterna
y siempre está gastándola y no acaba;
hay en el mar una pasión eterna
que, sin saberlo yo, me hace su esclava.
—Hay en mi pecho una pasión furiosa
y siempre estoy contándola y no acabo;
hay en mi pecho una pasión furiosa
que, sin saberlo yo, me hice tu esclavo.
—¡Mira las olas!… Apaciblemente
solicitarme, en su vaivén, las veo;
salta mi espuma a acariciar mi frente
y me estremece el viento del deseo.
—Mira mi sangre… En oleadas anchas
siempre en vaivén con tu mirar la tienes;
si la mirada sobre el mar ensanchas,
sube caliente a destrozar mis sienes.
—De las historias que la mar me cuenta,
ni sé el principio ni sabré el final;
agita sus espaldas la Tormenta
y me sirve de fiesta el temporal.
—De las tragedias que mi amor te cuenta,
sabes la causa y sabes el final;
cuando sopla en mis venas la tormenta
esquivas con la mano el temporal.
—Porque me tiene el mar tan regalado,
se me ha hecho el alma blanda a sus amores;
cuando clavo en sus olas la mirada
tienen un dulce resbalar de flores.
—Porque el amor me tiene tan cogido,
se me ha hecho el alma a toda cosa fiera;
cuando miro su seno apetecido
me gustaría arder como una hoguera.
—El mar no vuelve nunca y siempre llama;
compañero de todos los placeres,
parece a primo día, que derrama
una charla amistosa de mujeres.
—Mi amor no llama nunca y siempre envuelve;
del placer absoluto compañero,
mañana, tarde y noche se revuelve
como un Tormento solitario y fiero.
—Y cuando quiero echar a manos llenas
flores encima de él, el mar las toma;
y si le pido lirios y azucenas
montones de ellos a mis pies desploma.
—Y si besar te quiero a boca llena,
caen mis besos encima de tu cuello;
y si me besas tu, dulce y serena,
tus besos con los mios atropello.
—Tú estás todo en el fuego modelado,
y el mar es solo un gran amor sin nombre
—El mar es como un hombre idealizado
y yo soy como un mar con labios de hombre.
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—Seguían disputando, cuando el viento
llevó a sus labios los cabellos de ella;
—sobre la blanca paz del firmamento,
rios de fuego, resbaló una estrella.