Delirio acrostico

Amame, te lo pido de rodillas.
Nunca en la vida yo he querido mas
A la mujer delirio de mis noches
Radiante aparicion de un ideal
Oriente estrella de un alma herida.
Sirena encantadora, hada sin par.
A tus plantas, te doi toda mi vida.
Calor de una existencia acongojada.
La dulcisima llama de tus ojos
Abriga como un ala perfumada.
Udivaga caricia de los cielos;
Soberbia en tu belleza inmaculada
Salvame por piedad de mis desvelos

Ernesto Soto L.
Pichilemu, 21 de Feb. de 1917.

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